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A finales de Junio Tom estaba sentado en la sala ayudando a Delphine a caminar; con el rabillo del ojo vio a Severus bajar las escaleras, después caminar al recibidor donde no le pudo seguir con la vista, y luego volvió, dándole un beso en la cabeza y después levantando a la pequeña para hacer lo mismo, añadiendo un abrazo antes de volver a dejarla en el piso.

—Ahorita vengo —Dijo—, voy con Sirius.

—Con cuidado.

—Sí, pa'.

«Voy con Sirius» seguramente al Tom más joven le hubiese dado un colapso de escuchar esas tres palabras; ese simple recuerdo había desatado uno tras otro, distrayéndolo completamente, quizás se quedó así un par de minutos, no mucho, pero fue suficiente para que en cuanto Delphine llamase su atención diciéndole "babi", estuviese adorada en una cortina cerca de la chimenea.

—Tienes once meses, ¿cómo llegaste hasta ahí?

Preguntó, levantándose y caminando hasta ella, desenredándola y llevándola a la cocina, sacando papilla del refrigerador y calentándola un poco en el nuevo microondas que había comprado Bella, después alimentó a la niña, dejando la cuchara a medio camino cuando se dio cuenta.

— ¿Me llamaste "babi" hace rato? —La pequeña intentaba alcanzar la cuchara, Tom ni cuenta— ¡Intentaste llamarme "papi"! —dejó el platito en la mesilla de la bebé y corrió al inicio de las escaleras.

— ¡Mamá! ¡Papá! ¡BELLA! ¡Delphi dijo su primera palabra! ¡BELLA!

La mujer bajó primero, escuchó a sus padres decir un «¡ya voy!», pero no esperó, tomó el brazo de su esposa y la llevó corriendo hasta la cocina, donde Delphine estaba cubierta de papilla hasta la cabeza.

—Creo que no debiste dejarle el plato —Dijo Bella aguantándose la risa y cargando a la bebé—. ¿Quieres volver a hablar para mami, mi amor? —Delphine se le quedó viendo sin entender—. Suertudo, tú sí la escuchaste hablar.

—Privilegios de ser el favorito.

—A veces me caes muy mal —La sonrisa en su boca juraba que no.

—No es verdad.

—Sí... no es verdad. La llevaré para darle un baño.

Tom asintió, buscando un trapo para limpiar el desastre de papilla que había alrededor de la sillita alta.

— ¡Babi! ¡Babi!

Escuchó chillar a su hija, se dio la vuelta y vio a Bella completamente quieta, sus padres ya habían bajado las escaleras y corrieron hasta ellas, Tom se acercó de nuevo, cargando a la pequeña que le extendía sus bracitos y se recostó en su pecho cuando tuvo lo que quería. Un flash se escuchó, Meredith tenía la cámara frente la cara, apuntándoles a ellos y revelando después la foto.

—Nueve meses de embarazo, contracciones, dieciséis horas de parto, ¿¡y te quiere más a ti!?

—La niña sabe quién es el jefe.

Sus padres y Bella aguantaron la risa.

—Sí, claro. Ve a bañarla tú ya que a mí no me quiere, yo limpiaré la cocina.

Media hora después Tom bajó con Delphine dormida en sus brazos, vestida con el pijama amarillo que Druella y Cygnus le habían regalado y su cabellito amarrado en una coleta no muy bien hecha, siendo arreglada por Meredith cuando llegó al salón y se sentó junto a ella.

—Es tan bonita.

Dijo la mujer.

—Se parece a Mery.

ΜεταμόρφωσηDonde viven las historias. Descúbrelo ahora