49

139 22 22
                                    

Mattheo tenía razón, no le había dado un ataque de asma en todo el tiempo que llevaba en Hogwarts, incluso cuando entró a segundo grado se unió al equipo de quidditch, siendo elegido como golpeador; su pequeño estaba muy emocionado cuando le contó, y Tom le sonrió, pero por dentro no estaba tan feliz, vamos, sí que le alegraba la emoción de sus hijos, pero este hijo específicamente había tenido problemas respiratorios que podían volver a presentarse en cualquier momento, más si tomaba en cuenta que la presión del aire a la altura en la que se jugaba era mayor. Así que cuando tuvo su primer entrenamiento fue a verlo, diciéndole al chico que estaba muy emocionado y quería estar con él en ese gran momento, Mattheo se lo creyó, y no era del todo mentira, pero sus instinto de cuidarlo por si algo salía mal era más fuerte que cualquier otra cosa. Para su suerte no pasó nada, su hijo se acercó a él, sudoroso y con la sonrisa más grande que le había visto.

— ¿¡Me viste allá arriba!?

Tom asintió.

—Eres un gran golpeador, podrías dedicarte a eso.

—Sí, aunque no creo que me acepten en un equipo profesional si fallo varias veces en darle a la bludger como hoy.

—Es tu primera vez jugando de manera seria, sólo debes practicar un poco más, para eso son los entrenamientos —El chico asintió, Tom vio a Mérula Snyde¹, la capitana del equipo, salir del vestidor y caminar a través del campo—. ¿Me esperas aquí un momento? Debo hablar con la señorita Snyde sobre su último trabajo de la clase.

Mattheo asintió, sentándose donde antes estaba su padre y éste bajó de las gradas, caminando hasta la chica, quien se detuvo al verlo.

—Buen día, profesor. ¿De repente nació su gusto por el quidditch? Lo noté viendo el partido.

—Sabes que es el primer entrenamiento de mi hijo, Mérula.

—Sí, sólo lo molesto. ¿En qué puedo ayudarlo?

—¿Puedo pedirte un favor?

Ella levantó la ceja, no era común que Tom dijese esas cuatro palabras, menos hacia un estudiante.

—Sí, claro, ¿qué es?

Tom sacó el inhalador que Mattheo se había rehusado a llevar, tendiéndoselo a la chica que lo vio extrañada; normal, era sangre pura, y aunque sus pensamientos puristas habían disminuído conforme pasaban los años, claramente no conocía todo del mundo muggle.

—Es un inhalador —Dijo antes de que preguntase—. Se pone en la boca y aprietas el "botón" de arriba para liberar salbutamol. Es un medicamento para el asma —Mérula le vio con la misma confusión—. El asma es una enfermedad respiratoria.

—Entiendo... y me lo da porqué...

—Porque Mattheo tiene asma, aunque ya han pasado años sin que le dé un ataque, siempre puede volver a tener uno, más con el ejercicio. El favor que quiero pedirte es que lo lleves contigo durante los entrenamientos y juegos. Aunque quiero, no siempre puedo estar cuando practican, y él no quiere llevarlo porque ya se toma las pastillas.

— ¿Y si toma pastillas por qué necesita un "inalator"?

—Inhalador, y es para cuando directamente no puede respirar, las pastillas los evitan, pero aún puede tener uno. ¿Puedo pedirte que lo lleves?

La chica lo miró y después al plástico en su mano, lo tomó y metió en su mochila, asintiendo cuando volvió a mirar a Tom.

—Puede confiar en mí, profesor.

—Gracias, Mérula. No te detengo más.

Se despidió de él, caminando hacia el castillo y diciéndole "adiós" a Mattheo con una mano. Tom volvió a las gradas, viendo a su hijo caminar hasta él hasta que coincidieron a medio camino.

ΜεταμόρφωσηDonde viven las historias. Descúbrelo ahora