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Las seis semanas se pasaron volando, Tom siempre cuidaba de sus hijos, y esos días se concentró específicamente en Mattheo, uno de los gemelos cargaba su mochila en cada clase, a veces Lee lo hacía, y cuando Fred y George se iban a practicar, ellos se iban a la biblioteca a terminar tareas, o de vez en cuando salían al patio comiendo algo que robaron de las cocinas. Ese año Mattheo invitó a sus amigos a pasar la navidad, Fred y George obtuvieron permiso de sus padres, pero Lee dijo que quizá en otra ocasión; Tommy había invitado a Cedric, y todos los Black llegaron unos días antes como ya era tradición; Tom también invitó a sus mejores amigos, y los tres molestaron a Minerva cuando llegó junto a Alphard.

—Take my hand. Take my whole life too —Tom canturreaba, siguiendo a Minerva por el patio.

—For I can't help falling in love with you. Like a river flows, surely to the sea —Aristóteles le hizo segunda.

—Darling, so it goes. Some things are meant to be —Astrid se unió a ellos, aventando brillantina al aire, que cayó sobre loa cuatro.

—Amigos, en serio —Dijo la mujer tratando de ocultar la sonrisa— tenemos casi cincuenta, los cuatro tenemos hijos, y me casé con Alphard hace ocho años, ¿por qué siguen actuando como si tuviesemos quince y Alphard fuese mi primer novio?

—Porque es tu primer esposo —Dijo Aristóteles.

—Y espero que único —Respondió Minerva.

—Porque tenemos alma de chicos de quince —Dijo Tom.

—Especialmente tú —La mujer fue claramente sarcástica.

—Y nos gusta molestarte.

—Mocosos irrespetuosos, soy mayor que ustedes, no deberían molestarme.

—Por un año y medio, más o menos.

Dijo Tom.

—Aun así soy mayor, respétenme —No le hicieron caso, siguieron cantando esa y más canciones que recordaban.

En su cumpleaños volvió a tener una gran fiesta, su padre amaba aprovechar el dinero que había heredado, y más el que ganó, y seguía ganado, como arquitecto. Meredith junto a Bella prepararon un montón de comida, y como su tiempo en el orfanato había reducido la mayor decidió hacer un pastel por su cuenta en vez de comprarlo como años atrás. Algo similar pasó en el cumpleaños de Severus, y el día siguiente volvieron al colegio.

Para Tom las cosas comenzaban a ponerse monótonas, él amaba estar con sus hijos, pero ya habían crecido, claro que de vez en cuando iban con él durante la semana, Severus era el único que aún iba a dormir con él de vez en cuando y Delphine solía pedirle ayuda con las tareas, pero eso pronto cambiaría, poco a poco la niña hacía más y más amigos, con los que empezaba a pasar el tiempo. Lo único que mantenía sus días diferentes era ver que Mattheo se lastimaba de mil maneras diferentes, y ninguna de ellas sabía cómo había ocurrido, pero en general estaba aburrido.

Cuando Delphine salió de tercer curso, él estaba neutral respecto a la escuela, durante mucho tiempo había estado contento de obtener el puesto que siempre quiso, pero la verdad ya le daba un poco igual, estuvo dando clases desde los dieciocho, soportando adolescentes hormonales, ayudando algunos con problemas, y creándose la fama de "si el profesor Riddle quisiese el colegio estaría a su mando", lo cual no era del todo mentira, sí, pero estaba cansado. No quería creer que se había aburrido de ser profesor, no se sentiría bien, no después de ese juramento, de estar tan obsesionado con el puesto...

—Amor, te llegó una carta.

Llamó Bella acercándose a él, se sentó a su lado en los columpios del patio y le tendió el sobre. Tom la vio, leyendo por encima, era del ministerio. Frunció el ceño, ¿para qué lo quería el ministerio? Él no había hecho nada. Sin más la tomó, abriéndola lentamente y sacando el pergamino. Leyó una, dos, tres veces... no... no... era una broma de mal gusto, era una broma de pésimo gusto, April's fools ya había pasado, estaban en Junio, no era tiempo de bromas... el ministerio lo estaba jodiendo.

ΜεταμόρφωσηDonde viven las historias. Descúbrelo ahora