Μεταμόρφωση

Epílogo

La reacción de Bella no fue muy parecida a la suya, Severus le explicó la situación cuando Millie no estaba en casa, cuando ninguno de sus hijos lo estaba.

—No, no entiendo.

—Es un chica, es lo único hay para entender.

—Pero físicamente es un chico, no entiendo por qué querría ser una chica.

Severus suspiró, ese mismo suspiro que Tom daba cuando estaba harto y necesitaba descansar de la discusión.

—No quiere ser una chica, es una chica, simplemente no tiene vagina como tú o mi abuela.

Tom hizo una mueca, lo último que necesitaba en su cabeza era una imagen de los genitales de Meredith, sintió un escalofrío, y sacudió su cabeza en un intento de borrarlo.

—No seas grosero.

— ¡No estoy...! —Suspiró de nuevo—. No estoy siendo grosero, sólo te estoy diciendo las cosas como son, tú tienes suerte que el sexo con el que te identificas concuerde con tus genitales, ella no, pero no por eso deja de ser una mujer.

—Lo siento, Severus, pero no lo comprendo.

—Está bien, lo entiendo. Sólo háblale de «ella», es lo único que te pido.

—Pero-

Severus le cortó.

—Mamá... yo tampoco entiendo mucho, pero respeto que su nombre es Millie y es una ella... si tú no puedes hacerlo entonces no tengo nada que hacer aquí.

Y se fue, Bella suspiró frustrada, después salió por el lado contrario, eso había sido el catorce de junio, y en septiembre seguían sin hablarse, claro que Severus había ido a las fiestas de cumpleaños de sus hermanos y se vieron en la de Harry, pero no le dirigió la palabra a Bella, Tom estaba seguro de la razón, siempre que su esposa intentaba acercarse Severus estaba con Millie, y lógicamente intentaba protegerla de cualquier comentario que la mujer pudiese llegar a decir, incluso si no eran con mala intención, él sabía lo mucho que las palabras podían dañar, especialmente a los preadolescentes.

En octubre vio a su esposa hacer un berrinche, nunca la había visto así, generalmente era capaz de expresar sus emociones como una persona adulta funcional, no solía gritar a menos que estuviese realmente enojada, pero incluso en ese momento eran palabras legibles, no como ese día, gritaba, manoteaba y él no era capaz de entender lo que decía, después de intentar calmarla y no conseguirlo simplemente la dejó seguir, de cierta forma le recordaba a sus hijos, la primera rabieta que vio tener a Severus fue a los trece, esa vez tuvo que pedirle ayuda a Dumbledore, quién le había dicho que intentase escuchar lo que tenía para decir, eso funcionó. La primera rabieta de Tom Cygnus fue a los tres años, esa vez intentó lo mismo, pero el niño estaba tan alterado que no se le entendía nada, a él lo abrazó hasta que pudo formular palabra. Con Mattheo no fue tan fácil, tenía cinco años mucha energía y no dejaba que nadie lo agarrase, le llevó hasta su habitación como pudo y le dejó destrozarla, cada cinco minutos abría la puerta para preguntar si ya podían hablar, hasta que el chico estaba calmado, le ayudó a ordenar mientras hablaban sobre qué había pasado. Curiosamente con quién menos había sido difícil fue con Delphine, aunque llorase a más no poder seguía entendiendo lo que decía, incluso cuando no dejaba que nadie la tocase, a Tom sí le dejaba.

Pero sabía que con Bella era diferente, los abrazos no ayudaban y ella no destrozaría la habitación, lo único que le quedaba era esperar a que pudiese formular una frase legible; lo que tomó bastante, cuando dejó de gritar empezó a llorar, Tom se levantó, está vez abrazándola, el coraje ya había pasado, no había riesgo de que le sacase el aire de un golpe, o peor; la jaló hasta el sillón para volver a sentarse, acurrucándola hasta que dejase de llorar, lo que les llevó otros treinta minutos aproximadamente; Bella tenía espasmos y Tom acariciaba su cabello.