Perderte.

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Pov t/n

Cuando abrí la puerta no pude evitar sonreír, esos ojos verdes se posaron en mí y lo único que deseaba era abrazarla tan fuerte.

- Adelante -me hice de lado para que pasara, cerré la puerta detrás de mí.

- Wow, que hermoso lugar -dijo colocando su bolso en una silla.

- Podemos sentarnos en el sofá -le dije- Quieres algo de beber? -pregunté.

- No, muchas gracias t/n -me sonrió y fuimos a sentarnos.

Nos quedamos en silencio por un momento, hasta que ella habló.

- Te extrañé mucho -bajó la mirada a sus manos- Y perdón por haber sido una total estúpida en estas últimas semanas. Tiene una explicación -me volvió a mirar.

- También te extrañé, y no, no pidas disculpas. De alguna manera entendía el porqué estabas distante... Tienes una respuesta, no? -la miré triste.

- Sí... por eso quería hablar contigo en persona, y no pude elegir otro día, deseaba que fuera hoy -suspiró- Ahm... yo... -quedó callada sin mirarme nuevamente.

- Elegiste a tu esposo...

- Sí, eso es lo que estuve practicando en todo este tiempo para decirte -seguía sin mirarme- Pero...

- Pero? -una duda entró en mí.

- Pero ahora no puedo decir lo mismo... -me miró directamente- No sé qué es lo que tienes, pero simplemente no puedo parar esto -miró mis labios- Después de todo creo que aún sigo siendo adicta a ti.

Mi corazón se aceleró, y antes de hablar sentí sus labios en los míos. Fue un beso desesperado, fue un beso lleno de nostalgia, cariño y mucha necesidad.

Le seguí el beso sintiendo una sensación de dolor y deseo, quería alejarme pero no podía.

Lizzie colocó sus manos en mi cuello, empujandome más al beso, sin perder el tiempo ella metió su lengua en mi boca lo que me hizo gemir.

Coloqué mis manos en los botones de su camisa, desprendiendo uno a uno, hasta dejarla sin ella. Salí del beso, bajé a su cuello y sin pensar tanto lo lamí lentamente hasta subir a su oído -No sabes en qué te metiste -sonreí, succione su lóbulo y recibí un gemido ahogado. Bajé nuevamente a su cuello, ambas estábamos desesperadas, ambas nos queríamos sentir completamente.
Antes de hacer otro movimiento, la miré, su mirada era profunda, sus pupilas estaban tan dilatadas, me hizo saber que estaba tan perdida como yo -Puedo quitarte el brasier? -le pregunto sin dejar de mirarla, ella sólo asintió y eso no me gustó mucho. Bajé una de mis manos en medio de sus piernas, apretando su muslo -Te pregunté algo Olsen -la miré directamente- Al sentir el apretón, ella volvió a gemir cerrando sus ojos.

- Sí, puedes quitarme lo que tú quieras -dijo acelerada- No quites tu mano de aquí -puso su mano encima de la mía- Puedes tocarme, tócame -me miró profundamente.

Sonreí victoriosa al saber que la podía controlar como quisiera en ese momento. Sin pensar dos veces le quité sus pantalones y se quedó en bragas -Acuéstate -dije ordenandola. Se acostó en el sofá sin pensar dos veces, me subí encima de ella y empecé a apreciar absolutamente todo su cuerpo -Que lindo lunar tienes en el pecho izquierdo -le dije, colocando suavemente mis dedos, tocando suavemente su piel, a lo que se estremeció -Quieres que te toque Elizabeth? -seguía rozando mis dedos, ahora en sus pechos, creando círculos -Quieres ser mía una vez más? -la miré muy excitada.

- T/n por favor... Sí, quiero ser completamente tuya, tócame por favor -suplicaba la rubia.

Bajé lentamente a sus senos, mientras chupaba y mordía una, con mi mano jugaba con la otra, ella soltaba pequeños gemidos, para mí eran la gloria. Seguí unos minutos ahí, decidí bajar de a poco, dejando besos suaves hasta llegar a sus muslos. Ella se descontrolo. Sus manos llegaron a mi cuero cabelludo, intentaron cambiarme en dirección a su centro. Eso tampoco me gustó.

Un Amor Im(posible) - Elizabeth Olsen Y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora