Un Amor Im(posible) - Elizabeth Olsen Y Tú.

Miller, Charlotte, Sofia.

Pov T/n

Llegamos al hotel que Jack me había indicado, era un lugar muy grande y lujoso. Espero no sea propiedad de Cristel.

Uno de los botones se acercó a mi ventana. - Buenas tardes señoritas, ¿en qué puedo ayudar?

- Buenas tardes señor... -sonreí amable, mirando su pequeño portanombre- Miller. Nos hospedaremos aquí, ¿el estacionamiento es seguro?

- Por supuesto señorita, el estacionamiento está muy seguro. ¿Me permiten llevar sus maletas? -preguntó, mientras seguíamos dentro del auto.

- No, no es necesario, sólo desearía que pudieras llevar mi coche al estacionamiento -dije amablemente, y el asintió con una linda sonrisa. Victoria y yo tomamos nuestras cosas, mirando con asombro lo hermoso que era el hotel por fuera.

- Señorita, ¿me podría decir su nombre antes? -dijo el amable botones.

- Sí, me llamo T/n T/a, un gusto -sonreí- Y ella es Victoria Pedretti.

- Sabía que las conocía de algún lado -empezó a reír- Mis hijas aman lo que hacen. A veces una se encierra en el baño creando conciertos y la otra se mira al espejo y llora dramáticamente -solté una risita al imaginármelo, Victoria creo que imaginó lo mismo.

- ¿De verdad? Wow, que hermoso saberlo. Espero que si eso es lo que aman, sigan luchando por ello -dijo Vic.

- ¿Podemos hacer algo por ti? -le pregunté amablemente.

- Sí -dijo emocionado, pero su expresión cambió al segundo- Digo, en realidad no... estoy trabajando y tengo que ser muy profesional. - Me acerqué a ese hombre que amaba a sus hijas y le susurré.

- Si quieres... -miré a mi alrededor como si entregaría algo prohibido, luego volví a él- Puedes pasarme algún correo electrónico, número de teléfono, instagram, lo que sea. Enviaremos saludos a tus bellas hijas -coloqué mi mano en su hombro- Eres un gran padre. -nunca pude decir eso, nunca pude decirle eso a mi propio padre.

- ¿De verdad? -sus ojos llorosos me hicieron sentir feliz por la decisión que había tomado. Me encanta ver a la gente feliz.

- Completamente - Victoria se acercó a nosotros y aceptó mi idea.

- Cuenta con nosotras señor Miller -le extendí la mano para saludarlo mejor.

- Me encantaría abrazarlas, pero si lo hago me despiden -soltó una risa- Saben... En este hotel se hospedan muchos famosos, y juro que ninguno fue así de amable conmigo ni con los encargados. Lograron que mi día vuelva a tener color y mucha esperanza en la gente rica y/o famosa.

- Es agradable hacer la diferencia -dijo Victoria, yo solo asentí sonriente.

- ¿Cómo se llaman tus hijas? -una buena pregunta.

- Una se llama Anne, la que ama cantar en el baño a todo pulmón no dejándonos dormir, y la otra, la llorona dramática se llama Taylor. -bromeó y sólo reímos. Era un agradable sujeto.

- Perfecto, entonces... Si no nos encuentras, sólo dile a tus hijas que estén pendientes a mis historias de instagram, ¿de acuerdo? -asintió muy emocionado, tomando así nuevamente su trabajo.

- Gracias, muchas gracias -terminó diciendo, subiendo a mi coche y dejándonos allí frente al hotel.

Victoria y yo ingresamos, decidimos hospedarnos por 3 días sólo para asegurar, ya que no sabría cuando volveríamos.

Llegamos a la puerta de nuestra habitación, anhelabamos descansar un poco. Estar sentadas por mucho tiempo nos había dejado sin la raya del culo.

Una vez que dejamos las maletas en una esquina, nos tiramos al mismo tiempo en la cama tan enorme.