Suegros.

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Pov T/n.

Llegó el día de conocer a mis suegros, estoy despierta desde muy temprano haciendo los quehaceres de la casa porque no quiero empezar a crear escenarios desastrosos.

Lizzie seguía durmiendo, mientras eso sucedía he ido a comprar café y donas para cuando ella despierte. No quiero arruinar nada hoy.

Estoy lavando los mismos platos por tercera vez, no es que me agrade mucho limpiar pero esto me ayuda a no viajar tanto por mis pensamientos. La música de fondo también calma un poco el caos que llevo dentro, es como un calmante, el mejor calmante.

- Buen día -sus brazos se aferran a mi cintura con lentitud, su mentón queda encima de mi hombro. Es inevitable sentir cosquillas dentro de mí.

- Buen día, ojitos -giro un poco mi cabeza para depositar un beso en su mejilla. Tiene los ojos chiquitos y la sonrisa más perfecta del mundo- ¿Has dormido bien?

- Muy bien, pero me hubiera encantado tenerte a mi lado al despertar -sus manos ingresan por debajo de mi remera acariciando cada parte de mi abdomen. Su voz ronca es de otro nivel.

- Lo siento bebé -termino de lavar los cubiertos, me seco las manos y me doy vuelta para quedar frente a ella- La próxima estaré a tu lado -beso sus labios- ¿Quieres desayunar? -me sonríe como nunca y asiente.

- ¿Qué hay para desayunar? -busca por la cocina el desayuno.

- Café y donas -llego junto a ella y le permito tomar su desayuno. - Espero y te gusten.

- ¿Desayunaste sin mi? -hace un pequeño puchero. Me vuelvo loca con esta mujer, hasta recién levantada es perfecta.

- Mi amor, me desperté más temprano y tenía mucha hambre -confieso y ella suelta una risita.

- Está bien, te perdono, pero siéntate a mi lado -sonrío y lo hago. Estamos en silencio pero no es incómodo, yo la miro y me sonríe, ella me mira y yo sonrío, todo precioso como siempre lo es cuando estoy a su lado. - No tienes que estar nerviosa, ¿sabes? -la miro algo confundida, ¿cómo podría saber algo?- Tus ojitos quieren cerrarse, la casa está brillando como nunca, fuiste por el desayuno sola, desayunaste sola... -toma mi mano y con su pulgar acaricia el dorso de mi mano- Todo saldrá bien, ellos te amarán, ¿de acuerdo? Te conozoco T/n, y no me niegues nada porque yo lo sé todo. -me quedo mirándola y suelto un fuerte suspiro algo cansada- Ven aquí, nena -empuja un poco la silla, me hace espacio para sentarme encima de ella y así lo hago- No sé qué fue lo que te hizo sentir tan nerviosa, pero créeme que mis padres son los mejores -me acaricia la espalda, sus uñas se pasean de arriba abajo- Ganaste mi corazón, también el de mis hermanas, mis padres quieren saber de ti y eso es algo positivo -me abraza por la cintura, me sigue observando con esos ojos esmeralda y yo coloco mis manos en su cuello- Mi amor, nada va a ir mal, ¿entendido? -asiento con los ojos aguados. La abrazo muy fuerte, ella es mi lugar seguro, no sé qué haría sin ella.

- Te amo mucho, gracias por ser así conmigo -sigo abrazándola. - Eres todo lo bueno.

- ¿Quieres ir a dormir un poquito? -no digo nada, sólo quiero quedarme así- Amor, son las 9 de la mañana, ¿a qué hora te despertaste?

- A las 04:00 AM -se aleja del abrazo y me mira con ojos de preocupación.

- Ay, nena -acaricia mi rostro y luego se acerca besando mis labios- Ve a descansar, ¿sí? Necesito que lo hagas.

- ¿Puedes ir a desayunar en la habitación? Quiero tenerte cerca -sonríe y asiente sin problema.

Llegamos a la habitación, logro quedarme dormida muy pronto ya que Lizzie acariciaba mi cabello con mucha suavidad. La mejor sensación del planeta.

Un Amor Im(posible) - Elizabeth Olsen Y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora