Contuve el aliento cuando sus brazos me rodearon firmemente. Casi dejé de respirar. Uno de sus brazos descansaba sobre mi cintura, manteniéndome firme allí, y el otro jugaba con mi cabello.
No sé cómo es que sobreviví la noche. O un par de minutos, para ser más exacta.
Hacía semanas que no estaba en sus brazos, y debo admitir que lo había extrañado enormemente. Me sentía tan cómoda, tan... segura. Estar en los brazos de Alex era una de las mejores cosas que había. Quiero decir, después de no tener algún tipo de cariño o contacto humano durante mucho tiempo, algo tan simple como un abrazo suyo me hacía sentir en el paraíso.
Y no cualquier tipo de paraíso, no. Sería uno de esos en los que fantaseas con hacer muchas cosas, y sólo algunas se vuelen realidad, principalmente las mejores. No sería pacífico, oh, no.
Estar con Alex me daba una seguridad que nunca había experimentado, y que me hacía mucha falta.
Me removí en sus brazos lentamente, de tal modo que estábamos cara a cara.
Hacía un buen rato que se había acostado a mi lado, pero estuve tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta de cuándo su respiración se volvió regular contra mi cabello.
Miré sobre su hombro y vi la ventana abierta. Puse los ojos en blanco. Por supuesto, él sólo estaba pensando en meterse en la cama conmigo.
Sus ojos estaban cerrados, y esas largas pestañas que tanto envidiaba le acarician la parte superior de las mejillas. Se me secó la boca cuando vi sus labios un poco entreabiertos.
"Si babea, yo no limpio"
Uh, creo que sería yo la que babeara. Porque bueno, no soy de piedra, y desde que él me manoseó cuando pensaba que dormía como que mi cuerpo no ha dejado de reaccionar por su toque.
Y menos cuando recién se acostó a mi lado y podía sentir su erección.
Mi brazo comenzó a entumirse por la incómoda posición y me removí entre sus brazos. Alex murmuró algo incoherente y me quedé helada, pensando que despertaría. Pero lo único que hizo, fue estrecharme más fuerte contra sí y dejar un beso en mi frente. Suavemente, dejé caer la cabeza sobre su pecho y cerré los ojos.
¿Estaría soñando conmigo?
Me pregunté qué pasaría mañana. Después de todo, él no me habló, sólo entró y se metió en la cama conmigo. No era para nada un tipo de disculpa, ¿cierto?
¿O quizás no?
Me gustaba pensar que por la mañana todo sería como antes. Antes de que él se diera cuenta del completo desastre que soy. Que despertaría y me diría que todo estaba bien, que no volvería a irse, porque me necesitaba tanto como yo a él.
Me cansé de ti.
Quizás él no quiso decir eso, no realmente.
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Cómeme con chocolate
Teen Fiction¿Qué haces cuando la persona que más quieres te ha dejado sola?