Cómeme con chocolate

Capitulo 13.

 –Toma el que quieras.-dijo Alex.

– ¿Estás hablando en serio? –pregunté con incredulidad.

Alex asintió y después hizo un ademán con la mano hacia el mostrador.
Solté un chillido muy de chica y prácticamente corrí hacia ahí.

Estoy en el cielo.

El mejor lugar en todo el mundo.

Mis ojos viajaron de un lado a otro, viendo todo lo que estaba a mi alcance.

Filas, filas, montones y montones de libros estaban delante de mí.

“El jodido paraíso”

Alex se lució. ¡Me llevó a una librería para nuestra cita!

¡¡Una librería!!

Debo admitir no estaba muuuuy nerviosa. Porque pensaba que me llevaría a… no sé, otro lugar y yo sólo pensaba “¿Y si no encajo?” “¿Y si no me quieren ahí?”

Pero en una librería… Dios, estoy totalmente en mi elemento.

Cuando salí de casa, dejé a una Allison muy decepcionada cuando vio que no mostraba mucha piel.

“Perra”

Alex no hablaba. No había dicho ni una sola palabra desde que me preguntó si estaba lista para irnos.

Y la verdad es que parecía nervioso.

“Adorableeeeeee”

No dijo una palabra hasta que nos bajamos de su auto.

Y luego había tomado mi mano.

¡Alex tomó mi mano!

Si, sueno absolutamente patética, ¡Pero Alex tomó mi mano!

Y ahora, estoy en el mejor lugar en todo el mundo.

Me moví de un lado a otro, tomando libro tras libro.
Alex sólo estaba a mi lado con una expresión divertida en su rostro.

Libros y libros llamándome… Diciendo que los compre.

“Kaelin…. Ven por nosotros. Sabemos que tú quieres…”

Cientos de nombres frente a mí.

Estuve cerca de 2 horas revoloteando alrededor. Y luego volteé a ver a Alex.

Ya no parecía divertido. Parecía exasperado.

Gemí internamente. No le he puesto nada de atención desde que llegamos.

“Bueno… ¡Duh! Nos trajo a una librería, ¿en serio esperaba atención? Debió haber sido consciente de que lo ignoraríamos totalmente cuando tuviéramos todos esos libros frente a nosotras. El chico es estúpido”

Me acerqué a Alex y lo empuje ligeramente con mi hombro.

 – ¿Estás bien? –pregunté. Me miró y asintió, apretándola mandíbula.- Alex, estoy hablando en serio, ¿te molesté o algo? Porque, por favor, dime si te hice enojar; no me gusta verte molesto.

Me miró y su expresión me dejó helada.

–No es nada. Es sólo que no estoy acostumbrado a que mis citas me ignoren todo el maldito tiempo.

Palidecí al instante.

Alex me miró atentamente y su expresión se suavizó al ver mi rostro pálido.

 – Kaelin… Lo siento, no estoy enojado contigo.  Sólo estoy pensando y  me pongo de mal humor cuando pienso…

“Entonces ya sabemos por qué el chico nunca piensa”