Capitulo 11.

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Una semana.

Ese es el tiempo que falta para regresara al instituto.

Una semana.

Ese es el tiempo que queda de vacaciones.

Una semana.

Alex se ha estado comportando de forma extraña durante una semana.

Digo, más extraño de lo normal.

Y justo en este momento me está mirando fijamente.

Sin parpadear.

Es espeluznante.

“Mírate en un espejo, quizá tengas un moco”

Entrecierro los ojos. La voz es tan oportuna.

 –¿Qué tanto me ves? –pregunto.

Alex parpadea rápidamente y me mira, confundido.

 –¿Qué? –pregunta.

Resoplo. 

–Llevo media hora hablándole al unicornio rosa invisible que tengo delante de mí, cuando creía que estaba hablando contigo, pero tú ni atención me pones. -le reclamo.

Alex frunce el ceño.

–¿Cómo sabes que el unicornio es rosa si es invisible?

Mentalmente me golpeo la cabeza contra la pared.

Le reclamé que no me pone atención, ¿y eso es lo único que entendió?

“Vaya, el chico es más estúpido de lo que pensamos”

Suspiro profundamente. Y después hago la pregunta del millón de dólares.

 –Alex… ¿Qué te pasa?-pregunto y dejo el libro que intentaba explicarle a un lado- Has estado muy raro últimamente. De hecho, apenas y hemos hablado en la última semana. Te has estado alejando de mí y no sé la razón. Dime, ¿hice algo mal?

Estoy preocupada, muy preocupada.

Las personas que quiero siempre se alejan de mí en algún momento.

Siempre me quedo sola.

Alex palidece un poco y frunce el ceño.

–No…  Tú no hiciste nada malo. –dice. Pero por alguna razón, no le creo- No me ocurre nada; sólo estoy un poco preocupado por el instituto. Tú sabes, seré el chico nuevo y todo eso…

“Y se enamorará de la chica más popular, quien será un ser sobrenatural, y vivirán felices para siempre”

Sigo sin creerle.

Alex acuna mi rostro entre sus manos y me mira a los ojos.

–Kaelin, no tienes nada de qué preocuparte, en serio. Si algo llegara a pasar, no será tu culpa; nunca nada es tu culpa, el que lo jode todo siempre soy yo; así que nunca pienses que eres la culpable de mi estado de ánimo.-dice y después susurra- Soy feliz si tú lo eres.

Cierro los ojos  fuertemente.

–Es que has estado muy extraño últimamente y…. No sé.

Alex toma una bocanada de aire.

–Abre los ojos –pide y lo hago- Lo que pasa es que… le he estado dando vueltas al asunto por unos días y… No sé qué vayas a pensar, porque quizá me ignores y pienses que es muy rápido; pero te juro que no estoy loco. –titubea- Y sólo…. Ah. Mierda, esto es difícil.

Sonrío por su obvio nerviosismo.

–Sólo dilo, Alex.

–Eh… Si… Pues yo quería saber si tú...Si yo…. –tartamudea- ¡A la mierda el papeleo! –grita- ¿Quieres salir conmigo?-pregunta- ¿Cómo, en…emh…una cita?

Cómeme con chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora