La pequeña librería estaba protegida por dos edificios colindantes de piedra que la envolvían convirtiéndola en una especie de tienda encantada que solo quienes la buscaban la encontraban, era un el lugar idóneo para reunirse como bien se dejaba ver tras sus ventanales y en la entrada de la misma; varias personas se agrupaban para hablar e intercambiar opiniones sobre el tema de máxima actualidad "La ley de la Reforma", el referéndum tendría lugar en unos días y el ambiente de la gran capital reflejaba la emoción y los nervios de aquel momento. Amelia y Luisita entraron esquivando el gentío hasta que dieron con Raquel, estaba detrás del mostrador vendiendo un libro, en cuanto escuchó la campanita de la entrada, dirigió la mirada a ellas y las sonrió.
- Amelia, por fin te animas a venir. - Soltó nada más terminar de atender a su último cliente.
- Está llenísima. - Añadió la rubia admirando el local y a la cantidad de gente que se encontraba en él.
- Sí, siempre se llena cuando.... bueno, ya sabéis.
- Todos los que están aquí son... - Preguntó sorprendida. La librera asintió con la cabeza sin quitar ojo a la morena que tras un breve saludo se había dedicado a consultar los diferentes libros. La rubia recorrió con la mirada la librería observando con detalle a cada una de las personas que estaban ahí, contó a un número bastante amplio, lo que le preocupó ya que recordaba que Raquel le había comentado que solían ser grupos pequeños.
- Pero somo muchos ¿no?
- Si, hoy no sé por qué ha venido más gente de lo normal, la verdad es que no sé cómo lo voy hacer, abajo no cabemos todos.
- No pretenderas hacer la reunión aquí.. - Comentó Amelia mirando los ventanales para indicar que estaban a la vista de cualquier viandante.
- No es la idea, pero si así fuera, no pasaría nada
- No sé, creo que es peligroso exponernos de esa manera.
- A ver, no quiero llamar la atención pero, tarde o temprano, os vais a exponer si vais a ir la manifestación.
- ¿Qué manifestación? - Preguntó Amelia extrañada dirigiendo la mirada a su novia.
- Vamos a salir a la calle para luchar por nuestros derechos, para que dejan de criminalizarnos, es el momento. - Sonó muy segura y llena de convicción. Aquel cambio se veía cada vez más cerca y la alegría y los nervios crecían a pasos agigantados. - Será en Barcelona.
- No vamos a ir. - Contestó la morena tajante.
- No irás tú. - Soltó Luisita tras la respuesta.
Intercambiaron una mirada lo suficientemente transparente para saber que no era el momento de discutir.
- Mirad, él es Armand, es de Barcelona, ha dado la casualidad que estaba aquí hoy y no ha querido perderse la reunión. - Interrumpió Raquel intentando calmar el ambiente. - Ellas son Amelia y Luisita, se mudaron a Madrid hace ya varios meses.
La pareja saludó con una cálida sonrisa y estrechándole la mano a aquel hombre de bigote
- Encantada. - Añadieron las dos a la vez.
Fue en esa sincronización inintencionada cuando sus miradas regresaron a su punto de partida y sonrieron divertidas. Amelia arqueó la ceja y dejó que aquella sensación de complicidad y aquellos ojos marrones borraron el pequeño enfado. Sintió ser tan vehemente, dejarse llevar por el impulso del momento y haber sido tan desagradable, pero ir a Barcelona era muy peligroso y tenía que hacérselo ver a su chica, sin embargo, cuando la veía tan emocionada, hablando de un futuro que cada vez era más un presente, entendía que no debía entrometerse, que su miedo no debía limitar a Luisita. Era consciente de aquello pero sus entrañas siempre le decían que no, que nadas era seguro.
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Invisibles
Fanfiction1976. Luisita y Amelia viven en un pequeño pueblo de Badajoz donde la dictadura sigue presente tanto fuera como dentro de sus casas. Lo único que tienen para escapar son los libros que la tía de Luisita, Clara, les manda todos los primeros miércole...