- Tú debes de ser Luisita, la sobrina ¿no? - Se acercó a ella dándole dos besos en cada mejilla.
- Sí, soy yo. - Respondió aún procesando todo lo acontecido.
- Ella es Raquel, también es amiga de Clara.
- Por eso me sonabas, te he visto en alguna foto. - Comentó Amelia sin mirar a Luisita.
- Tú y yo ya nos conocemos. - Sonrió a la rubia que se limitó a asentir con la cabeza.El ambiente comenzó a enrarecerse por segundos, un intercambio de miradas entre las dos parejas y un silencio incómodo invadió el lugar, Pelayo atento al encuentro, no dudó en romper el hielo ofreciéndoles algo de beber, sin decir nada, les puso a Natalia y a Raquel unas cañas con un "lo de siempre para mis chicas" mientras que para Amelia y Luisita se tomó la libertad de invitarlas a un mosto.
- Vosotras no sois tanto de cerveza. - Les guiñó un ojo mientras les ofrecía los vasos.
- Gracias Pelayo, muy amable. - Le agradeció Amelia aceptando la invitación.
Dirigió la mirada a la pelirroja que con un gesto les indicó ir hasta la mesa del fondo, donde solían sentarse y donde fue la primera vez que las vio.
- Avisé a Raquel porque creo que era necesario que también estuviera. - Inició Natalia la conversación. Sentía que era ella quien debía liderar la reunión, porque, principalmente, ella tenia la información que tanto Amelia como Luisita deseaban. Raquel, en cambio, había ido como apoyo a su amiga, no sabía muy bien tampoco cual era el objetivo de aquel encuentro y mucho menos se esperaba volver a ver a Luisita.
- Así que tú eres la sobrina de Clara.... - Lo dijo con un tono de curiosidad y de sorpresa. - Te imaginaba más pequeña. - Coqueteó con ella, incomodando a la rubia que instintivamente miró a Amelia esperando una reacción por su parte, pero no lo hizo, ni siquiera le devolvió la mirada.
- Bueno, nos podéis decir dónde está Clara. - Fue al grano, no quería estar mucho más tiempo ahí y ver el cortejo que la chica de ojos verdes estaba llevando a cabo con Luisita. Se sentía violenta y con ganas de marcar territorio como si Luisita fuera algo suyo. Se sintió mal por tener ese tipo de pensamientos. Necesitaba salir de ahí.
- Sí que vas directa ¿no?
- Llevamos tiempo buscándola y eres la primera persona que no nos ha mentido... de momento. - Salió en su defensa Luisita.
- Es que Clara... es mucha Clara. - Contestó Raquel.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Bueno, pues que no es santo de devoción de mucha gente.
- Eso es imposible. Clara siempre ha sido un amor, es simpática, amable y se preocupa mucho por los demás. - Contestó con fiereza queriendo proteger a su tía.
- Y lo es, claro que es lo. - Intervino Natalia al notar como la rubia se alteraba con aquel comentario desafortunado.
- Lo decía en el buen sentido, Luisita, Clara es muy querida pero es muy vehemente también y eso... pues no gusta mucho.
- ¡A quién me recuerda eso! - Murmuró Amelia lo suficientemente bajo para que solo Luisita la pudiera oír, la rubia la miró molesta, pero en cuanto vio la sonrisa de la morena y sus ojos diciéndole que todo iría bien, se apaciguó y le devolvió la sonrisa.
- Pero ¿sabéis dónde está? ¿Podéis llevarnos con ella? - Insistió Amelia.
- Sí sabemos donde esta pero es peligroso llevaros ahí. - Confesó la pelirroja.
- ¿Peligroso? No nos da miedo ir a donde tengamos que ir.
- No es peligroso para vosotras, es peligroso para ella.
El silencio volvió a invadirlas. ¿Peligroso? ¿Cómo de peligroso? ¿A qué se referían?
- Clara... se ha metido en problemas. - Continuó Natalia.
- ¿Qué problemas? ¿Luchar por los derechos de las ATS? Ya sabemos que la echaron del hospital por incitar a la gente a que se unieran a las concentraciones, pero no me creo que sea tan "peligroso".
- No la echaron por eso... o no solo por eso.
Natalia y Raquel intercambiaron una mirada llena de complicidad, sabían lo que una iba a decir con un simple gesto. Raquel asintió como si la estuviera animando a que se sincerara con la pareja. Era la hora de saber la verdad, de contarles lo que Clara hacía realmente.
- Clara forma parte del MDM.
- Eso ya lo sabemos. - Interrumpió Luisita molesta por la incertidumbre.
- Sí, pero también forma parte de PCE, tú tía es comunista, y lo dice abiertamente, lo que significa que tiene muchos enemigos, más de los que debería, el caso es que ha estado realizando actividades que no están muy bien consideradas y la han denunciado. Los grises la están buscando para encarcelarla. - Confesó finalmente.
- ¿Encarcelarla? pero ¿ por qué?
- Por querer ser libre.
- ¿Y dónde está ahora? ¿La tienen retenida? - Preguntó con ansiedad.
- No, no, está escondida, por eso es peligro que vayáis a verla. Si habéis estado preguntando por ella, es probable que sepan quienes sois..
- ¿Los grises? - Pudo notar el miedo en la voz de Amelia. Natalia asintió.
- Y mi tía ¿qué a va pasar con ella?
- El caso de Clara está en manos de Lourdes, una abogada de MDM.
- Sí, la conocemos.
- Nos estamos aferrando a la Ley de la Reforma*, con esa ley se acabara la dictadura o el menos legalmente, será el inicio de una democracia.
- Muy seguras estáis de eso - Afirmó Amelia
- Hay motivos para estarlo, Amelia, la sociedad está luchando por el cambio, las mujeres las primeras. El 15 de diciembre se hará n referéndum para aprobar ese ley y el pueblo decidirá.
- ¿Y confías en él?
- Confío en nosotras.
- Aún quedan semanas para eso. Necesito ver a mi tía antes, por favor. - Suplicó la rubia.
- No es necesario que yo vaya. - Replicó Amelia. - Puede ir Luisi sola, así será menos peligroso ¿no?
- No sé.. es que...
- Natalia, es su sobrina, seguro que a Clara le hará ilusión verla. - Sonrió a la rubia y después a Amelia.
- Está bien, déjame que lo organice.
- ¿En serio? - No pudo contener la emoción.
- Dame dos días, nos vemos aquí a la misma hora ¿vale?
- Vale, aquí estaré. - Aseguró Luisita con los ojos húmedos y una enorme sonrisa que contagió a Amelia.

ESTÁS LEYENDO
Invisibles
Fanfiction1976. Luisita y Amelia viven en un pequeño pueblo de Badajoz donde la dictadura sigue presente tanto fuera como dentro de sus casas. Lo único que tienen para escapar son los libros que la tía de Luisita, Clara, les manda todos los primeros miércole...