Capitulo 49

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El encuentro con Luisita le había desestabilizado más de lo esperado. Llevaba días queriendo y provocando aquel encuentro pero no tuvo en cuenta todo lo que la removería. Volver a verla le había demostrado que su mera compañía era más que suficiente, sin embargo, hubo algo que le llamó la atención, algo que le hizo ver que nada era como antes y que quizás nunca lo volvería a ser. Había estado nerviosa más de una vez a causa de Luisita, pero ese ambiente enrarecido que en ocasiones se dibujaba en la tienda era nuevo. Conocía a Luisita desde pequeña, era capaz de decir el número de cicatrices que tenía, el lugar y cómo se las hizo, pero ese día... Ese día había una sombra en ella que nunca antes había visto.

****

Aquella tarde, al salir del trabajo, Amelia se pasó por el bar de siempre, apostada en la barra con una copa, se encontraba Lourdes, hacía tiempo que no se veían, habían estado quedando tras la ruptura de Amelia y Luisita pero las últimas semanas habían sido muy caóticas tanto para Lourdes como para ella.

- ¿Lourdes?
- ¡Amelia! - Se levantó para recibirla con un cálido abrazo. - ¿Cómo estás?
- Pues no tan bien como tú...
- ¡Qué boba eres! Pero se agradece, que últimamente no hago otra cosa más que trabajar y no me da la vida para nada. - La invitó a que se sentará con ella.
- Imagino, se acerca lo de la manifestación ¿Cómo lo lleváis?
- Está siendo un poco caótico, menos mal que en Barcelona tenemos a gente...
- ¿Y eso? ¿Andáis faltos de personal?
- Más que faltos necesitamos a alguien que organice un poco, no me paran de llegar casos nuevos y me paso el día en los juzgados o en los cuarteles de los grises y solo con Raquel no nos da.
-  Con Raquel y con  Luisita ¿no? 
- Luisita.... ¿no lo sabes? - Negó con la cabeza. - Dejó el movimiento a los pocos días de la muerte de Clara. ¿No te ha contado nada?
- Hace tiempo que no nos vemos, bueno, nos vimos hace poco pero apenas hablamos y no me contó nada.
- Lo dejó, no quiere saber nada de lo que hacemos. Raquel ha intentado convencerla en más de una ocasión pero nada, sigue en sus treces, ya sabes lo cabezota que es.
- Lo sé... Me sorprende, estaba muy implicada justo antes de lo de Clara.
- Ya, es una pena, Luisita tiene madera de líder, ayudaba mucho y las mujeres de los barrios la adoraban, ha hecho mucho más de lo que ella cree, pero siente que ya no merece la pena y no la culpa, lo de Clara ha sido un golpe muy duro para todas... - Hizo una breve pausa para coger un poco de aire, recordar a Clara siempre la removía. -  ¿Y tú? ¿Cómo estás?
- Bien, como siempre, ya sabes, mucho trabajo, Cornejo se está convirtiendo en un referente así que imagínate...
- Me alegro, sé que disfrutas de tu trabajo.
- Sí, lo hago, pero... - Dudó. -  no todo es trabajo.
- ¿Qué quieres decir?
- El otro día cuando vi a Luisita me di cuenta que desde que ya no estoy con ella solo me limito a trabajar, de casa a la tienda y de la tienda a casa, no hago nada más, antes por lo menos estaba con Luisita, hacíamos cosas juntas pero ahora... 

Llevaba varios días con aquel pensamiento rondándole en la mente pero nunca antes lo había verbalizado. Sentía que cuando ponía en palabras sus pensamientos, éstos se hacían más reales y a veces la realidad la abrumaba.

- ¿Estás pensando en conocer a más gente?
- Sí.... Bueno... No como te imaginas, no estoy aún preparada para estar con nadie, me refiero a salir más, tener más amigas... Solo te tengo a ti y apenas nos vemos. Siento que a veces vivo para trabajar más que trabajar para vivir.

Al menos con Luisita tenía un aliciente, compartir la vida con ella era lo que le daba sentido al trabajo y a Madrid. Ahora todo su mundo se había desvanecido y debía construir uno nuevo y no sabía muy bien cómo hacerlo. 

- ¿Sabes dónde puedes conocer a más gente? - Sonrió divertida como si tuviese un as en la manga.
- A ver, sorpréndeme...
- En nuestra sede. - Respondió segura de haber tenido la mejor idea del día.
- Que pasa que como no tienes a Luisita ahora me quieres reclutar a mi... - Se burló.
- Siempre he querido reclutarte y lo sabes. No tiene porque ser nada político, sabes mejor que nadie que lo que hacemos va más allá, ayudamos a todas las mujeres en cualquier situación de riesgo o de inclusión social y ahí es donde entras tú. Estarías ayudando con cero implicación política, como a ti te gusta. Piénsalo, nos vendría bien una mano desde la salida de Luisita. 

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