Capítulo 30

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- ¿Qué? - La rubia no tardó en abrir la puerta extrañada por su declaración. - ¿por qué dices eso?
- No sé... es que le estoy dando vueltas a los que nos han dicho,  a que los grises están buscando a Clara.
- ¿Crees que no la están buscando?
- No, no sé, es que tampoco nos han llegado a decir por qué la buscan exactamente.
- Sí,  nos han dicho que es por sus ideas políticas.
- ¿Solo?
-  ¿Te parece poco?  Hay un montón de presos políticos.
- Ya, pero tu tía no es política, siempre ha sido muy discreta y... que no es Santiago Carillo. 
- Tienes una teoría. - La miró esperando su confirmación. - Suéltala. - Se sentó a su lado.
- Creo que tu... - Cogió aire. - creo que tía ha abortado y por eso la persiguen. - Dijo de carrerilla.
- ¡Qué! ¡Eso es imposible! Mi tía nunca haría eso. - Se levantó airada, regresó al baño y comenzó a cepillarse el pelo con la intención de no entrar en la discusión que Amelia parecía estar dispuesta a tener.
-  Eso no lo sabes.  - La siguió con la mirada, atenta a su reacción.
- Ni tú, Amelia, y perdona que te lo diga, pero quien más la conoce de aquí soy yo que para algo soy su sobrina. - Sentenció.
La morena se colocó en el marco de la puerta del baño, la observó con cautela, sabiendo que lo que iba a decir no le iba a gustar a la rubia.
- Recuerdas cuando fuimos a su casa...
- Sí...
- Había un montón de papeles, entre ellos vi su historial clínico... - Hizo una pausa. - estaba embarazada.
- ¿Seguro que era de ella? - Le tembló la voz.
- Estaba su nombre escrito.
La rubia dirigió su mirada hacia Amelia quien la recibió con precaución. Vio la duda en sus ojos.
- Piénsalo... - Suavizó su voz. - tiene sentido, por eso cuando preguntamos en el hospital pusieron esas caras y nos mintieron y por eso la echaron. No por sus ideales...
- No sé, Amelia... lo que estás diciendo es muy fuerte. Mi tía siempre ha estado a favor de la vida.
- Y de la libertad para poder tomar decisiones.
- Pues por eso, no abortaría.
- ¿Estás segura?
- ¡Amelia, es enfermera, claro que sí! - No pudo evitar alzar la voz. - Se hizo enfermera para ayudar a los demás, porque cree en la vida, ella nunca mat... a su.. propio... - No logró pronunciar aquella palabra, un nudo en el estómago ascendió hasta sus cuerdas vocales reteniendo el sonido.
- Lo sé, Luisi, pero eso no quita que no quisiera ser madre o que no pudiera mantenerlo.
- Le encantan los niños, a mi me adoraba. - Intentaba convencerse. Creer que las palabras de Amelia estaban sustentadas en un vacío que hacía imposible aquella teoría. Clara era una mujer libre, generosa y amante de la vida no concebía que fuera capaz de hacerse eso.
- Luisi. - La llamó varias veces hasta captar su atención. - Abortar no es algo malo.
Recibió una dura mirada de la rubia que le exigía que se retractara.
- O no siempre. - Reculó. - Hay casos y casos, no todas las mujeres están preparadas para ser madre o no están o no quieren. Quizás tu tía no quería y actuó creyendo que era lo mejor para ella.
- Y el bebé ¿qué?
- Aún no era un bebé.
- Claro que sí. - Sonó tajante con la intención de finalizar aquella conversación.

Cerró la puerta ante la atenta mirada de Amelia y se apoyó en el lavabo para coger aire y tranquilizar sus emociones que iban y venían. Le resultaba asombroso no solo que su tía fuera capaz de abortar, como la morena había insinuado, si no también la actitud de Amelia, justificando aquel acto y dándole a entender que estaba a favor. Un sentimiento de incredulidad se abrió paso en sus pensamientos ¿Sería Amelia capaz de abortar? ¿Y su tía? ¿Qué clase de personas eran? Comenzó a dudar de la moralidad de las personas más importantes de su vida, no entendía como podían preferir la muerte ante la vida de un ser humano. Si el motivo por el que Clara estaba escondida era ese entonces no quería verla. Un sentimiento de decepción se instaló en su pecho aferrándose a sus costillas, no quería enfrentarse a ella, ni siquiera quería escuchar sus excusas.

Cuando terminó de secarse, Luisita se dirigió a la cama sin decir nada, se tumbó bajo la mirada de Amelia  y con un simple "buenas noches" terminó su día dejando a una Amelia desconcertada y preocupada.

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