Angie
Estamos por salir del centro comercial cuando Mayra me frena de golpe y tropiezos con mis pies y casi estampó mi nariz al suelo, la personas pasan a nuestro alrededor esquivandonos.
— Espérate un momento— me pide con los ojos abiertos de par en par—. —¿Ese es el tipo que te desvirgó ?
—Básicamente sí— le respondí seria.
—Nunca hablamos de cómo se veía el tipo— se queja.
—¿ Y eso qué tiene que ver ? — pregunté cansada de tener esta conversación y a penas empezaba.
—Mi niña que si tú me hubieras dicho que el hombre era un modelo de Calvin Klein todo sería diferente— replicó poniendo las manos en su cintura.
—¿ Y eso qué tiene que ver? No seas clasista— le reproche.
— Amiga, pero ya quisiera yo que un hombre como ese se hubiera llevado mi tarjeta V, en cambio fue Peter Baker en su camioneta, el día de la graduación y borracho — se queja.
—No me lo recuerdes— le contesté —ese día tuve que salir a buscarte porque El imbécil te dejo varada en Walmart— me tomé a la tarea de recordarle.
— No me lo recuerdes —respondió ella su vez, con un gesto de su mano.
—¿ Podemos irnos? — pregunte viendo los lados por si me había seguido.
— Sí, mejor vámonos. Ya luego me cuentas más sobre eso— me empuja a la salida la cual aceptó gusto y comienzo a caminar.
— ¿Qué te voy a contar? — cuestione, esta mujer se golpeó la cabeza al nacer.
—Los tatuajes amiga, el porte, el cabello largo, ese hombre tiene tatuado el bad boy por todos lados — decreta.
— Creo que es el peor de todos — No presagio nada bueno de esa visita.
—¿crees que tan malo fue? — Me pregunta.
—No sé no lo recuerdo —me queje.
Uana vez nos montamos en su carro, al llegar a casa ella iba a bajar las bolsas y la detuve.
—No las bajes —acierto en decir.
— La malvada madrastra — se burla soltando las bolsas de compras— ¿sabes que nos falta la máscara?
—Cierto que es una mascarada, se me había olvidado — golpee mi frente, luego de dejar las cosas en su coche.
—Vamos a entrar a tu recámara y buscamos en internet, deben haber unas hermosas—me asegura — vamos a ver si existe una que tape media cara y así podrás pasar un poco más desapercibida.
— ¿Has visto mi color de piel y mi cabello? — le pregunté con sarcasmo.
— Eres una negra hermosa, ya quisiera yo tener ese cabello— se agarra sus pelos.
La verdad es que Mayra y yo éramos como el yin y el yan, mientras que ella es bajita, rubia, ojos azules como una muñeca y de pocas curvas más bien tirando a modelo, yo soy todo lo contrario, alta ojos oscuros, tengo un poco más de cadera, de facciones delicadas, un afro que me encanta, de pechos medianos y trasero grande, todo eso heredado de mi madre
—No quieres este cabello— lo agarré con mis dos manos— este cabello para cuidarlos hasta mucho y es más difícil. El tuyo sería un rubio hermoso si no te lo pintas de quinientos mil colores.
— Tuvieras un rubio natural, muy bonito — Me remedo— no es cierto.
Es que mi amiga es una rebelde sin causa. Así que siempre se está pintando el cabello de colores extravagantes, esta vez lo llevaba púrpura. Entramos por la cocina para no cruzarnos con nadie que nos amargue el día y nos fuimos directas a mi habitación en el sótano, cocine algo ligero para las 2 y comenzamos a buscar la máscara.