46- Ignati.
Los cálculos no fallan, sé exactamente el día, mejor dicho, la noche en la que Angelie irrumpió en mi vida, la he estado vigilando una semana después de nuestro encuentro y no hubo ningún hombre acercándose a ella.
Esta gestando a mi hijo y se ve feliz de hacerlo.
Tengo más cosas que solucionar de las que pensaba, ahora no solo es su seguridad sino la de nuestro hijo. Porque es varón.
El doctor me lo dijo antes de irse con mirada de orgullo, Angelie esta esperando un varón. Un Volkov. La nueva generación está gestando en su vientre.
A pesar de lo que muchos creen a la Bratva no le gusta que la familia esté regada por el mundo y ven con malos ojos a los hijos bastardos de estos, dándose a la libertad de llamarlos esclavos, son arrancados del pecho de su madre para llevarlos a la cloaca. Literal, la madre se convierte en una puta más y eso nunca nos a preocupado. Hasta ahora ningún Volkov ha engendrado fuera del matrimonio, pues bien. Las cosas cambian.
La cloaca es un lugar bajo tierra en donde las peleas son el negocio más antiguo que se mueve en ese territorio, allí me entrené con los peores criminales que la madre Rusia parió.
Entonces llamé a la única persona que sabía que me ayudaría.
-Madre- saludé en cuanto me contestó -tenemos un problema que hay que solucionar.
-Bien, lo que sea que necesites -su voz era inflexible a la hora de pensar que cualquiera de nosotros está en peligro, por muy adultos que seamos.
Le conté todo lo que pasó hoy y lo que descubrí, excepto el sexo del bebé y le pedí unas cuantas cosas a tener lista para cuando llegáramos. Colgué y salí al pasillo a fumarme un cigarro, pensé que sería un viaje rápido y no traje mi puro, así que cuando ella cenaba baje a comprar algunas cosas.
Mikhail caminaba por el pasillo, su habitación era continua a la mía, su cara era inexpresiva y yo se la devolví.
-Dijiste que ella no era nadie -se reclina en la pared del frente, lo dijo en voz baja y pacífico, pero sabía que estaba enojado.
-Pues ahora lo es todo -sonreí de manera ruin porque sabía que le molestaba -vas a ser tío, felicidades -hablé despacio como si no importará, la verdad era que si importaba. Nuevamente me guardé solo para mí que era niño.
-Sabes que la familia no lo va aceptar -me señala con un dedo. Por familia se refiere a la Bratva, pero yo los dirijo a ellos, no al revés.
-No me señales y ya mamá lo sabe, hay un plan en marcha -me encogí de hombros.
-Lo traerás al mundo- me dijo en tono acusa torio y no como una pregunta. Era una maldita realidad.
-¿Y? Eso no es tu problema, Mikhail -le devolví la pelota a su tejado- no puedes venir con tus golpes de moral cuando tienes una mujer y su sobrina secuestrados en tu habitación -le reproche -ella solo sigue allí por que madre dice que te hace bien y porque sinceramente me importa una mierda, pero no te equivoques, mira mal a Angelie una sola vez y te hundo.
-Entonces no será solo una esclava -no fue una pregunta. Lo dijo negándose a responder a mi amenaza.
-No seas ridículo, Mikhail -desestime eso en el acto- ¿cuándo has visto que una esclava sea la madre de un Volkov? -eso jamás había ocurrido.
-Espero no te hundas en esto, no parece una mujer con material suficiente para traer al mundo a un Volkov.
-Ya está sucediendo - me encogí de hombros- ya se está gestando, si es o no material para eso ya el tiempo lo dirá.