11- Angie

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Angie

Estamos en completo silencio mientras me lleva a mi casa.

¿ Se tilda de locura subirse al carro de un completo desconocido?

Es probable que si, pero ya lo hecho, hecho está y voy hacer nada al retractarme.

Además no siento una amenaza como tal, aunque lo sea.

Por que sé que es una amenaza letal para cualquier ser humano.

— No eres como yo esperaba — me dice sin mirarme.

Juraría que me estaba ignorando y solo me llevaba del punto A al punto B.

— No suelo ser como los demás quieren— murmure— me la paso decepcionando a todos.

— No me decepcionas, no espero nada ti— deja caer, tomando una curva con facilidad.

Su coche es hermoso y lo admiro discretamente, de repente gira a la derecha y era a la izquierda y me quedo descolocada.

—No es por aquí, señor — dije el señor con retintin— puede girar en U en la siguiente calle.

Mi corazón se comenzó acelerar y mi mente comenzó a recordarme que este es el hombre con el que perdí la virginidad sin estar completamente consciente.

— Se que no es por aquí, no soy idiota Angelito— habló en un murmullo.

— Deja de llamarme así — le pedí — suena como un insulto viniendo de ti.

— Lo es— habla tranquilo sin miedo a represalias— eres más peligrosa por que aún no sabes quién eres y tu potencial.

Deje de ver por la ventana para darle toda mi atención.

— ¿Por qué me llamas Angelito? — pregunté enojada— ¿potencial para que? 

No contestó.

Sin no embargo no quería rendirme, salíamos de la ciudad para ir a un lugar solitario a las afueras de la ciudad, manejó por unos diez minutos hasta encontrarse con algunos carros, el ruido de la música se hacía más fuerte a medida que nos acercamos y allí se abrió paso a la gente.

Mujeres con poca ropa bailando encima de los hombres, hombres que revisaban sus carros y resople.

— ¡Genial, me metiste en la película de rápido y furioso! — exclame enojada.

— Es mejor que eso — asegura viéndome por primera vez — esto es de verdad.

Trague grueso muy nerviosa, viendo a todos los coloridos carros y me sentía dentro del ser de la película.

« si salía Dominick Toretto le pediría el autógrafo pensé en mis adentros»

—Esto es muy gracioso, ahora llévame a casa— exigí de malas maneras.

No suelo ser así de intransigente, siempre soy de las que se deja llevar en la dirección que le dicten, pero Ignati Volkov saca lo peor de mí.

Para completar todo este embrollo si padre no me encuentra en mi habitación cuando llegue me daré por muerta.

—Mi padre... — volví al ataque, él me interrumpió poniendo su dedos en mis labios.

Mi cuerpo vibraba donde me tocaba fascinada con lo que su toque le hacía a mi sistema, sentía que entraba en corto circuito.

—No me interesa tu padre, vive tu jodida vida sin decir mi padre esto o aquello por que me parece que lo dices mucho— explica con aburrimiento —, solo vine por algo y ya nos vamos.

Escapando del jefe de la mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora