CAPÍTULO VEINTIDOS

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Elizabeth

Ha pasado tanto, joder. En una semana mi vida ha cambiado bastante. Vamos a recordar un poco; Después de la discusión que tuve con Daniel en mi habitación, al día siguiente él no me informó sobre una reunión que llevaban a cabo. Me estresé y actué mal. Le hice un show terrible apuntandole con un arma, la pelea termino cuando follando con ropa en la mesa de vidrio y al lado de la puerta y peleamos nuevamente. Me desahogué con alguien, Alejandra; Horas más tarde tuvimos una pequeña charla, muy corta habíamos quedado en que yo iba a ir a su casa para hablar sobre lo que pasó, pero las cosas tuvieron otro rumbo. Yo estaba arreglándome en mi casa, a los 5 minutos estaba peleando y disparando como loca por toda el apartamento. Había más de 8 hombres intentando matarme o capturarme. Eran italianos. Todos terminaron muertos, ya que a penas sospeché que no estaba sola le avisé a Daniel y él llegó con mi padre y Aaron. Luego de eso, todos nos quedamos en la mansión Davis. Dormí con Daniel, claro después de coger toda la noche. Me desperté a su lado... No sé que pensar justo ahora o como actuar.

Llevo 8 años enamorada de Daniel, tuve que guardarme lo que sentía porque él nunca dió señal de sentir lo mismo. Y me los guarde aún más cuando inicié mi relación con Andrew.

Justo ahora estamos en una reunión, a la cual nos citaron, Aaron quiere iniciar la campaña de Daniel. Yo hoy no me he sentido bien, tengo los nervios de punta y sentir la mano de Daniel quitándome los nervios, es un alivio enorme.

La puerta se abre de golpe, me giro y veo a una mujer con un bebé en brazos.

—Daniel, te presento a tu hijo.

Vuelvo y miro a Daniel, está pálido.

¿Un hijo?

Aaron carraspea y es el primero en hablar.

—Señorita —la saluda con un asentimiento de cabeza.

—Que pena, Aaron.

Mis ojos pasan de la mujer al bebé y del bebé a Daniel. La ira mezclada con nervios no es una buena combinación, no para mi. ¿Será que a esto se referían con el correo que me enviaron hace unos días?

Me pongo de pie y Daniel me toma la mano.

—Eli —hace un intento de detenerme pero yo lo empujo y salgo de la oficina.

Entro a mi oficina y me encuentro con Alejandra. La rubia me mira confundida.

—¿Que sucedió? —se quita los audífonos.

—Tu primo tiene un hijo.

Ella suelta una carcajada.

—No es un chiste —arrugo mis cejas.

Alejandra se calla de golpe.

—Imposible, Eli.

—No hay nada imposible en esta vida —declaro.

—Es imposible —repite.

—No lo es.

—¿Cómo sabes que tiene un hijo?

—Porque la madre y el bebé acaban de entrar a la sala. Ella le dijo: «Daniel, te presento a tu hijo».

—Dudo tanto que sea su hijo.

Ruedo los ojos.

No puedo creer que Alejandra sea tan ciega. Es Daniel. Ese hombre folla todo el tiempo.

—Tu primo no es un sant...

—Él no quieres hijos —me corta—. Él no quiere traer hijos a este mundo. Me lo dijo hace unos meses.

LA MISIÓN DE AMARTE  [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora