CAPITULO SETENTA Y NUEVE

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Elizabeth.

Me siento detrás de el escritorio de la oficina de la casa. Aprovecho de que Alejandra me reemplaza un par de horas en el hospital. 

Necesitaba sacar a mi hija de ese lugar, la veo corretear con sus amigos de un lado a otro en el jardín trasero a través del cristal. Mi hija se detiene por un momento y me dedica una mirada como si me preguntara de que si estaba bien, así que asiento para asegurarle que todo esta bien. Me devuelve un asentimiento con la cabeza y vuelve con sus amigos. Acaban de llegar y temo de que alguien saldrá herido. Rose pidió jugar a darse batazos —con los de hule, por supuesto—, pero mi hija dijo que eso era aburrido, que mejor era con los de madera. A lo que tuve que decir que no. Así que están jugando con palos de escoba, son menos gruesos y peligrosos. 

Aparto ese pensamiento. No. Es solo mi hija de siete años queriendo jugar.

Mi mente, sin embargo empieza a divagar.

¿Que hubiera pasado si Giorgia no nos hubiera separado de Daniel? ¿Acaso yo seria otra? ¿Aaron y Alejandra no hubiesen acudido al alcohol? 

A veces me pregunto sobre que demonios le pasó a Giorgia, algo muy jodido debió pasar para que se volviera una persona tan trastornada y peligrosa para la sociedad. Y aunque no lo admita, ni siquiera con mi esposo, me gustaría saber sobre como trabaja su mente. Tantas incógnitas, tantas dudas... Hay piezas del rompecabezas que faltan y apesar de que falten muy pocas, son las que darán el veredicto final de esto

Antes de saber todo sobre Giorgia, yo en verdad era feliz. Solo me importaba mi carrera, mis amigas y mi padre. Mis metas eran volverme la mejor soldado del maldito mundo. Callar a todo machista que haya dudado de mi, no pretendía ser una maquina matar como lo soy ahora, todo era diferente. También soñaba con una familia y vivir en paz con ellos en una casa hermosa. Pero ahora solo temo como meta acabar con mis enemigos y todo aquel que sea un riesgo para mi familia, la sed de poder sigue creciendo y por mucho que lo he conseguido, quiero mas.

Mi panza se tensa por unos segundos de una forma dolorosa, me doblo en mi asiento con las manos en abdomen y gimo. El dolor desaparece así como apareció. Joder, ese si me hizo sudar. Me echo hacia atrás suspirando. Debo ir al medico en cuanto antes, pero esperare a que Daniel vuelva de la misión. 

Me pongo a revisar el caso que estamos llevando ahora. Debemos respetar los gustos de los demás, pero el canibalismo jamás podría ser aceptado, es una practica peligrosa y el dirigente que permita algo como tal esta igual de retorcido que quienes la practican. Cientos de personas mueren. Personas inocentes terminan muertas solo por la satisfacción de este grupo. 

Bufo. 

Como si yo no hubiera acabado con una maldita ciudad y como si en esos siete años en los que mi esposo estuvo secuestrado no maté a cientos de personas y no me importó si fueran buenos o malos, quería matar a todos. Culpé al mundo entero por algo que solo tenia una responsable, Giorgia. Y aunque ese era un buen pasatiempo durante esos años, tambien me encargué de que la institución y la central no se vinieran abajo tras la perdida del Ministro y la caída de los Boucher. Tuve que hacer estudios detallados y sacar a todo el que trabajaba para Giorgia, para mi sorpresa... encontré cinco personas trabajando para mi y tambien para ella, y accidentalmente murieron cuando fueron enviados a una misión.

Recuerdo que la familia real envió su pésame y tambien ofrecieron ayuda en lo que necesitara. Y lo hice. Usé su ayuda para desestabiliza a mafia italiana, acabé con uno de sus clanes importantes, solo necesité que el rey diera autorización al primer ministro de Belice para que permitiera mi entrada al país, al igual que mi ejercito. Tomamos a los italianos en su casino de Corozal. Este clan era el encargo de la mayoría de dinero que lavaba la mafia. Aunque no pude sacarle información al capo, pues prefirió suicidarse que traicionar a su dama. Ni un solo italiano sobrevivió al ataque. Todos murieron. 45 italianos y 22 civiles. No lo sentí en ese momento, estaba tan cegada por el odio que abrí fuego.

LA MISIÓN DE AMARTE  [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora