LA MISIÓN DE AMARTE [BORRADOR]

CAPÍTULO TREINTA Y SEIS

Daniel

Paris, Francia. 25 de Junio 2023.

Quiero pegarme contra un muro, la cabeza me duele, la ira me carcome las entrañas. Aprieto la mandíbula tan fuerte que el hueso produce un leve sonido.

—Relajate, baby. —Steve me acaricia el hombro.

—Está sola allí abajo, sin protección alguna.

Me remuevo el cabello estresado, observando a Elizabeth a unos cuantos metros pasearse por el salón del Palacio y conversar con los príncipes, reyes y reina. Luce hermosa.

Si estuviésemos en los tiempos de reyes y reinas, sin duda, Elizabeth sería la reina más hermosa, inteligente y valiente del mundo. Sería mi reina y yo su súbdito.

Trae un vestido no tan acampanado, dónde su cadera desaparece entre tanto volumen. Son colores azules claros; que a medida que los velos bajan, el azul oscurece.

Al parecer ella presiente mi mirada y voltea a verme, me regala una pequeña sonrisa, antes de volver con el príncipe.

Miro mi reloj, ya me quiero largar con Elizabeth. No puedo más, los bailes, las conversaciones, no, no quiero estar más aquí. Necesito llegar a casa y dormir con mi novia, estoy agotado. Llevamos más de dos horas aquí.

Concentrándome un poco, busco con mi mirada al Rey de Inglaterra. Reviso cada rincón con mis ojos, no puedo levantar sospecha alguna.

—No está el rey —murmuro.

—Deja me comunico con Peter —Steve se gira con una mano en su oreja.

Bajo las escaleras, abriendome paso entre la multitud, saludo cordial a todos y actúo como un chaperon más y no como un militar infiltrado para salvar la vida de cientos de personas. Camino por el espacio, perdiendo a Elizabeth de vista.

Todos a diferencia de la general tenemos micrófonos y armas. Lo único que lleva ella es un cuchillo que le envió su padre para que se protegiera. Realmente no me preocupa de que ella luche con alguien o con varios, lo que me preocupa es que le disparen, no trae chaleco antibalas. Por más que intento concentrarme en la misión, no puedo.

Inhalo y exhalo profundo.

—El rey está hablando con el príncipe de la India. A 15 metros al noroeste de su punto, coronel. —Informa Ivanov.

Busco al rey y si, efectivamente, están dialogando.

Estamos en un baile de beneficencia para los más necesitados, por eso todos los reyes, reinas, princesas y príncipes están aquí, al igual que muchos políticos y personas influyentes en el mundo. Donarán no sé cuánto dinero, este se repartirá en los países donde más se requiera de estos fondos. Al haber tanto dinero, tantas personas poderosas, el Palacio de Versalles se convierte en un blanco fácil. Con un solo político que muera hoy, el país bajo su mando se volvería un caos y eso es lo que un terrorista quiere y anhela. Por ende, se solicitó nuestra ayuda.

Las personas siguen bailando y celebrando, bebiendo champaña, vino y demás. Las conversaciones de los políticos se ponen aburridas. Algunos líderes aprovechan para entablar una relación con los países vecinos y llegar a acuerdos que beneficien a todos.

—Capitan Wilson, detecto un movimento extraño a 7 metros al sureste de su punto —Peter.

—No logró ver nada.

—Hackearé las cámaras del lugar. Un momento.

Estamos usando las cámaras infrarrojas, pero es mejor que haga su táctica.