21 | La historia de su guitarra

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Era sábado y Alec había pasado casi toda la mañana haciendo su tarea de Diseño de Sistemas Térmicos con Hanniel: lo llamó para convencerlo de hacer los trabajos juntos, por lo que se reunieron en la plaza al aire libre frente a la residencia de Alec.

Parte de su intención era conseguir averiguar qué problema tenía con Matt, además de lo que ya le hubiera comentado, porque Benjamin tenía razón: la tensión entre ellos era asfixiante, además de que Matt ni siquiera quería mirarlo a la cara.

—¿Has hablado con Matt? —le había preguntado Alec, pero Hanniel frunció el ceño.

—¿De qué?

Alec se encogió de hombros.

—¿Os habéis peleado?

Hanniel tardó un momento en responder. Sin quitar la mirada de sus hojas de Diseño, resopló.

—Te he dicho que ha cambiado —murmuró—. Ya ni siquiera me contesta los mensajes. Tarda un montón y siempre tiene planes con todo el mundo. Y si saco el tema, dice que las cosas no son así.

Alec hizo una mueca. Tampoco tuvo que buscar cómo consolarlo, porque Hanniel le preguntó entonces cómo llevaba la ruptura con Zion.

—Mejor —admitió Alec—. Jamie me dijo que no tomara ninguna decisión importante en los siguientes seis meses, así que es lo que estoy haciendo. Estoy tratando de enfocarme en mejorar mi depresión primero.

Hanniel asintió.

Aunque hacía sol esa mañana, para variar, el cielo se nubló a la una de la tarde. El aire se enfrió y las nubes amenazaron con romperse, pero no ocurrió.

Alec había tenido tiempo de continuar con su última canción. Había anotado los acordes sobre las estrofas, aunque aún no decidía la letra. Pasaba una hora y media, o dos, tarareando los cambios de acordes de la a fa, a do y a sol, sin idea de cuál sería la siguiente frase.

"¿Adónde iré? ¿Dónde me esconderé? Solo Tú puedes salvarme de mí mismo otra vez."


A las cinco de la tarde, una vez se sentó frente a su escritorio para comerse la ensalada de guacamole, pollo, frijoles y queso, además de su pieza de fruta y su botella de agua, le escribió a Erin.

Alec: Salmo 7:10. 5:17 p.m.

Estaba haciendo todo lo correcto que la doctora y Jin Hyun le habían recomendado: había mejorado su alimentación, seguía leyendo su Biblia y escribiendo en su cuaderno de oración. Los fines de semana, sin falta, retomaba los videojuegos donde olvidaba su vida real y se enfocaba en los comentarios. Podía pasar tantas horas mirando la pantalla que ni siquiera sentiría el hambre.

Mientras cenaba y buscaba algún podcast que escuchar de "Cuando aún estaba lejos", la pantalla de su teléfono se iluminó.

Erin: Salmo 7:1.

¿Has tenido un buen día? 5:20 p.m.

Alec: Normal. ¿Y tú? 5:20 p.m.

Erin: Regular. 5:21 p.m.

Alec: Lo siento :( 5:21 p.m.

Erin: Creo que mi hermana tiene depresión post-parto, o eso parece, desde que nació el tercero. Y una de las gemelas tiene TDAH, así que es difícil para ella y se desahoga conmigo. Y yo le pido a Dios que me dé fuerzas porque ya no tengo ninguna. 5:22 p.m.

La milla extraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora