4- El primer paso

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Unas canciones más tarde, llegaron al parque. Cuando aparcaron sacaron los aperitivos para hacer un picnic en el césped del parque mientras el niño jugaba.

Extendieron el mantel en el suelo y fueron sirviendo la merienda.

- Mami. ¿Puedo il a juga al paque?- preguntó el niño.

- Claro peque. Pero solo si Pablo te acompaña.

- Ño. Soy maior. Podo ir solo.- cruzó los brazos.

- Mi vida. Tienes cuatro años. O vas con Pablo o no vas y te quedas aquí sentado aburrido.

- Vale. ¿Pablo, te importa si vas con Adri a jugar al parque?

- Que va. Oye campeón. ¿Quieres que te enseñe a jugar al fútbol?- se agachó para ponerse a su altura.

- Shí. Pero me sigues caendo mal.- se empezó a ir en dirección al campo de fútbol que había allí al lado.

Cuando llegaron allí, Gavi puso la pelota blanda en la línea de penalti y el pequeño se posicionó a su lado.

- Mira peque. ¿Tú tiras con el pié derecho o con el izquierdo?

- No sé.- levantó los hombros.

- Bueno, prueba a tirar.

El niño tiró a portería y lanzó con la derecha. Gavi sonrió orgulloso ya que eso lo había heredado de él porque Olivia era zurda.

- Eres diestro.- dijo mientras se agachaba a coger la pelota.

- ¿Pero eso qué es?

- Eso significa que tiras con el pié derecho.

- Ah.

- Bueno, pues me he fijado que tiras con la punta y tienes que tirar con el pié de lado.

- ¿Así?

- Muy bien campeón. Ahora yo me voy a poner en la portería y tú vas a intentar meter gol. ¿vale?- el niño no respondió, simplemente le quitó la pelota haciendo que Gavi se fuera a la portería y Adrián cogiera carrerilla para chutar. Empezó a correr hacia la pelota y le dió metiendo gol.

- ¡Gol!- el niño salió corriendo celebrándolo.

- Muy bien Adri.- los dos se dieron un abrazo, pero el niño se separó rápido al darse cuenta que era su enemigo el que estaba abrazando.

- Quielo il con mami.- Gavi le ofreció su mano pero el niño la rechazó.

Gavi pensaba que empezaba a caer le bien a Adri, pero se equivocó. Todavía no se daba por perdido, estaba convencido de que haría lo que pudiera por conseguir el amor de su hijo. Aunque le costara toda la vida hacerlo.

- Mami, gaviota me enseñó a meter gol.

- Muy bien mi vida.- El niño se fue feliz al parque mientras Gavi iba con él detrás suya y Olivia le llamó.- Pablo, ¿qué tal con él?

- Muy bien. Nos hemos abrazado y todo.

- ¿En serio? Eso es un paso muy importante.

- Pero no duramos ni 2 segundos porque me apartó, pero me conformo.

- Estoy muy orgullosa de tí.

- Muchas gracias.- Se puso rojo al ver la sonrisa de Olivia.- Bueno, me tengo que ir porque ya he perdido de vista al pequeño.

- Vale, suerte.

Olivia se dió cuenta que empezaba a volver a sentir algo por Gavi pero no quería darle muchas vueltas a eso, porque cuanto más pensaba en él, más le gustaba. O al menos eso le pasó cuando se conocieron por primera vez.

El padre de mi hijo- Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora