17- Despedidas y nuevos comienzos

2.1K 76 1
                                    

Miami

Gavi se dirigió a Mateo.

- Mateo, quédate con Adri, voy a ver cómo está Olivia.- el sevillano se agachó y le dió un abrazo a su hijo. En el fondo no quería soltarlo, porque quería estar con él en ese momento triste, pero al fin y al cabo no sabía nada, así que fue con Olivia ya que ella sí que sabía que su madre iba a morir.

El andaluz fue a paso rápido hasta la entrada del hospital. Ahí la vió, dando vueltas de un lado a otro intentando relajarse.

- Oli, tranquila. No te preocupes. Quiero que respires conmigo, ¿vale?

Ella inspiró a tirones ya que le costaba. Suspiró más relajada y con menos dificultad.

- Ven, vamos a mi coche.- la cogió del brazo y ella no se quejó. Llegaron a donde él la había llevado, se sentaron ambos en los asientos de alante, cerraron las puertas y Gavi continuó diciendo.- Quiero que te desahogues, grita, pegale a lo que quieras, yo estaré fuera. Te voy a dar intimidad, si no quieres no te sientas presionada, yo no te voy a juzgar. Ni yo, ni nadie.

Así fue. Salió del coche y a los pocos segundos de cerrar la puerta se escuchó un grito bajo por la insonorización del vehículo. Ella le empezó a dar golpes a la guantera que tenía enfrente, puño tras puño. Sin parar.

Estaba mal. No quería hacerse a la idea de que su madre ya no iba a estar más con ella.

Olivia salió del coche más tranquila.

- ¿Quieres volver?- preguntó él.

- Sí, Adri necesita a sus padres.

- ¿Le vas a decir que Nana se va a morir?

- Creo que es lo mejor.

- Como tú quieras. No tienes porqué hacerlo ahora.

Fueron subiendo y cuando llegaron a la planta y encontraron a Daniel y a Mateo escuchando fuera de la habitación.

- ¿Qué hace...- preguntó el sevillano, pero fue interrumpido por ambos chicos que le mandaron callar.

- Escuchar a vuestro hijo.- comentó Daniel.

Los dos se asomaron a la puerta y vieron a la abuela dormida mientras Adri hablaba.

- Y también el otro día jugué mi primer partido y gané. Pablo estaba allí. Es mi papá soñado, pero no sé si llamarlo papi, porque me da vergüenza. Antes no tenía ni idea de cómo ser papá pero ahora lo hace muy bien.- decía el niño inocentemente.

Al otro lado de la habitación Gavi habló.

- Ese es mi pequeñín.- dijo con lágrimas en los ojos.

Dentro siguió hablando Adri.

- Ahora tengo un mejor amigo, se llama Jack, es el hijo de un amigo de papá. En casa de mami jugamos todos en la piscina y casi me ahogo, pero papá me salvó.- se quedó dudoso y dijo.- Bueno, me apetece un helado, Nana, ¿quieres uno?

Adri salió de la habitación y se encontró a los cuatro llorando.

- ¿Qué pasa?¿Por qué lloráis?- preguntó el niño inocentemente.

De pronto se escuchó un pitido seguido, el corazón de Nana se había parado, Daniel, Mateo y Olivia fueron corriendo dentro de la habitación y Gavi cogió a su hijo en brazos y se lo llevó afuera. No quería que viera cómo moría su abuela.

Cuando Olivia ya estaba más tranquila, los padres de Adri y este último fueron a una cafetería para decirle la verdad al niño.

Ella se estaba tomando una tila con los ojos hinchados de tanto llorar.

El padre de mi hijo- Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora