24- Cosas nuevas

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Barcelona

Pasaron los días siguiendo la rutina (comiendo juntos, yendo a entrenar, ver los 3 pelis...). El martes Gavi fue a buscar a su hijo del colegio en vez de Olivia. Nada más cerrar la puerta del coche delante de la salida, Adrián fue corriendo a abrazarle.

- Pablito.- gritó entusiasmado alargando la o.

- ¿Qué tal campeón?- preguntó su padre.

- Bien, pero me dijo Jack que mañana se va a los Países Bajos con su familia.

- Ya me dijo Frenkie. ¿Pero no tienes más amigos en el cole? El otro día me dijiste que sí.

- Sí que tengo. Tengo 2 más. Liam y Sebas. También son sus amigos.

- Entonces no te vas a quedar solo. Van a ser solo unos días. No te preocupes.

- ¿Por qué viniste tú y no mamá?- el niño preguntó curioso.

- Porque mamá está en una reunión muy importante.

Gavi fue con su hijo en brazos hasta el coche, lo sentó en su sillita, le puso el cinturón y arrancaron.

- Ahora vamos a ir a comer a casa de Pedri.

- Bien. ¿Qué hay de comer?- se interesó.

- Pizza.

- Que rico. ¿Va a venir mami?

- No, pero vienen Ferran, Ansu, Eric, Balde y Pablo.

Llegaron a la casa, aparcaron y salieron del coche. Timbraron y Pedri abrió la puerta sonriente.

- Hola Adri. ¿Qué tal el cole?

- Muy bien. Saqué un 10 en un dibujo que hice.

- Oye, eso no me lo dijiste.- se quejó el sevillano.

- No me lo preguntaste.- El niño se encogió de hombros.

- Pasad, ya están todos aquí.- les invitó Pedri.

Los chicos pasaron y Gavi dejó en el suelo a su hijo.

- ¿Tienes hambre Adri?- preguntó el canario.

- Sí. Me dijo Pablito que hay pizza.

- Pues Pablito está en lo cierto.

El pequeño corrió a junto de los otros jugadores a abrazarlos.

- Adrián.- gritó Pablo.

- Eres mi amigo Pablo. Me puedes llamar Adri.

- Ese Adri.- gritó Balde chocándole los cinco.

- Bueno, ¿podemos comer ya? Tengo mucha hambre.- se quejó el niño.

- Ya se vé que el genio lo sacó de su padre.- rió Ansu.

Los chicos se fueron a la mesa, comieron y estuvieron un rato hablando hasta que Adrián se quejó.

- Pablito, tengo calor.

- Si queréis podemos ir a la piscina.- propuso Pedri.

- Vale.- asintieron todos.

- Pero...- el niño empezó a dudar y miró a su padre.

- No te avergüences Adri. Es normal.- le susurró él.

- Es que no sé nadar.

- No te preocupes Adri. Nosotros te podemos enseñar.- le animó Eric.

- Vale.- sonrió el pequeño.

- Hay un problema.- interrumpió Ansu.- Ninguno tiene bañador.

- Fer y yo os podemos dejar algún bañador. No os preocupéis por eso.- les informó el canario.

El padre de mi hijo- Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora