15-EVAU

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Barcelona

Pasadas las semanas se encontraron mejor. Seguían sintiendo tristeza por la pérdida de la perra pero sabían que no iba a sufrir más, así que tenían que seguir adelante.

Era viernes por la mañana, faltaban 2 semanas para la EVAU.


- Adri, ¿te apetece quedar hoy? Tengo casa sola y...- le preguntó Leire a su amigo.

- Tengo que estudiar.- contestó un poco borde.

- ¿Quieres que estudiemos juntos? En algún momento podremos estudiar y aprovechar para...- comentó acercándose a él.

- Leire, me distraes, tengo que estudiar. La EVAU es en dos semanas y estoy de los nervios, así que estudia y déjame en paz.

- Joder, qué mal genio tienes.- alejándose de él.

- Deja de pensar en follar y céntrate en los estudios.


Tras un momento de silencio ella habló sin entender nada.


- Oye, ¿dije o hice algo que te molestara? Porque no entiendo por qué me hablas así.

- ¿Te puedes callar?

- ¿No vas a cambiar nunca, verdad?


Cómo Lucía estaba justo al lado de ellos les escuchó y decidió hablarle a su compañero de mesa.


- Jack. ¿Qué le pasa a tu amiguito?

- ¿A qué te refieres?- preguntó sin quitarle la vista a sus apuntes ya que estaba escribiendo.

- Adri y Leire llevan semanas haciendo todo juntos, ya no se peleaban y ahora a tu amigo le da por tratarla mal.

- ¿Qué hizo?- preguntó interesado haciendo contacto visual con ella.

- Ella le está diciendo amablemente de quedar a estudiar y él le contesta desagradablemente que no.

- Es que tiene que estudiar.- le defendió su amigo con una carcajada.

- Entiendo que tenga que estudiar, pero que se lo diga de buenas maneras.

- Sabes que Adri se pone muy nervioso con los examenes y más con la EVAU. Ahora mismo no sabe ni lo que dice, solo le importa los exámenes.

- ¿Estás de su parte?

- ¿Qué? No, solo digo lo que pienso. No estoy de ninguna parte, los dos son mis amigos.

- Pues lo parece.

- ¿Podemos dejar de hablar de ellos? Todas nuestras conversaciones son sobre ellos. Nunca hablamos de otra cosa.

- Porque me preocupa que Adri le haga daño.

- Lei se las sabe apañar muy bien. Lo sabes perfectamente.

- Lo sé, pero...

- Déjalos en paz. Son mayorcitos para arreglar sus problemas.

- Vale.- suspiró.


Al sonar el timbre los alumnos salieron de clase. Adrián se fue solo, esta vez no esperó a su amigo, pero este corrió lo más rápido posible por las escaleras para hablar con él.


- Gracias por esperarme, eh.- dijo sarcásticamente recobrando el aliento.

- Es que tengo que ir lo más rápido posible a casa para estudiar.

El padre de mi hijo- Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora