35- Celos y dinosaurios

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Barcelona

Esa misma tarde, Olivia, les dijo a los padres de Leire si querían que se quedara a dormir para que al día siguiente no tuvieran que traerla de nuevo. Ya estaban mejor, pero no tan bien como para ir al cole. A lo que la madre aceptó.

- Adri.- gritó ella para que su hijo viniera.

- Dime mami.- el niño vino corriendo.

- Cariño, he hablado con la madre de Leire hace poco y como mañana tampoco se pueden quedar con ella, le he dicho que se puede quedar a dormir.

- ¿Dónde va a dormir?

- En tu habitación.

- No. No quiero dormir con ella.

- Adri, ¿qué hemos hablado? ¿Quieres perder tus dinosaurios?

- No, pero no me gusta dormir con una chica.

- Es solo una noche. ¿Vale?

- ¿No hay otra habitación para que duerma ella?

- La habitación de invitados, pero Pablo y yo la hemos vaciado para poder poner los muebles para tu hermana.

- ¿no hay ninguna cama en esa habitación?

- No.

- Pues que duerma en la cama de Cala y la perra que duerma conmigo.

- Adri, va a dormir contigo, ¿vale? Tenemos que hacer que Leire se sienta agusto. Como si estuviera en su casa.

- Pero es que no es su casa.

- He dicho como si fuera. Sé que no es su casa, pero hay que hacer que esté cómoda.

- No quiero.- se cruzó de brazos y apartó la mirada a un lado para no ver a su madre.

- Bueno, pues me das un dinosaurio.

- No, perdón. ¿Si duerme en mi habitación, me comprarás un dinosaurio?

- Ya veré.

- ¿Se lo dices tú o se lo digo yo?

- ¿Se lo puedes decir tú? Tengo que hacer la cena.

- Vale...

El niño subió de nuevo las escaleras y fue a hablar con Leire.

- ¿Qué te dijo tu madre?- preguntó interesada con un dinosaurio en la mano.

- No te importa.

- Sí me importa.

- Me dijo que te vas a quedar a dormir en mi casa.

- ¿En tu casa?

- Sí.

- ¿Dónde voy a dormir?

- En mi habitación.

- No quiero.

- Yo tampoco, pero no hay más habitaciones.

- ¿No hay una al lado de la habitación de tus padres?

- Sí, pero esa es de mi hermana y no quiero que huela a tonta cuando nazca.

- Que no soy tonta.- gritó cansada Leire.

- Perdón. No eres tonta. Yo tampoco quiero dormir contigo, pero mi mamá me dice que no puedes dormir en otra parte.

- A ver. Hay muchas habitaciones, en alguna podré dormir donde no estés tú.

- Hay habitaciones que nunca he abierto.

- ¿Pero no vives aquí?

- Sí, pero no llevo mucho. Antes vivía en otra casa con mi madre.

El padre de mi hijo- Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora