37- No te preocupes

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Barcelona

A la mañana siguiente Olivia se levantó emocionada ya que ese día por la tarde tendrían la última revisión de embarazo. Fue a la cocina para hacer tortitas y cuando ya estaban listas fue a despertar a su prometido.

- Hola mi amor. ¿Qué tal has dormido?- preguntó agachándose para dejar un beso suave en su frente.

- Buenos días. Bastante mejor, pero de vez en cuando me dan pinchazos ahí abajo.

- No te preocupes mi vida, es normal. Mira, te he hecho el desayuno.

- Cómo me gusta estar malito.

- ¿Por qué?- preguntó riéndose torpemente.

- Porque me mimas mucho.

- ¿Te mimo mucho? Creo que voy a dejar de mimarte porque me vas a salir mimado.

- Tarde, ya lo soy. Así que lo único que puedes hacer es seguir mimándome.

- Qué gracioso eres.

- Lo sé.- se dieron un beso y la chica se levantó con dificultad debido al peso de la barriga por lo que el sevillano se percató.- ¿Tú qué tal estás?

- Bueno, cada vez me pesa más la barriga, pero en el fondo sé que voy a echar de menos a esta princesita.- dijo acariciándose la barriga.

- Mira, ven.

- No puedo, si me pongo encima tuya te hago daño.

- Vale, pues me levanto y lo hago de pie.

- Espera, que te ayudo.- se puso en el lateral de la cama y le tendió sus manos para poder ayudarlo.

- Muchas gracias.

- A ver, ¿qué querías hacer?

- Primero esto.- puso ambas manos a cada lado de la cara y la arrimó a la suya besándole los labios.

- Cada vez me enamoro más de tí.

- Normal.- los dos se rieron.- Ahora te vas a tener que poner mirando a la puerta.- Olivia se giró, dándole la espalda al futbolista.

- Ahora cierra los ojos y relájate.. entrelazó sus dedos debajo de la barriga de la chica y l levantó suavemente haciendo que ella gimiera del placer.

- Qué gusto.

- Me dijo Frenkie que esto os aliviaba mucho. No sé lo que se siente estar embarazado pero no quiero que lo pases mal.- le susurró en la oreja.

- Da gracias que tu manguera está lesionada y yo ya no pueda ni agacharme porque te iba a hacer lo que nunca te he hecho.

- Calla que me pones y no se me puede empalmar si no me duele.

- Cuando quieras puedes soltar la barriga eh.

- No, tranqui. En 2 semanas tendré que cogerla cada poco tiempo y eso va a pesar más. Así practico.

- Me parece bien. Yo llevo casi 9 meses practicando.

- Me está dando un pinchazo en el huevo así que voy a soltar.- dijo dolorido soltando la barriga con cuidado.

- Claro.- contestó ella preocupada dándose la vuelta para ayudarle a tumbarse en la cama.- ¿Quieres que te traiga algo?

- No, no. ¿Te puedes tumbar a mi lado y hacerme compañía mientras sufro?

- Sí, sí. No te preocupes. Yo estoy contigo.- dijo inocentemente tumbándose al lado suyo.

- Ahora quiero que te quedes aquí todo lo que queda de día.- comentó levantándose de la cama lentamente.

El padre de mi hijo- Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora