38- Cuatro

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Barcelona

En cuanto llegaron al hospital, sentaron en una silla de ruedas a Olivia.

- ¿Qué tal Olivia?- preguntó una enfermera.

- Dolorida.- contestó ella sin parar de respirar profundamente.

- ¿De un 0 a un 10 cuánto te duele?

- 7.

- Vale, te voy a hacer una revisión para ver si ya puede venir al mundo tu hija.

- Ajá.

Al terminar la revisión, a la enfermera le salió una sonrisa.

- Enhorabuena Oli, la pequeña ya está preparada para nacer.

- ¿En serio?- preguntó Gavi al lado de su prometida dándole la mano.- Lo vas a hacer muy bien. Yo te voy a ayudar y voy a estar para lo que necesites.

- Vale.- hizo una pausa breve.- Tengamos el bebé.- comentó dolorida con una sonrisa.

- Vamos a ser padres otra vez.- gritó el sevillano alzando los puños en forma de victoria.

- Shh, no grites.- le echó la bronca Olivia.

- Perdón. Me puede la emoción.

- Lo sé, a mí también, pero yo chillaría por dolor, no por emoción. Al menos ahora mismo.

- Muy bien, señorita Smith, la vamos a llevar a la sala de parto.

- Vale.

Al llegar a la sala, a Olivia le pusieron la epidural y después de un tiempo, para que le hiciera efecto, se sentó en la camilla.

- Señorita Smith, cuando quiera puede empujar.

La chica comenzó a empujar con todas sus fuerzas. Cuando dejó de hacerlo para respirar y descansar un poco Gavi la intentó animar.

- Cariño, lo estás haciendo muy bien. Tú puedes.

- Duele mucho.

- Es normal. Tranquila. Respira hondo y empuja.- le tranquilizó la enfermera.

- ¿Me podéis hacer cesárea?

- Eso se hace solo si hay algún problema en el parto o si el bebé viniera de nalgas.

- Joder. No me acordaba del dolor que se pasaba.- gritó con los ojos cerrados.

- Vamos mi vida. Tú puedes. Respira conmigo.

Pasadas las 3 horas y media la bebé pudo nacer. La enfermera la cogió en brazos envuelta en una toalla y se la enseñó a los padres.

- Es una niña preciosa.- comentó la matrona.

- Nuestra pequeña.- dijo sudorosa, cansada y llorando Olivia.

- Es igual a tí.- confesó Gavi con lágrimas en los ojos.- Es súper pequeña.

- Hola Daniela.- la saludó la madre, a lo que el futbolista la vió aún más emocionado.

- ¿Daniela?

- Sí. Así se llama nuestra hija.

- Te amo cariño.

Ambos se dieron un beso tierno lleno de amor y sinceridad.

Cuando ya eran la una de la tarde Olivia estaba en la habitación durmiendo mientras que Gavi no paraba de ver a su hija. La miraba con cariño, con amor. Estaba feliz porque iba a estar con ella pasara lo que pasara e iba a pasar sus próximos años a su lado, al igual que Olivia.

El padre de mi hijo- Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora