Barcelona
En cuanto llegaron al hospital, sentaron en una silla de ruedas a Olivia.
- ¿Qué tal Olivia?- preguntó una enfermera.
- Dolorida.- contestó ella sin parar de respirar profundamente.
- ¿De un 0 a un 10 cuánto te duele?
- 7.
- Vale, te voy a hacer una revisión para ver si ya puede venir al mundo tu hija.
- Ajá.
Al terminar la revisión, a la enfermera le salió una sonrisa.
- Enhorabuena Oli, la pequeña ya está preparada para nacer.
- ¿En serio?- preguntó Gavi al lado de su prometida dándole la mano.- Lo vas a hacer muy bien. Yo te voy a ayudar y voy a estar para lo que necesites.
- Vale.- hizo una pausa breve.- Tengamos el bebé.- comentó dolorida con una sonrisa.
- Vamos a ser padres otra vez.- gritó el sevillano alzando los puños en forma de victoria.
- Shh, no grites.- le echó la bronca Olivia.
- Perdón. Me puede la emoción.
- Lo sé, a mí también, pero yo chillaría por dolor, no por emoción. Al menos ahora mismo.
- Muy bien, señorita Smith, la vamos a llevar a la sala de parto.
- Vale.
Al llegar a la sala, a Olivia le pusieron la epidural y después de un tiempo, para que le hiciera efecto, se sentó en la camilla.
- Señorita Smith, cuando quiera puede empujar.
La chica comenzó a empujar con todas sus fuerzas. Cuando dejó de hacerlo para respirar y descansar un poco Gavi la intentó animar.
- Cariño, lo estás haciendo muy bien. Tú puedes.
- Duele mucho.
- Es normal. Tranquila. Respira hondo y empuja.- le tranquilizó la enfermera.
- ¿Me podéis hacer cesárea?
- Eso se hace solo si hay algún problema en el parto o si el bebé viniera de nalgas.
- Joder. No me acordaba del dolor que se pasaba.- gritó con los ojos cerrados.
- Vamos mi vida. Tú puedes. Respira conmigo.
Pasadas las 3 horas y media la bebé pudo nacer. La enfermera la cogió en brazos envuelta en una toalla y se la enseñó a los padres.
- Es una niña preciosa.- comentó la matrona.
- Nuestra pequeña.- dijo sudorosa, cansada y llorando Olivia.
- Es igual a tí.- confesó Gavi con lágrimas en los ojos.- Es súper pequeña.
- Hola Daniela.- la saludó la madre, a lo que el futbolista la vió aún más emocionado.
- ¿Daniela?
- Sí. Así se llama nuestra hija.
- Te amo cariño.
Ambos se dieron un beso tierno lleno de amor y sinceridad.
Cuando ya eran la una de la tarde Olivia estaba en la habitación durmiendo mientras que Gavi no paraba de ver a su hija. La miraba con cariño, con amor. Estaba feliz porque iba a estar con ella pasara lo que pasara e iba a pasar sus próximos años a su lado, al igual que Olivia.
ESTÁS LEYENDO
El padre de mi hijo- Pablo Gavi
RomanceOlivia vuelve a Barcelona después de 4 años por un trabajo que le ofrecieron. Se mudará con su hijo, Adrián, de tan solo 4 años. Allí se reencontrará con Gavi, que hace los mismos años que Adrián , estuvieron juntos, pero Olivia no va a ser capaz de...