10- El escondite

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Barcelona

Al día siguiente, los 4 fueron a buscar a Leire y justo después condujeron hasta la casa de Pedri. Al llegar allí, aparcaron y entraron.

- Hola.- gritó Daniela.

- Dani.- dijo esta vez el hijo de Pedri corriendo a abrazarla.- Hola Leire.

- Hola bicho. ¿Qué tal?

- Muy bien.

- Hola chicos.- dijo Pedri bajando las escaleras mientras que se ponía la camiseta.

- ¿Te acabas de duchar?- preguntó Gavi.

- Lo cierto es que...- iba a decirles la verdad pero una voz femenina le interrumpió.

- Hola.

- ¿Os acordáis de Kiara?

- Claro.- contestó alucinada Olivia yendo a abrazarla.- Cuánto tiempo Ki.

- Hola Oli.

- ¿Qué tal?

- Muy bien.- contestó mirando a Pedri con una sonrisa pícara.

- No entiendo.... No me jodas.- gritó el sevillano- ¿Habéis vuelto?

- ¿Eres tonto?- le preguntó su mujer dándole una colleja.- Eso no se pregunta.

- Llevamos unos meses saliendo.- contestó entre risas Pedri.

- ¿Y no me has dicho nada, cabrón?- dijo Gavi ofendido.

- Tío, no te preocupes. Mi hermano todavía no lo sabe.

- ¿Me lo has contado a mí antes que a alguien de tu misma sangre?

- Sí.- contestó confundido.

- Muchas gracias bro.

Por otro lado, los niños se fueron al salón.

- ¿Podemos jugar al escondite?- preguntó el niño pequeño.

- Claro.- contestó Daniela.

- Yo me escondo con Leire.- gritó Fran cogiéndole el brazo a la chica.

- Primero vamos a ver quien cuenta, ¿vale?- le frenó la hermana de Adrián.

Después de estar un tiempo decidiendo quién quedaba, acabó contando Daniela de los 4. Fran se escondió en su habitación que estaba en el piso de arriba, Adrián fue a un armario que había en la planta baja y Leire estuvo buscando un sitio bueno donde no fuera encontrada así que fue a un armario que había un poco lejos de allí entreabierto. Entró y lo cerró detrás de ella. Al darse la vuelta chilló porque el chico estaba allí también.

- No seas histérica.- la regañó él.

- Me has asustado.

- Yo no hice nada.

- Joder, este sitio es muy estrecho.- dijo intentando moverse, pero a medida que lo hacía estaba más en contacto con Adrián.

- ¿Puedes dejar de moverte? - preguntó, pero antes de que se diera cuenta, la chica tocó algo duro.

- Lo siento, lo siento.

- No pasa nada.- contestó entre risas.

- Mejor me voy a otro sitio.- intentó abrir la puerta pero no fue capaz. El armario se había quedado atrancado y no podían salir.

- ¿No te quieres ir?

- No es que no quiera, es que no puedo.

- ¿No quieres que te pille Fran?

El padre de mi hijo- Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora