Hoy era el primer día, después de más de dos semanas, que Wyat volvía al colegio. Sonó el despertador a las 5:30, lo apagué en seguida para dejarlo dormir un poco más.
Aún en la cama, me quedé un buen rato mirándolo, me daba pánico llevarlo y que se sintiera desplazado o sólo. Sabía que debía hacer lo mejor para él y eso era llevarlo al colegio y que volviera con sus amigos pero yo ya lo echaba de menos y aún no se había ido.
Salí de aquel pensamiento, y de la cama. Y después de hacerme una taza enorme de café me quedé mirando a través de la ventana focalizándome en todas las cosas que debía acabar hoy, el tema del banco y el acceso a la cuenta de papá, y solucionar el tema del pago de la matrícula.
Poco después Wyat y yo estábamos sentados en el coche mirándonos.
- Hoy va a ser un día muy especial, volverás a ver a todos tus amigos - Le dije con un entusiasmo forzado
- Quiero quedarme contigo - Me contestó él, sonando muy triste
- Vamos Wyat, tienes que seguir aprendiendo muchas cosas aún - Dije sonando todo lo sincera que pude
- No quiero estar sin ti - dijo cabizbajo
- Mira tengo una idea, vamos a ir juntos a clase, me despediré en la puerta y así no estarás solo - le dije mientras suplicaba que no me lo pusiera más difícil
- Esta bien... - accedió sin mucho más
No dudé en cogerle de la mano, mientras caminábamos derechos a la puerta de su clase, el parecía más tranquilo y yo supe conformarme con aquello
-Mira mamá, ese es el niño que ya no tiene ni mamá ni papá - soltó una niña sin empatía ninguna
Quise girarme y ver quien había sido, pero noté como Wyat me soltaba la mano para llevársela a la cara y enjugarse una lágrima. Me bajé a su altura, le quité la mochila de sus hombros, y lo abracé.
- Wyat, tienes que ser fuerte ¿vale? Yo voy a estar aquí siempre, y tu tienes que estar conmigo también
- Ya, pero ahora todos saben que no tengo mamá ni papá - Me dijo con los ojos cada vez más tristes
- Wyat yo soy como mamá ¿no crees? ¿Qué hacen las mamás? Cuidar de sus hijos, darles de comer, salir al parque con ellos, jugar... ¿yo no hago esas cosas contigo? - Le dije mientras con un dedo le levantaba su cara para que me mirara
- Si... y también les regañan y tu siempre lo haces cuando como mucho helado ¿a que si?
- Exacto pequeño, así que soy como mamá ¿vale?, ahora entra ahí y diviértete, yo estaré aquí antes de lo que crees y volveremos a casa juntos - Le dije mientras le tocaba la mejilla a modo de cariño
-Vale Em... mami - Rectificó buscando en mi una mirada de aprobación
- Te quiero pequeño - Le dije mientras le guiñaba un ojo
Pasó a clase y yo de puntillas intentaba no perderlo entre el resto de niños. Me quedé durante unos instantes para saber que todo estuviera bien, que no le oía llorar, fue entonces cuando la profesora se acercó a mi
-¿Eres la hermana de Wyat? ¿verdad?
- Buenos días, así es, si puede ser, querría hablar un segundo con usted sobre Wyat - le dije con más urgencia de la que pretendía
-Claro - dijo ella profesionalmente
-Verá, como sabe hemos perdido a nuestro padre, y ahora la situación es más especial si cabe, se que es un niño inteligente y fuerte, sólo le pido un poco de tiempo y comprensión por su parte y la de sus compañeros
-Por supuesto, estaremos apoyándolo - Si quiere concertaremos una charla en unas semanas para ver su evolución - dijo ella
-Si claro, muchas gracias - Dije extendiéndole la mano a modo de despedida
Cuando volví al coche ya no pude evitarlo y las lágrimas me corrían por la cara sin poder pararlas.
Sentía que esto era demasiado para Wyat y pedirle tanto siendo tan pequeño era una injusticia, era una mierda, y yo seguía sin saber como quitarle tanto dolor, no quería que mi hermano estuviese marcado por la vida, aunque creo que para eso ya llegaba tarde.
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La mafia y él
Любовные романыEl mundo de Emma empieza a derrumbarse y se ve rodeada de problemas que nunca pensaba tener y a cargo de un hermano pequeño de cinco años. Jason es un narcotraficante, alejado del mundo real, caprichoso, celoso y compulsivo. Ambos se encuentran y y...