Volvía a estar en la puerta de aquel bar con olor a dulzón, respiré antes de entrar y sólo quise recordar porque estaba allí: Wyat.
Habíamos pasado un gran día juntos, habíamos recogido a un amigo de su cole, y habíamos ido al parque, habíamos comido helado, y habíamos jugado a mil cosas los tres, la verdad es que estaba cansada pero con mucha fuerza dentro, gracias a él.
Volví a abrir los ojos y entré, todo parecía tranquilo. Gina y yo estábamos en la barra, la zona VIP estaba cerrada hasta más tarde. Resultaba ser muy diferente a cómo yo me la había imaginado, era una mujer muy simpática y con un humor muy especial, cuando venía un cliente se hacía pasar por "una rubia tonta" como ella me explicaba y aquel teatro resultaba de lo más divertido, compartir barra con ella hacía que las noches fuesen más divertidas.
Esa noche transcurrió muy tranquila: copas, borrachos, música, olor dulzón...
Así transcurrió toda la semana, y parecía manejarme mejor de lo que había imaginado. Durante esa semana sabía que tenía que buscar una opción para Wyat que no fuera pedir favores a Anna o que se quedase con algún amiguito del cole, así que Anna me puso en contacto con Cassidy su sobrina que estaba en el instituto y necesitaba ayuda con los estudios, y habíamos llegado al siguiente acuerdo: yo le daba 3 horas de clases por la tarde y ella se quedaba en casa cuidando a Wyat las noches que yo tenía que trabajar.
Cuando comenzó la siguiente semana supe que volvería a ser algo rutinario, y ya tenía algo de dinero ahorrado para hacer frente a las facturas que no tardarían en llegar.
Una de esas noches Gina estaba al cargo de la zona VIP y yo seguía encargada de mi barra aunque Gina me pedía que le acercara más botellas o hielos a la puerta porque Drew no quería dejarme entrar en aquella zona.
Gina y yo habíamos alcanzado un nivel de confianza que hacía aquellas jornadas más fáciles, ella tenía una mirada estudiada que me lanzaba cuando había un cliente pesado o giraba los ojos cuando alguno de los clientes le parecía atractivo, así que las risas estaban aseguradas.
Esa noche a las cuatro y diez de la noche todo cambió. Escuché gritar a Gina y cuando me giré la vi rodar por las escaleras del reservado, fui a ver que le había pasado cuando supe que se debía de haber roto el pie porque estaba completamente morado y muy hinchado.
Drew vino y mientras Gina no podía parar de hacer gestos de dolor le dijo:
-Drew tengo que ir al hospital - dijo con una voz rota de dolor
-Venga ya, no me jodas Gina - dijo él con voz de fastidio
- Drew déjala a ella a cargo del reservado, Harper puede quedarse en su barra - dijo Gina muy diligentemente
-Ni de coña, Emma, no puede subir - dijo muy tajante Drew
-Vale Drew, pues cierra el bar, y desaloja la sala... sabes que no es posible, haz lo que te digo, Emma sabe cuales son las normas ¿verdad Emma? - se giro para buscar mi mirada cómplice
-Si claro, iros al hospital, aquí todo estará bien - dije sin saber muy bien porque había dicho eso
Gina seguía gritando de dolor y Drew no supo dar otra solución, así que se giró muy serio y me dijo:
- Niña, ¿te acuerdas cuales eran las normas no? - me pregunto muy en serio
-Drew si, vete tranquilo - le dije
Drew me cogió del brazo como aquel primer día y me apartó de aquel bullicio que se había formado por la caída de Gina
- Esto va en serio, si no recuerdas cuales eran las normas, no subas ahí ¿entendido?
-No oír nada y no decir que no ¿contento? Ahora vete si no quieres que se desmaye aquí del dolor - le espeté
-Esta bien, no tardaré en volver
Se volvió al seguridad y el dijo algo en el oído, y yo me recompuse y subí al reservado.
Aún no sabía que esto me traería tantos problemas.
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La mafia y él
RomanceEl mundo de Emma empieza a derrumbarse y se ve rodeada de problemas que nunca pensaba tener y a cargo de un hermano pequeño de cinco años. Jason es un narcotraficante, alejado del mundo real, caprichoso, celoso y compulsivo. Ambos se encuentran y y...