Capítulo 92: Vuelta a casa

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Después de la llamada nos acurrucamos en la cama juntos mientras pusimos la televisión. Yo estaba recostada en su pecho y tenía la pierna encima de las suyas, este era mi rincón favorito en el mundo.

Él me hacía mimos en el brazo y me besaba el pelo. Yo le pasaba el dedo por sus abdominales y le besaba el pecho.

No sabía como iba a ser nuestra vida, sabía que tendríamos que acostumbrarnos a una nueva ciudad, a un nuevo colegio, a un embarazo que seguía creciendo, un nuevo hogar, Jason sin trabajo y con más tiempo libre del que había tenido nunca, yo deseando poder retomar mis clases de la Universidad y con ganas de continuar trabajando, preparar una boda y mil historias más que nos depararían, tenía miedo, no iba a negarlo pero no cabía en mi de felicidad, y comenzar así era un comienzo muy bueno.

Me quedé dormida con ese pensamiento y me desperté porque el embarazo me pedía hacer pis continuamente, me levanté hice pis y volví a la cama. Jason dormía y parecía estar tranquilo. Era la una y diez de la mañana.

Le abracé y me volví a colocar en su cuerpo, él me acogió incluso dormido y me puse besarle el cuello. Jason ronroneó con mis mimos y noté como su entrepierna me daba la bienvenida. Se giró y se puso a besarme con ganas, me dejó sin aire y con ganas de más.

Le cogí de la cabeza por detrás para acercármelo y seguir besándolo, como pude, sin dejar de besarlo, le baje de la cadera el pantalón del pijama y él me subió el vestido de un jalón.

Se bajó hasta las rodillas los bóxer y me echó hacía un lado mi ropa interior para penetrarme. Me metía y sacaba su polla mojada y dura en mi entrepierna que no podía estar más excitada, me golpeaba contra la cama y sonaban nuestros cuerpos desnudos chocar entre si, aquel ruido era cada vez más caliente y nosotros estábamos hambrientos El uno del otro. 

Cuando salía y entraba me dio la vuelta y me puse a cuatro patas, el terminó de quitar la ropa y yo aún con el vestido subido me metió la polla despacio en el culo, enseguida lo recibí y me entró un placer desde los pies hasta el cuello. Siguió saliendo y entrando y cada vez estaba más cerca que los dos terminásemos con un orgasmo.

Me agarró del pelo mientras me seguía follando, en uno de esas golpes me puse a gemir muy alto y sacó la polla para terminar corriéndose en mi culo, Jason gimió gritando y se vació entero.

Me dejé caer en la cama y él a mi lado, lo miré, me sonrió y me besó en el pelo. Me acercó a él y me hice un ovillo en su lado, hasta que a los pocos minutos nos quedamos dormidos satisfechos.

Sonó el despertador a las cuatro de la mañana, teníamos que arreglarnos para irnos al aeropuerto, me levanté muy perezosa y mientras Jason se iba a la ducha yo aproveché para quedarme en la cama un ratito más.

-¿Cansada pequeña? - me dijo acercándose a darme un beso en el pelo

-Mucho, un chico me hizo el amor a la una de la mañana - le dije yéndome a la ducha

Se rio a carcajadas mientras se vestía, terminamos llegando al aeropuerto con el tiempo justo y corrimos por la terminal para coger el avión sin problemas.

Al rato de sentarnos en los asientos que al ser business eran comodísimos y espaciosos, nos sirvieron algo de desayuno pero a mi no me apetecía comer nada.

-¿No quieres zumo pequeña? - me dijo ofreciéndome del suyo

-No, tengo el estómago cerrado - le dije tocándome la tripa con cara de cansada

-Túmbate y ponme los pies encima, relájate un rato pequeña - le puse los pies encima y me hacia un masaje con el que me quedé dormida al instante.

Aterrizamos y yo estaba ilusionadísima. Cogimos un taxi para que nos llevara a casa y noté como Jason empezaba a impacientarse. Me acerqué a él en el taxi y le di un beso en la mejilla

-Tranquilo, ya estamos aquí - le dije agarrándole la mano

Nos dejó en la puerta de casa, que era exactamente igual a como la habíamos visto, tenía una primera entrada y tras unos pasos se abría un gran jardín con un porche enorme, donde podían verse vistas al mar a lo lejos, el muelle era el paso al mar y yo quedé enamorada de aquella casa enseguida.

-¿Te gusta pequeña? - me dijo cogiéndome de la mano

-¡Es increíble! ¡No puedo creerme las vistas que tiene cariño! - dije dando saltitos

Jason no dejaba de sonreírme. Llegamos al porche de entrada y llamamos al timbre.

-¡Son ellos! - escuchamos gritar a Wyat

Jason soltó una carcajada al oír aquello. Madison nos abrió y Wyat salió corriendo para abrazarnos a los dos. Jason lo cogió en brazos y lo lanzó al aire.

-¡Mi campeón! - gritaba Jason mientras Wyat se reía

Ambos se abrazaron y se dieron millones de besos, yo me abrace muy fuerte a Madison que tenía los ojos llenos de lágrimas. 

-¿Estas bien querida? - me dijo tocándome la tripa

-Ahora que estamos todos juntos si - le contesté dándole otro beso en la mejilla

-Dale un beso a mamá y la hermana corre - le dijo soltándolo en el suelo

Wyat salió corriendo y me abrazó en la cintura, me levantó la camiseta y me besó la tripa varias veces.

-¡Mami! - me dijo mientras yo me agaché para abrazarlo

-¡Cuánto te he echado de menos! - le dije besándole el pelo

Todos entramos juntos y Wyat y Madison nos enseñaron la casa que nos pareció espectacular. Nos encantó su luminosidad y que parecía todo un hogar.

-Oye Wyat, mira lo que tengo en el bolsillo - le dijo Jason y yo ya sabía que iba a sacar de él

-¡Es el tiburón que te di! - le dijo cogiéndolo de vuelta

-Lo he tenido todo este tiempo en el bolsillo conmigo - le dijo

La casa ahora parecía llena de amor, llena de nuestra familia, esa que habíamos creado sin  querer, pero que no podía ser más especial. Madison me enseño toda la casa y cada rincón del jardín, el muelle y una pequeña habitación en el jardín para guardar cosas. Me estuvo contando como habían ido esos dos días y sobre todo me mimaba con caricias en el pelo o tocándome la tripa.

Jason y Wyat se pusieron a montar la pecera en la habitación de Wyat, y los dos estaban encantados volviendo a estar juntos.

Ese día nos fuimos todos a dormir con una sonrisa esa que la vida nos había negado unos días atrás, y ahora pensábamos hacerlo a diario.

La mafia y élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora