Me desperté de un salto. Wyat no estaba en la cama. Empecé a ponerme nerviosa
-Ey pequeña tranquila, tranquila - me dijo Jason atrayéndome de nuevo hacia él
-¿Y el niño? ¿Dónde esta? - le miré con mucha preocupación
-Esta con Madison dando un paseo por el jardín. Tranquila Emma - me dijo mirándome fijamente
-Dios que susto... lo siento, pensé que le pasaba algo - le confesé
-Se despertó hace un rato y Madison se ofreció a darle el desayuno y salir un rato y a él le encantó la idea - me explicó
-Gracias por cuidarlo tanto - le expresé con toda la gratitud que tenía
Él rodó en la cama y se puso encima mía a darme besos de esos que nos unían cada vez más, húmedos, ardientes, impacientes...
-Buenos días pequeña - me dijo con una voz ronca
-Buenos días a ti también - le dije besándolo con ansias
-¿Quieres desayunar? - me propuso
Rodé en la cama y me puse encima suya, justo donde encajábamos a la perfección, esa zona donde ardía esa electricidad. Me rocé con él a conciencia para notarlo, para saber que se moría por desnudarme y meterse dentro de mi.
-Ahora mismo tengo ganas de otra cosa - le dije al oído
-Pues dejemos el desayuno para después - me dijo tomando mi culo con sus manos
Me recogí el pelo con una goma negra, esas que tenía siempre en la muñeca a modo de pulsera. Lo hice lento, sin prisa, moviéndome encima de su polla dura.
Me quité la camiseta del pijama desde abajo con lentitud, la saqué por mi cabeza y la tiré a un lado de la cama despacio, disfrutando de cada instante que lo tenía ahí, para mi, mirándome con deseo y ganas.
Me quité de encima suyo y él en seguida frunció el entrecejo dejándome muy claro que quería tenerme encima y no fuera de su alcance.
Me bajé los pantalones cortos del pijama, muy muy despacio, sin dejar de mirarlo. Ya tenía una vista completa de mi con ropa interior, yo no me sentía avergonzada o con miedos. Había conseguido hacerme sentir segura incluso en ropa interior.
-Joder Emma... ven aquí - me dijo con ansias por devorarme
Le negué su petición con la cabeza.
-Vamos no me hagas esperar - me dijo tocándose por encima del pantalón - llevo dos días sin tenerte aquí - lo dijo con esa voz ronca y áspera que a mi me volvía loca
Me desabroché el sujetador blanco que llevaba, y volví a tomarme mi tiempo para deleitarme con su mirada.
-¿Quieres que siga? - le pregunté con las manos en el borde de las braguitas
-Mmmmm - hizo un sonido que le salió de la parte más salvaje de su cuerpo - déjame verte desnuda pequeña
Yo le hice caso y me fui bajando las braguitas con lentitud. Ahí estaba yo delante de este hombre, doce años mayor, desnuda para él. Dispuesta. Entregada a recibirle.
Él se tocaba el paquete para aliviarse pero parecía frustrado.
Me quedé de pie junto al final de la cama y comencé a quitarle el pantalón. Cuando ya lo tenía sin nada de ropa me relamí.
-Súbete encima pequeña - me ordenó
Le negué con la cabeza, iba a tomar un poco en control para que no se acostumbrase a elegir siempre.
ESTÁS LEYENDO
La mafia y él
RomanceEl mundo de Emma empieza a derrumbarse y se ve rodeada de problemas que nunca pensaba tener y a cargo de un hermano pequeño de cinco años. Jason es un narcotraficante, alejado del mundo real, caprichoso, celoso y compulsivo. Ambos se encuentran y y...