Capítulo 36: Cupido sin alas

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Me desperté y me encontraba mucho mejor, sin rastro de fatiga ni mareos. Miré la hora y aún quedaban dos horas para recoger a Wyat, así que me levanté del sofá y me puse a limpiar y organizar la casa.

Cuando había pasado una hora y veinte y a todo estaba perfecto, la comida estaba en el horno y me puse algo para recoger a Wyat.

Le escribí a Jason: "Gracias por cuidarme y llevar al cole a Wyat"

Hoy era lunes, y el bar cerraba y yo no podía estar más feliz, necesitaba alejarme del bar porque iba a terminar consumiéndome, ver a Jason allí delante de la droga y verlo como pez en el agua me rompió por dentro y creo que el era consciente de eso, así que hoy, que no lo vería iba a tomar distancia.

Recogí a Wyat y estaba emocionado con que Jason lo hubiera llevado, le encantó el coche y me contó que le había contado todos los animales que había visto el fin de semana.

Cuando llegamos a casa comimos y Wyat se puso a jugar mientras yo terminaba de recoger la cocina, miré el teléfono pero no tenía noticias de Jason. El día pasó entre juegos y risas y me llené el alma de aquello que tanto bien me hacía.

Anna vino a vernos y a llevarse a Wyat porque su sobrino había venido a la ciudad para estar con ella unos días y iban a ver una película y se marcharon los dos felices.

Aproveché para enfundarme ropa de deporte y dejar que el aire corriera en mi cara, y así lo hice. Llegué cansadísima al mirador, se notaba que llevaba semanas sin correr, decidí tomar agua y algo de aire antes de retomar la vuelta a casa. Puse rumbo a casa y en cuanto llegue supe que me había sentado muy bien, sentirme cansada y con endorfina en el cuerpo era mi mejor medicina.

Fui a recoger a Wyat a casa de Anna y nos terminamos quedando a cenar ella no paraba de preguntarme si todo iba bien, y le dije que si, que no se preocupara, pero no quedó demasiado conforme.

Al rato ya estábamos metidos en la cama pero Wyat tenía de todo menos ganas de dormir:

-¿Jason no va a llevarme más al cole? - me zampó mirándome muy seriamente

-Jason está muy ocupado, además siempre te llevo yo - le dije casi celosa

-Me dijo que otro día podríamos dar un paseo - y sonreí para mi

-Venga Wyat duérmete, es tarde - le dije porque cuando se ponía a preguntar no iba a dejarlo estar

-Me cae bien, es simpático - me dijo

-Lo sé - quise cortar la conversación

-Le he dicho que un día venga a casa a probar tu lasaña - me informó

-Claro, un día le invitamos 

-¿Es tu novio? - me soltó con descaro

-¡Wyat! Esas cosas no se preguntan - le dije mirándole

-Pues se lo he preguntado a él - me dijo

-¿Qué? Wyat... no... - quería morirme de la vergüenza

-Me dijo que él quería ser tu novio pero que no sabía si tu querías - me soltó como si fuera cupido

-Bueno, ¡ya está bien!

Me levanté de la cama y lo mandé a dormir, yo me bajé al salón porque de repente se me habían quitado las ganas de dormir.

Estuve ojeando el banco y algún papeleo como facturas y próximos pagos cuando me quedé dormida en el sofá.

Al día siguiente llevé a Wyat al colegio y comenzamos con nuestra rutina. Volví a casa y decidí que necesitaba salir a correr para oxigenar mi mente. Me puse las mallas, un top y las deportivas y salí dando bocanadas de aire.

Cuando volví a casa estaba extasiada, se notaban estas semanas de parón. Pero había tenido tiempo para que el deporte limpiara todo aquello que no había conseguido yo misma. Me tomé un café y me puse a recoger la casa y limpiar todo lo que tenía pendiente.

Cuando acabé eran más de las doce y tenía que darme prisa en ducharme y recoger a Wyat del colegio. Miré el teléfono esperando un mensaje y no había nada. Así que decidí ser yo la que lo interrumpiera. Primer tono. Segundo tono...

-¿Pequeña? - era su voz

-Hola - dije mientras me quitaba la ropa para meterme en la ducha

-¿Pasa algo? - preguntó con preocupación

-No, nada. ¿Qué andas haciendo? - le pregunté

-Estas jadeando pequeña ¿Seguro que esta todo bien? - insistió

-Acabo de llegar de correr y me falta el aire - le aclaré

-Me dejas más tranquilo - se le escapó una pequeña risa

-Tranquilo mis jadeos no son por otro motivo mas sucio - me reí yo

-Estando lejos de ti es una buena noticia, no quiero tener que vérmelas con ningún rubio más - pude notar como sonreía al otro lado de la línea

-¿Estás trabajando? - le pregunté

-Estaba reunido ¿porque? - me contestó tranquilamente

-Jason, lo siento, no sabía que estarías liado. Discúlpame. Hablamos en otro momento - me aceleré

-Eh, no pequeña. Prefiero estar al teléfono contigo que verle la cara a dos indeseables. No me cuelgues - sonó sincero

-¿Porque siempre trabajas tanto? - le dije haciendo un puchero

-Tienes razón, debería tener a alguien que me ayudase y así descargarme de trabajo - me dijo honestamente

-Pues si, piénsalo. - Le dije

-¿Y Wyat? - quiso saber

-En el cole, ayer me preguntó si éramos novios

Lo oí reír y la verdad es que me llenó el alma, aunque él eso no lo sabía

-¿Cuándo podré veros? Estoy deseando verte pequeña

-Vente con nosotros a cenar esta noche a casa - le invité

-Tengo mucho que trabajar pero me encantaría - dijo casi sonando dolido

-No pasa nada, para la próxima. Te dejo trabajar tranquilo. Nos veremos esta noche en el reservado. Un beso

-Eh pequeña, esta noche te dedico un poco más de tiempo ¿vale? - me dijo a modo de disculpas

-Tranquilo, no pasa nada.

Fui a la ducha con su última frase, intentaría sacar más tiempo para mi. ¿Lo estaba intentando? ¿Estaba mejorando para que esto fuese a algún sitio? ¿Lo hacía porque le importaba?

Casi eran las 6 de la tarde, cuando me puse ha hacer la cena. Wyat se había quedando haciendo la tarea del colegio porque si no no le daría tiempo.

-¡Mami! ¡El timbre! - dijo el niño al que le prohibí que abriese desde la última vez

Abrí la puerta y supuse que Anna y su sobrina vendrían a quedarse con Wyat mientras yo trabajaba.

-¿Jason? ¿Qué haces aquí? - dije con sorpresa

-Vengo a cenar con vosotros ¿sigue la invitación en pie? - me preguntó con un regalo envuelto con una lazo rojo en la mano.

La mafia y élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora