Capítulo 27: El despertar

243 9 0
                                    

Me desperté en medio de la noche, no sabía que hora sería pero casi debían ser las seis porque comenzaba a amanecer. Yo seguía con aquella misma postura, encima de Jason y él parecía estar a gusto conmigo encima. Respiraba acompasado y tranquilo, se le veía en calma y dormido estaba también guapísimo.

Empecé a darle pequeños besos en su pecho, y le hacía caricias en el pelo y entonces sonrió, no abrió los ojos pero se le esbozaba una sonrisa de oreja a oreja irradiaba felicidad.

Me acerqué a su oído y mientras le besaba el lóbulo de la oreja mi otra mano bajaba por el pecho y el estómago hasta llegar a mi objetivo, entonces le toqué la polla, y estaba duro, se alegraba de verme desde bien temprano.

Seguía sin abrir los ojos y ahora se mordía el labio inferior, ese gesto que le delataba cuando me tenía cerca suya.

Los dos estábamos desnudos del sexo que habíamos tenido esa misma noche y nuestra piel ya irradiaba calor.

Entonces comenzó a besarme a la vez que a subirse encima de mi cuerpo, caía su peso en mi pecho que subía y bajaba al son de sus caricias, me recorría el cuerpo con besos largos y excitados. Mi lengua y su lengua jugaban sin descanso hasta notar el calor en cada poro de mi piel.

Notaba como estaba excitado y como me acariciaba con la mano mi coño. Yo echaba la cabeza hacia atrás para respirar aire fresco mientras él me torturaba tocándome de esa manera tan acompasada. Yo seguía dejándome llevar por sus manos hasta que me abrió las rodillas y noté como nuestros cuerpos se fundían en uno solo. Mi espalda se arqueo al notarlo, placer y dolor se notaban a partes iguales.

-Pequeña mírame y dime que estas bien - me dijo mientras nuestros cuerpos se acoplaban como si formaran una única pieza de engranaje perfecto

- uuhhmm - era esa respuesta que él esperaba y que yo no podía extender con palabras pues estaba navegando en un placer que nunca había sentido

Lo notaba salir de mi, y mi cuerpo parecía arrastrarse a él para que no dejara de estar dentro de mi. Le miraba y notaba como le brillaban los ojos incluso más que la piel sudada del calor que emanábamos. Se mordía el labio y cerraba los ojos de placer y aquello era un señal que iba directa a mi entrepierna. Me gustaba tenerlo en ese punto de excitación y locura.

Los movimientos se activaban en cada arremetida mientras yo perdía el norte y mis piernas se abrían para recibir más de él. Me apoyé en mis codos y me incorporé para besarlo.

Esto nos volvió aún más necesitados de contacto, de tener piel con piel. Él se subió encima mía y mi coño encontró su polla al instante. El placer estaba en un punto tan ardiente que dolía no subir en cada arremetida. En algunas de ellas un pequeño gesto de dolor aparecía en mi cara y el paraba al instante

-¿Quieres que pare? - me dijo con una voz agitada

-Sigue por favor, sigue, más... - y eso era todo para que nos volviéramos a perder el uno en el otro.

Seguíamos dándonos placer a la luz de la luna, en una noche fría y donde el mundo no parecía darse cuenta que estábamos entrando en un mundo de lujuria.

Se sentó en el borde la cama y me atrajo encima suya. Yo abrí las piernas al instante, a ahorcajadas y enseguida encajamos. Yo estaba mojada de él, de mi, de ambos. Él estaba duro, preparado para que me subiera encima. Me puso las manos en el culo a la vez que y subía y bajaba encima de su polla. Le rodeaba con las manos el cuello y me lo comía a besos.

Seguía bailando encima suya, con cada vez más agresividad y más urgencia.

-Dios... no pares ahora... sigue... vamos... - decía entre jadeos que me excitaban a moverme con más compas para él

Yo empecé a notar como subía esa corriente eléctrica desde lo más profundo de mi, me empezaron a temblar las piernas y notaba como iba a explotar de placer en ese mismo instante

-Ahhhhh, Jason, Jason... - Le dije al oído mientras le mordía el lóbulo de la oreja

-Eso es pequeña, córrete para mi - Aquello hizo que inundara mi cuerpo de esa gota de pasión que me hizo falta para darle mis últimas arremetidas

Empecé a notar cómo iba a terminar de extasiarme cuando note como él echaba la cabeza hacia detrás y lo oía gritar mi nombre a la vez que me elevaba con su cuerpo dándome todo de él.

Ambos terminamos jadeantes y llenos el uno del otro. El me abrazó y yo me enganché con mis piernas a su cintura y me transportó a la ducha, me bajó allí dándome un último beso en el pelo

-Dúchate tranquila, te veo ahora en la cama pequeña - dijo al cerrar la puerta

Yo que apenas me mantenía en pie aún por los resto de placer que contenía en mi cuerpo, me dejé llevar por el agua y por la pasión que acababa de sentir con él.

Me duché sin prisas, y aún cuando salí y me envolví en una toalla podía notar como mi piel olía a él, a ese olor que ya había catalogado como uno de mis preferidos, olor a Jason.

Cuando salí me lo encontré en la cama, desnudo y mirando el teléfono, que apartó en cuanto me vio.

-Ven aquí...- me dijo extendiéndome los dos brazos para acogerme

Yo me eché a un lado y mientras me abrazaba de lado y yo le pasaba mi pierna por su cuerpo de esa manera en que nuestros cuerpos encajaban como si estuvieran hechos el uno para el otro

-Joder que bien me lo he pasado - me dijo cuando ambos reímos como dos niños

Empezaron a pesarme los ojos más de lo que hubiese querido en ese instante, hasta que me quedé dormida escuchando los latidos de ese hombre que me había hecho por tercera vez.

La mafia y élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora