Capítulo 16: Unas rubias muy rubias

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Me giré en cuanto noté sus dedos justo en el centro de mi espalda, en la parte baja de mi espalda, el estaba de pie mirándome, eché un ojo al resto y todos parecían distraídos con aquellas mujeres.

-¿Falta algo? - le dije sonando muy profesional

El giró la cabeza como cuando un perro gira la suya para entenderte, entrecerró los ojos, lo sabía, estaba intentando leerme la mente como había hecho antes, pero ahora no podía.

-¿Has visto mi mensaje? - me preguntó un poco inquieto, cambiaba su peso de un pie a otro

-Si - le dije haciéndome paso en su cuerpo para seguir trabajando

Él me siguió, no hacía falta que mirase, era ese olor, estaba justo detrás. Me puse a poner hielos en una cubitera cuando me agarró del brazo, sin hacer fuerza.

-¿Emma todo bien? - me preguntó

-Si - volví a responder

No sabía porque pero estaba tensa, bueno vale, si sabía porque, las rubias allí cerca de él, y que no me hubiera mirado me habían tensado, estaba siendo una estúpida.

-Siento no haberte contestado, mira la de gente que hay hoy... - le dije mirando alrededor

Se acercó más a mi, casi tanto que podía notar su respiración, notaba su pecho subir y bajar. Ahora ambos estábamos leyéndonos la mente. Entonces mi mente me jugó una mala pasada y sin quererlo miré de soslayo a una de las rubias.

Entonces el sonrió, acababa de saber que es lo que me pasaba.

-Tranquila, están trabajando, se van pronto

Lo miré y le sonreí. El me devolvió la mirada y se giró para irse. Entonces alcancé para tocarle con la yema de los dedos su mano, se giró y volvió a sonreírme.

Al rato de aquello, lo vi estrechar la mano a uno de los hombres y el grupo se fue junto con las chicas. Él abrió aquella caja de metal para encenderse un cigarro mientras saludaba a los hombres que había por el reservado.

La bailarina de poca ropa comenzó un show y como moscas a la miel, empezaron a arremolinarse los hombres a aquella esquina donde ella tenía la barra de metal con la que bailaba, todos parecían entretenidos con aquel show, y a mi me dio un poco de respiro para poder recoger las mesas, cuando me acerqué a recoger la mesa donde habían estado aquel grupo con las chicas se me acercó Jason.

Que tiró de mi mano para tenerme enfrente suya.

-Deja eso - me dijo con la voz ronca

Lo miré y me sonrió. 

-Sigo esperando respuesta al mensaje

Entonces con muchísimo descaro, me subí el bajo del vestido, lo deslicé por la pierna mientras él no quitaba ojo de aquel movimiento, saqué el teléfono y tecleé. Tragó saliva cuando volví a subirme el vestido para guardarlo, entonces sonó su teléfono, se metió la mano en el bolsillo mientras exhalaba con el cigarro aun en la boca hacía un lado.

"Mañana, juntos... toda la noche"

Me miró volviendo a coger el cigarrillo, y me dio un beso en la mejilla, lento, suave y dulce que despertó todo lo que tenía dentro de mi.

-Mia - me dijo al oído

Yo cerré los ojos en cuando lo oí susurrarme al oído, provocaba en mi miles de sensaciones al a vez que me hacían temblar sin poder tener ningún tipo de control en mi cuerpo. Se fue dejando ese olor en mi, dentro de mi.

Eran las seis y algo de la mañana cuando el reservado estaba vacío y se encendieron las luces: hora de recoger y irme a casa.

Cuando estaba casi terminando entró Jason hablando con alguien por el móvil. Entonces sin decirme quien era lo supe, se acercó a mi y puso los ojos en blanco.

-Tranquilo, la noche ha ido bien - le dijo a Drew para calmarlo

-¿Qué cuanto se ha hecho de caja? - le dijo Jason volviendo a repetir lo que Drew le preguntaba, supongo que para desesperarlo

Yo, que ya la había hecho, sin pronunciar palabra le dije: diecisiete mil

-Diecisiete de los grandes, ¿Por qué no te relajas y nos dejas a los demás en paz capullo?

Colgó y me reí con una carcajada por aquella contestación a Drew.

-Vete ya Emma - me dijo sentándose en un taburete de la barra

-¿A donde? - le pregunté con un hilo de voz

Entonces me miró y me sonrió, me cogió de la mano y tiró de mi, metiéndome en el hueco de sus piernas y el taburete, quedé pegada a él.

-No juegues conmigo... - me dijo metiéndome un mechón de pelo detrás de la oreja

-Hueles muy bien - le dije acercándome a su cuello y cuando mis labios rozaron su cuello aspiré

-Emma... - me dijo en mi oído

Era una advertencia, lo sabía, así que pare.

-¿Quieres una copa? - le dije dejando un poco de aire entre nosotros, aunque aún me mantenía entre sus piernas

-Si te tomas una conmigo - me soltó encendiéndose un cigarro

-No bebo - le informé

Me tendió el cigarro

-No fumo

-Así que eres una chica buena - me dijo aspirando del cigarro

-Ninguna chica buena sirve copas en este bar - le dije con aspereza

-¿Ah no?

Negué con la cabeza

-¿Y entonces que haces tu aquí? - me preguntó con una sonrisita

Podría explicarle todo lo que me había pasado, pero no era el momento, no quería estropearlo ni asustarlo, entonces volví a jugar con él.

-Encontrar a tipos duros como tu - le dije poniéndole la mano en la rodilla

Se rio y terminó de echar una gran columna de humo hacia un lado.

-Mañana a las ocho te recojo - me dijo apagando el cigarro en el cenicero de la barra

-Te mando la dirección ahora

El asintió y aflojó las piernas para dejarme ir, antes de girarme le di un beso en la mejilla tal y como lo había echo él antes.

Cogí mi bolso y salí sin mirarle. Antes de salir el seguridad de la puerta me llamó, al girarme me tendió un sobre.

-De parte de Drew

Sabía que era el dinero de hoy, así que no lo abrí. Me lo metí en el bolso y me fui a casa, inundada de un olor que empezaba a gustarme de más.


La mafia y élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora