Capítulo 80: Un segunda cita

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Eran casi las ocho y ya estaba casi lista para ir a cenar con Jason, había elegido un vestido de tubo negro que se ajustaba a mi cuerpo y era de cuello alto, estilizaba mucho, me recogí el pelo en un moño desenfadado y me puse unas sandalias de tacón.

Bajé las escaleras, Wyat y Madison se habían ido al cine hacía un rato así que estábamos solos. Pegué en la puerta de la oficina.

-Pasa pequeña - me dijo

Entré y me quedé en el marco de la puerta, se quedó embobado mirándome de arriba a abajo mientras sonreía de medio lado.

-Soy un capullo con mucha suerte - me dijo reclinándose con los brazos en la cabeza mientras seguía sin quitarme ojo

Yo me acerqué y me hice un hueco en sus piernas. 

-¿Eso crees? - le dije acercándome para besarlo

-Joder Emma, mírate, pensé que nunca iba a tener a una mujer a mi lado y mucho menos como tu, en algún momento pensé que tendría a una tía que se gastaría mi dinero en ropa cara, que se pondría uñas postizas y que ni siquiera sabría mantener una conversación larga y ahora... mírame, tengo a una mujer espectacular, que duerme conmigo, que pueden pasar meses sin gastar un puto duro, independiente... Ni en mis mejores sueños pensé que podría tener esto

Me agarré a él y lo besé con ganas, acababa de decirme algo increíble y Jason no era de este tipo de halagos.

-Hueles... - metió su cabeza en mi cuello y noté como aspiraba

-Si haces esto, no vamos a llegar a tiempo - le susurré

Separó las manos de mi cuerpo y resopló haciendo un esfuerzo por dejar de tocarme. Me levanté y cuando íbamos a salir lo vi coger un cigarro y  ponérselo en la boca, entonces me di cuenta de todo lo que fumaba.

Nos subimos al coche y condujo hasta la masía donde cenamos la primera vez que estuvimos juntos, y cada recuerdo que inundó mi mente me hizo más feliz que el anterior.

-Sonríes, y me encanta verte sonreír - me dijo cuando salíamos del coche

-Este sitio es tan especial para mi - le dije agarrándole de la mano

Y minutos después ahí estábamos en el reservado, solos, uno frente al otro y mirándonos como el primer día.

-¿Pensaste que vendríamos por segunda vez? - le pregunté

-No pequeña, pensé que haberte tenido una vez era ya tener mucha suerte como para que te quedases conmigo para una segunda - me dijo sonriendo de medio lado

Yo sonreí porque Jason realmente pensaba que me iría de su lado al poco de conocerlo.

-Pues aquí sigo, por ti, por mi, por los dos - le dije tocándole la mano

-Por eso soy un capullo con suerte - me dijo de nuevo

El metre entró y como la vez anterior nos ofreció la carta. Jason habló con él sobre algunas recomendaciones y nos dejamos llevar por lo que nos ofreció: Ensalada de calabaza y frutos secos y de segundo Entrecote con verduras asadas en la lumbre.

El metre fue a servirme vino y le puse la mano en la copa para taparla.

-Prefiero agua, si no le importa

-Claro, sin problemas

En cuanto nos sirvieron las bebidas y el metre se marchó Jason cogió mi silla para atraerla hacia él y tenerme más cerca.

-Nada de alcohol - me dijo tocándome la tripa

-¿Vas a echar de menos a este bebé durante dos días? - le dije poniéndole la mano encima de la suya

-No sabes cuanto, os necesito mucho a los tres, voy a estar muy perdido sin vosotros - me dijo dándome un beso en la sien

-Mañana tengo un ultrasonido y me darán los resultados de las pruebas, espero que todo esté bien - le dije con sinceridad

-Estoy seguro que si - me dijo besándome en los labios

La noche continuó como esperábamos, la comida estaba espectacular y estuvimos disfrutándonos como hacía días que no hacíamos.

Nos sirvieron el postre que no podía ser otro que el mismo que pedimos la última vez: Chocolate Belga en cinco texturas.

-mmmmm - dije cerrando los ojos aun con la cucharilla dentro de la boca - está increíble

Jason comenzó a reír y me limpió la comisura con su dedo. Al cabo de un rato estábamos de vuelta a casa.

-Gracias por traerme y por pasar juntos esta noche, se que estas ocupadísimo y que sacar un rato como el de hoy ha sido difícil

Jason se giró y me puso la mano en la pierna

-Te juro que te voy a dar muchos momentos como este cuando estemos en Portland pequeña, voy a dedicarme a hacerte feliz

Sonreí borracha de amor y en cuanto llegamos a casa nos fuimos directos a la cama.

Cuando estábamos desnudos y él encima de mi cuerpo, se paró y me miró

-¿Que pasa? - le pregunté

-¿Vamos a estar dos días sin vernos... ¿dos días sin follar? - me soltó

-¡Jason! - me reí a carcajadas

El rodó en la cama para ponerse a mi lado.

-No te rías, voy a estar jodido sabiendo que no estas cerca y...

-¿Y que? - le pregunté apoyando la cabeza en mi mano

-Pues que si tienes ganas de follar ¿que? - me soltó el muy idiota

Entonces supe que era el momento de jugar con mi hombre. Me levanté y rebusqué en una de las bolsas que estaba en el suelo preparadas.

-Si tengo ganas de sexo y no estás... usaré esto - le dije enseñándole el vibrador que compré

-¡¿Qué?! - se levantó de un movimiento de la cama para venir a por mi - ¿Cuándo coño ha entrado esto en casa?

-¡Eh! - le dije poniendo el vibrador detrás de mi cuerpo para esconderlo - lo necesitaré si no estás

-Emma, no me jodas, si no estoy me llamas - me soltó enfadado

-¿Llamarte? ¿Para follar? Ah genial, tu en medio de una reunión con gente peligrosa y te llamo porque tengo las hormonas revolucionadas y quiero sexo - le solté divirtiéndome más de lo que imaginaba

Se paró encima de mi cuerpo.

-Exacto Emma - me dijo muy muy serio

-¿Como voy ha hacer eso Jason? ¡Estas loco! - le solté

-Aquí el que te pone caliente soy yo, y si tengo que dejar la reunión para follarte a través del teléfono se hace y punto, pero esa mierda no va a tocarte el coño - me soltó aún más enfadado - dame eso ahora mismo

-Jason, podríamos probarlo hoy... - me cogió del brazo y alcanzó el vibrador

Lo tiró contra el suelo y se partió en mil trozos, quedó echo añicos.

-Hoy te voy a follar hasta que te quedes harta para que no necesites esas mierdas - me dijo tirándome en la cama y besándome como un animal


La mafia y élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora