Capítulo 35: Polvo blanco

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Entre al bar y entonces la oí, era Gina, corrí hacía ella y nos abrazamos, olía piruleta y caramelo, no llevaba puesto el uniforme pero ella siempre iba ceñida y corta y guapa, era especial para mi.

-¡Mi niña! - me abrazó estrujándome como lo suelen hacer las madres - vienes bien acompañada - me dijo al oído mientras veía a Jason entrar y saludar a algunos hombres de seguridad

-¿Estás mejor? ¿Qué haces aquí? - le dije obviando a mi hombre ahí detrás

-No aguantaba más en casa con Drew, voy a terminar matándolo - me dijo y las dos nos echamos a reír

Entonces los dos venían hacía nosotras.

-Bienvenida de nuevo Gina - le dijo dándole un beso en la mejilla

-¿Yo hoy me quedo abajo no? - le pregunté a Drew

-Eh... - parecía dudar, miró a Jason - en realidad mejor arriba para que Gina no tenga que subir escalones

Ambas nos miramos y asentimos, yo volví a besarla y me subí al reservado.

La noche no parecía difícil, algún que otro hombre, pero poca cosa, los domingos no eran buenos días para el bar.

A las tres y diez de la mañana subió un grupo de hombres elegantes, parecían italianos o al menos cuando hablaban lo parecían, detrás de ellos Jason y Drew hablaban acompañándolos al sofá con la mesa.

Drew se giró y sin sonido únicamente moviendo la boca sabía que querían champagne. Así que me puse a prepararlo diligentemente y cuando fui a llevárselo vi la mesa llena de aquel polvo blanco, cocaína, yo no sabía donde mirar y no dejar que aquello me afectase, pero lo cierto es que no pude evitarlo.

Dejé allí todo mientras esos tíos esnifaban aquella droga como si lo hicieran a menudo, mis piernas temblaban detrás de la barra. Intenté no ser descarada pero miraba si Jason tomaba de aquella mierda porque no iba a estar con alguien que lo hiciera, sabía como actuaba aquella droga en una casa, la destruía, comencé a encontrarme mal y bajé por si Gina podía sustituirme unos minutos.

En cuanto me vio sabía que algo no iba bien.

-¿Y esa cara? ¿Qué pasa? - me preguntó acariciándome la cara

-Me encuentro mal, ¿puedes subir a cubrirme diez minutos? 

Gina en seguida notó que algo no iba bien.

-Claro, claro - yo salí corriendo al baño

Y entonces no pude evitar vomitar, me encontraba realmente mal, comencé a llorar en cuanto me recompuse y sabía que estaba haciéndome la dura trabajando en ese lugar, me odiaba por hacerlo porque sabía que mi padre no estaría orgulloso de mi, pero no se me había ocurrido otra cosa para seguir adelante con Wyat.

De repente alguien entró al baño con brusquedad.

-¡¿Emma?! ¡Emma!

Era él. Claro que era él.

-Jason estoy aquí, ahora salgo

-Déjame entrar, ¿Qué te pasa?

-Me encontraba mal, ya salgo - tiré de la cadena y me recompuse como pude

Salí y lo vi allí mirándome con los ojos como platos.

-Joder Emma... ¿Qué te pasa?

-Nada, ha debido sentarme algo mal - le mentí

-Estas pálida ¿te llevo al médico? - se acercó para mirarme y meterme uno de los mechones sueltos detrás de la oreja

-No, estoy bien, vete, ahora subo - le dije

-No, no vas a subir. Te llevo a casa - me dijo muy serio

-Jason, tengo que seguir - le dije mientras me lavaba las manos

-Te he dicho que no ¡Joder Emma! Mírate, estas pálida - se estaba poniendo nervioso y no paraba de tocarse el pelo y caminar de arriba a abajo sin sentido

Intenté calmarme y respirar hondo pero comenzaron a temblarme las piernas y pensé que iba a caer en redondo cuando en un instante tenía a Jason cogiéndome para que no cayera.

-Jason, estoy bien - le dije poniendo las manos en el lavabo para reestablecerme

-Y una mierda, nos vamos - dijo muy cabreado

Me metió en su coche y  condujo hasta casa mientras yo iba encontrándome algo mejor al darme el aire fresco de la noche en la cara. Él no dejaba de mirarme y su cara era de preocupación absoluta.

Le puse la mano en la pierna y le sonreí.

-Estoy mejor - le dije para calmarlo

Él uso una medio sonrisa y siguió conduciendo. Llegamos a mi casa y en cuanto apagó el motor me miró.

-Me has asustado mucho - me dijo con cara de preocupación

-Lo se, estoy bien - le dije con acariciándole la cara

Estuvimos unos instantes mirándonos, leyéndonos la mente.

Me acerqué y le di un beso en la mejilla y salí del coche, entonces el salió y cerró el coche.

-Yo llevaré a Wyat al colegio, tu descansa

-¿Qué? Jason no hace falta, estoy mejor

Estuvimos un rato discutiendo pero era imposible, no le iba a ganar la partida así que entramos en casa, me duché y me cepillé los dientes y bajé al salón donde el estaba mirando el teléfono.

-Jason,  tienes trabajo, vete - le dije mientras me sentaba a su lado

-Lo primero eres tu, voy a vigilar que duermas y estés mejor, venga ven aquí - me hizo un hueco en el sofá y me tumbé dejando mi cabeza encima de sus piernas

Me mimaba haciéndome carias en el pelo hasta que oí a Wyat bajar la escalera.

-¿Estas malita? - me dijo muy bajito dándome un beso en la frente

-Si, pero estoy mejor - le dije para no preocuparlo

-Me ha dicho Jason que me lleva él al cole - me informó

-Si ¿te importa? - le dije besándole en la frente

El negó la cabeza y vi a Jason con la maleta de Wyat en la mano.

-Pórtate bien Wyat - le dije cuando el niño salió disparado para subirse al coche de Jason

Él se acercó a mi y me besó en los labios castamente.

-No tardo, voy a llevar a tu hombrecito - y se fue

Yo sonreí con el corazón lleno y sin saber como me volví a quedar dormida.

La mafia y élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora