El cielo ya estaba completamente despierto y ahora entraba la luz por esos ventanales. El día parecía despejado y cálido.
-Tengo que hacer un par de llamadas y ocuparme de un asunto ¿podrás apañártelas sin mi un rato? - me dijo sonriéndome con malicia
-No estoy segura... - le dije dudando si de verdad podría
-No tardo pequeña - se bajó de la cama y se puso unos pantalones de chándal gris y una camiseta blanca. Se fue con urgencia o eso me había parecido
Aproveché para mirar algunos mensajes que tenía de Gina y le escribí: "tenemos que hablar, tengo que ponerte al día". Tiré el móvil a la cama y aproveché para darme una ducha larga, reconfortante.
Cuando salí de la ducha me di cuenta que no tenía ropa limpia, así que abrí los cajones del vestidor de Jason para buscar algo que me tapara durante un rato. Genial, camiseta blanca y unos bóxer. Eso me serviría hasta que volviese.
Me asomé a las ventanas, realmente hacía un día espectacular, podría decirle a Jason de ir a dar un paseo después de pasar por casa y vestirme. Si, se lo diría.
Miré el reloj y hacía más de dos horas que Jason se había ido. Yo ya empecé a desesperarme, hice la cama, recogí la ropa del suelo... Así que decidí ir a buscarlo.
Busqué en cada puerta que encontré y había más de cinco habitaciones de invitados y en ninguna estaba Jason, en la cocina tampoco lo encontré, y en el jardín no parecía estar. Me asomé al aseo y tampoco hasta que pude oír dos voces familiares, la de Jason y la de Drew.
Seguí el hilo de voz y me llevó a una puerta (esa no la había abierto) así que di un par de golpecitos pequeños:
-Pasa niña, se que estás aquí - dijo Drew desde el otro lado de la puerta
Yo no quería que Drew me viese con aquellas pintas, así que abrí un poco la puerta y asomé solo la cabeza, ladeando el cuerpo para que no me viera.
-Pasa Emma - Me dijo Jason tranquilo
Ambos parecían tranquilos en aquella especie de oficina. Jason sentado en un escritorio con dos teléfonos en la mano y un ordenador. Al otro lado de la mesa vi a Drew. Era una oficina muy del estilo de Jason, minimalista con colores oscuros, ambos tomaban en un vaso labrado lo que parecía un licor de color ámbar. Debían ser las diez de la mañana, yo sólo podía pensar en café recién hecho
-Hola niña, pasa. Ya se que has estado aquí el resto de la noche - me dijo Drew regañándome
-No, no puedo pasar - dije manteniendo mi cuerpo aún mas alejado de esos cuatro ojos
-¿Pasa algo Emma? -me dijo mientras me observa con el ceño fruncido
-No, nada - le mentí
-¿Y porque no pasas? Tranquila que Drew no va a regañarte por irte del reservado - me guiño un ojo
-Jason, no llevo mi ropa - susurré
-Pasa entonces niña, que quiero verte - dijo Drew acercándose a la puerta lentamente
-¿Que haces capullo? Aléjate de la puerta ya - le inquirió con una mirada muy seria
Drew se paró en seguida, mientras seguía mirando a la puerta con cara divertida
-Jason necesito ir a casa a coger ropa ¿tardarás mucho? - le comenté
-Coge mi coche - me lanzó las llaves de su coche y yo las cogí al vuelo - en una hora te quiero aquí, no tardes
-¿Le vas a dejar a la niña tu coche? - se asombró Drew
Ambos hicimos como si no lo hubiéramos oído.
-No tardes pequeña - me dijo cariñosamente
Yo le saqué la lengua y giré la cabeza a Drew al que le puse cara de enfado. Cerré la puerta y pude escuchar como Drew le insistía a Jason
-¿Le dejas el coche a ella? Joder... pues si que te ha dado fuerte
Yo sonreí y por un momento sopesé la opción de quedarme a oír a través de la puerta, pero quise vestirme antes de que alguien me viera de aquella guisa.
En veinte minutos estaba en casa y por fin pude hacerme un café. Mientras me lo tomaba subía las escaleras para coger algo de ropa.
Me cambié y me puse mis vaqueros, una camiseta blanca y las convers blancas, esta era yo, nada de vestidos cortos ni tacones de infarto. Me peiné un poco y me eché mi bb cream y un toque de rímel, nada más, este era mi aspecto un día cualquiera. No sabía si refrescaría a lo largo de la mañana así que decidí coger una chaqueta de cuero negra.
Estaba bajando por las escaleras ultimando mi taza de café cuando sonó el móvil. No tenía grabado ese número pero lo cogí por si eran los padres del amigo de Wyat
-¿Has terminado pequeña? - sonó la voz de Jason al otro lado del teléfono
-¿Ahora resulta que no vas a poder apañártelas sin mi? - le devolví con sorna
-Eso ya lo sabes - me contestó imaginándome una sonrisa al otro lado
-Ya me he vestido, estoy lista - le informé
-¿Has cogido algo para mañana? - me preguntó
-¿Mañana? - pregunté extrañada
-Si, quédate esta noche - sonó con una voz más ronca
-¿Estas seguro? Se que estas liado Jason
-Liado voy a estar esta noche contigo. No seas tonta, coge algo de ropa de sobra - me insistió
-Vale, no tardo - le tranquilicé
-¿Has estrellado mi coche? - bromeó al hilo del comentario de Drew hacía un rato
-Aún no, pero estoy segura que podría hacerlo si quisiera - acabé bromeando con una risa al final
-Ese es mi juguete, no suelo compartirlo, así que devuélvemelo de una pieza - me confesó
Me guardaría esta información porque estaba segura de que me sería útil en algún momento.
-Me estas entreteniendo, te dejo, ahora nos vemos
-No tardes, empieza a faltarme el aire para respirar - bromeó
Yo reí y colgué el teléfono. En ese instante caí en la cuenta de que no había hablado con Wyat y telefoneé a la madre del amiguito de Wyat, lo echaba de menos y necesitaba oírle.
Estuvo diez minutos contándome todo lo que habían hecho, y estaba más que emocionado con ir a ver un criadero de aves.
Le dije que mañana nos veríamos y que lo quería, él me llenó el teléfono de sonoros besos y colgó.
Cogí una pequeña mochila y metí un pijama, algo de ropa interior y un conjunto para mañana. El cargador del teléfono, mis gafas y la tablet. Supuse que Jason seguiría trabajando y yo tenía algún tramite que terminar de resolver de la muerte de mi padre, así que aprovecharía el tiempo.
Puse rumbo a casa de Jason, y cuando llegué la puerta se abrió automáticamente. Él estaba de pie al lado de la puerta esperándome.
ESTÁS LEYENDO
La mafia y él
RomanceEl mundo de Emma empieza a derrumbarse y se ve rodeada de problemas que nunca pensaba tener y a cargo de un hermano pequeño de cinco años. Jason es un narcotraficante, alejado del mundo real, caprichoso, celoso y compulsivo. Ambos se encuentran y y...