La mafia y él

Capítulo 89: Un tiro

Vi como Jason se levantó del asiento y se dirigió a la salida tacándose la solapa de la chaqueta.

-¡Atención entramos! ¡Tenemos a ese hijo de puta! - dijo Peyton a todos los agentes que estaban dentro y por los alrededores

Yo la miré con los ojos como platos, ella abrió la furgoneta y se fue y justo antes de cerrar me dijo:

-¡Ni se te ocurra salir! - me gritó

Yo me quedé con el corazón bombeándome sangre tan rápido que dolía, no quise perder de vista a Jason, al que buscaba por todas las pantallas y no encontraba.

-¿Dónde estas? ¿Dónde estás Jason? - dije buscándolo desesperadamente

Fue entonces cuando vi la imagen clara, vi como Matthew sacaba una pistola y disparaba por detrás a Jason que estaba saliendo del bar.

Escuché una ristra de tiros que no supe de donde salían pero vi a Jason caer al suelo en la entrada del bar.

Salí corriendo por la puerta de la furgoneta hasta que un agente me paró

-¡¡¡¡Por favor, por favor!!!! ¡¡Jason!!

El corazón me latía tan rápido que podía notarlo latir en la boca, el agente Scott, me agarró y me aguató el cuerpo antes de que me desplomase.

Me desperté sobresaltada en la habitación de un hotel, pude levantarme sin problemas y me toqué la tripa ¿estaba bien mi bebé? ¿y Jason? ¿había soñado?

Salí a la puerta de la habitación y enseguida una enfermera me atendió:

-Señorita Miller, entre, tiene que descansar - me dijo devolviéndome a la cama

-¿Y mi marido? ¿está bien? ¿y el bebé? - le pregunté atropelladamente

-Tranquila, su bebé esta bien, ha sufrido un desmayo por una situación de estrés, pero el bebé esta sano y bien. - me dijo tapándome con la sábana

-¿Y mi marido? ¿esta bien? ¿esta vivo? - le dije consciente de que podría ser ese el peor momento de mi vida

-Tranquila señorita, esta estable, pero aún esta ingresado. Tranquilícese esto no es bueno para usted ni para el bebé

Unas dos horas más tarde llegó Peyton a mi habitación

-Peyton - le dije llorando

-Tranquila Emma - se acercó para abrazarme - todo esta bien, tranquila, esta fuera de peligro

-Dios mío, gracias a Dios... - le dije

Una vez más calmada me contó que Jason tenía información importante sobre la venta de mujeres vírgenes a gente de mucho dinero, donde las sometían y esclavizaban, así que para tener a ese tipo bien cogido debían tenderle una trampa donde afirmara aquello, además de venderle droga para que estuviera bien atado.

Me contó que Jason había hecho un esfuerzo enorme al exponerse pero que eso había resultado en la desarticulación de toda la banda de Matthew para el resto de sus vidas.

Aquello fue muy tranquilizador para mi, porque aquel tipo no debía volver a la calle por aquellas chicas.

-Emma, por último, para no poner más nervioso a Jason, no le hemos dicho lo que te ha pasado, ni siquiera sabe que estabas en el operativo, aún piensa que estas en Oregon. No quiere que sepas que le han disparado - me confesó

-Quiero verlo Peyton, por favor - le dije

-Tranquila, le van a dar el alta hoy mismo, he pensado en traerle al hotel y que nadie os interrumpa, ya bastante lleváis los dos ¿no crees? - me dijo - así que si te encuentras bien, me marcho

La enfermera me recomendó que dejara el estrés y las situaciones que me desequilibraran a un lado por el bien del bebé. Me dio una eco donde se le veía el perfil y me emocioné muchísimo. Me recomendó que una vez en casa fuese a una revisión completa con mi médico.

Una vez en la habitación con Peyton me relajé

-¿Puedo llamar a Wyat y a Madison? - le pregunté

-Si, claro - tecleó en su móvil y antes de que nadie descolgara me dijo - los billetes para iros los tenéis mañana a las 6 de la mañana

Yo le sonreí, en menos de veinticuatro horas estaría con mi familia al completo y mi alma se lleno de paz.

-Hola ¿mami? - escuché aquella voz que hacía que todo se me olvidase

-¡Hola cariño! ¿Qué tal estáis? - le pregunté emocionada al oírle

-¡Mami! Madison y yo vamos a ir a un parque de atracciones

-¿En serio? ¡que plan más divertido! Seguro que te encanta ¿estás bien cariño?

-Si mami ¿y papá? - me preguntó

-Muy bien, ya casi termina el trabajo que tenía que hacer, así que mañana volvemos a casa y nos veremos

-¡Que bien! ¡Ojalá papa pudiera venir hoy al parque de atracciones!

-Seguro que cuando volvamos papá y tu vais a hacer un montón de planes - le dije cariñosamente

Estuve un rato hablando con él de sus planes, hasta que me pasó con Madison que me preguntó por Jason y le dije que todo había acabado y que estaba bien, no quise alarmarla con nada, y le dije que la veríamos mañana. Le di las gracias otra vez y le dije que esa misma noche le haríamos una llamada a Wyat para que hablara con Jason y me dijo que ese era el mayor de los regalos, y con eso me quedé.

Llegamos al aparcamiento del hotel, Peyton insistió en que cambiase de hotel por seguridad.

-Hemos llegado Emma, estas registrada con otro nombre para que estéis tranquilos. Jason llegará a mitad de la tarde así que intenta descansar hasta entonces - me dijo cariñosamente

Yo abrí la puerta para salir cuando me dijo

-Emma - me asomé de nuevo al coche - gracias por hacer de Jason alguien que merece mucho la pena - yo le sonreí y me marché

Entré en la habitación que era enorme. Tenía un salón en la entrada, y la habitación tenía una cama enorme, un balcón con sofás y un jacuzzi. El baño tenía una bañera enorme y una ducha donde cabían varias personas. Eran las tres de la tarde y con tanto ajetreo no tenía ganas de dormir así que decidí ir a caminar un poco y entretenerme.

Salí del hotel y vi una boutique que tenía un poco de todo. Entré y compré sales de baño y unas velas con olor a lavanda.

Seguí caminando y encontré una tienda de ropa un poco cara pero entré. Encontré un camisón de color negro con un ribete de encaje y decidí comprármelo junto con un conjunto de ropa interior color burdeo precioso. Me costó muy caro y decidí que la ocasión lo merecía así que no quise pensar en el precio.

Volví al hotel más despejada, y pedí que trajeran a la habitación algo de picar y una botella de agua.

Me di una ducha, me lavé el pelo y me puse cremas en todo el cuerpo. Me puse el camisón mientras esperaba a que llegara Jason, me asomé al balcón y ver como se apagaba el día era un regalo que me estaba haciendo Dios.

Escuché como alguien intentaba abrir la puerta así que supuse que al otro lado esta él, de repente los nervios me subieron hasta la nuca.

Abrí la puerta y allí estaba él, con los ojos bien abiertos al verme y con la cara de sorpresa en su boca

-¡¿Qué?!