—Vale, coleta hecha, ¿y ahora qué? —cuestionó Lavender, en pie frente al espejo de cuerpo entero que había junto a la puerta de su dormitorio. Hermione alzó la mirada del libro que tenía sobre las piernas, estando ya sentada en su cama con el pijama puesto. Contempló a su compañera de habitación por el hueco que había entre sus cortinas abiertas. No quería perderse eso.
—Divídela en dos y pasa el mechón derecho hacia la izquierda, por dentro del mechón izquierdo dividido en dos —informó Parvati, sentada con las piernas cruzadas sobre la cama de su amiga, con la revista Corazón de Bruja abierta ante ella. Tenía un dedo colocado en medio del texto que contenía la explicación sobre cómo hacer el peinado que las brujas famosas lucían esa temporada. A su lado, se encontraba también un ejemplar de El Profeta.
—Eh... Vale —aceptó Lavender, algo confusa. Agitó su varita y su largo cabello de color castaño claro se dividió en dos partes. La parte derecha se movió por arte de magia, entrando por dentro del mechón izquierdo—. ¿Así?
—Eso es. Ahora ata ambas partes en la parte superior y haz una trenza con los mechones que queden abajo —informó Parvati con poca convicción. Elevó los ojos de la revista y miró a su amiga con cara de disculpa. Ésta se giró para contemplarla con abierto desconcierto. Hermione ahogó una risotada.
—¿Que qué? Déjame ver —Lavender, con el cabello recogido de mala manera, se acercó a ella y observó las imágenes con las cuales la revista complementaba la explicación—. Ah, vale, espera...
Agitó su varita de nuevo, y su cabello quedó recogido en una especie de moño en la parte superior, y en la inferior se entrelazó en una larga trenza.
—¡Anda, muy bien! Vale, ahora tienes que envolver la trenza en el moño y pasarla por dentro —informó Parvati, más alegremente. Su amiga se miró en el espejo, dudosa. No parecía muy contenta con el resultado.
—¿Y cómo hago eso? No es suficientemente largo. A ver, espera... —agitó su varita y la trenza rodeó el moño, pero no alcanzaba para entrar por dentro de ningún mechón, enredándose en el proceso. Hermione y Parvati la contemplaron trabajar con las bocas entreabiertas, empatizando con su frustración—. ¡Esto es absurdo! —estalló Lavender finalmente—. Déjalo, no sirve. No me gusta. ¿Quieres intentarlo tú?
—Oh, por Merlín, no —se burló su amiga, mirando a Hermione con complicidad. Ésta rio de nuevo entre dientes—. A ti posiblemente te quedaría bien, Hermione. Tienes mucho pelo. Quedaría un moño muy grueso.
—Nunca lo sabremos, no pienso intentarlo —aseguró la chica, con una sonrisa divertida, devolviendo la mirada al libro que tenía delante. Parvati rio para sí misma, y se giró para retomar su lectura del periódico El Profeta, mientras Lavender cogía un cepillo e intentaba desenredar el intento de peinado que se había hecho. Parvati, tras contemplar la página que tenía abierta durante unos segundos, dejó escapar un audible suspiro. Un suspiro de derrota. Alejado del momento jovial que acababan de vivir. Hermione la miró ante semejante sonido, y su compañera le devolvió una mirada vidriosa, al sentirse observada.
—Chicas..., sobre el cadáver que han encontrado, ¿creéis que será el de la pobre chica de Beauxbatons? —cuestionó, con vacilación. Se dirigió a ambas, aunque miró a Hermione, estando Lavender de espaldas. Hermione frunció los labios y se miró las rodillas, abstraída. Lavender dejó de peinarse y se mantuvo quieta varios segundos, mirándose a sí misma en el espejo, también incapaz de hablar. El ambiente en la habitación se tornó bastante solemne.
En el periódico El Profeta de esa mañana había aparecido la noticia de que unos muggles habían hallado el cadáver de una mujer enterrado en un bosque en Heaven's Gate. A no demasiados kilómetros de la zona en la que la joven de Beauxbatons desapareció. El cadáver parecía corresponder a una bruja. El periódico decía que no había sido identificada todavía, y no hizo mención alguna a la joven francesa desaparecida, siguiendo con su silenciosa política de no volver a hablar del tema por temor a las represalias. El Quisquilloso, en cambio, sí lo mencionó como algo posible en su propia versión de la noticia, poniendo voz a lo que los lectores pensaban.
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Rosa y Espada
RomanceDraco Malfoy, ante la prolongada ausencia de la profesora de Runas Antiguas, se dedica a revolucionar la clase a sus anchas con ayuda de sus colegas, impidiendo estudiar. Hermione Granger, alumna responsable y aplicada, no piensa quedarse de brazos...