𝙩𝙤𝙧𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖 | 𝘱𝘦𝘥𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘴𝘤𝘢𝘭

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[ continuación de   ❝ 𝙑𝙖𝙣𝙘𝙤𝙪𝙫𝙚𝙧 ❞ ]

(Escuchar con la canción más triste que tengan )

❝ Y si lo deseas, puedes atravesarme el corazón con una daga y aún así seguiré siendo tuyo ❞

El tiempo había transcurrido, tan lento y doloroso, Pedro sufría de lo que coloquialmente las personas adictas sufrían,  síndrome de abstinencia.

Una profunda agonía y tristeza se habían instalado en su ser, tan desgarrador como morir lentamente.
Intentó localizarte desde su propio número, el de sus hermanas, cada familiar, cada amigo pero nunca obtuvo una respuesta.

La ansiedad comenzaba a cobrarle factura. Nunca pensó que una decisión tan estúpida, pudiera quitarle sus noches tranquilas y sueños profundos.

Había evitado a toda cosa a los medios, sabía que, si lo encontraban, probablemente se lo comerían vivo.

Su molestia y mal humor, aumentaban a medida del paso de los días, en donde ninguno podía localizarte.

— Pedro  — se escuchó la voz de Javiera, su hermana, mientras caminaba hacia él.

— Solía disfrutar de estos momentos con ella... — comentó nostálgico mirando el cielo, la ausencia de las estrellas era notoria, la oscuridad era lo que predominaba, así como su vida últimamente.

— ¿No crees que es momento de avanzar? — preguntó esta, sentándose a su lado. Pedro le regaló una mirada triste y fingió sonreír.

— Puedo avanzar pero siempre me sentiré en el mismo sitio — Javiera tomó sus manos en señal de apoyo. Sabía que su hermano lo había jodido todo y aquello era el resultado de sus propios actos — No puedo vivir sin ella — confesó — cada noche me hace falta, mi pecho arde y siento que me cada que avanzo tres pasos, retrocedo dos. ¿Cómo puedo vivir sabiendo que lo tenía todo y un día lo perdí?.

Javiera no intercedió, tal vez lo único que su hermano necesitaba era que lo escucharan.

— Escucharon rumores de que ella estaba aquí, de vuelta. Dicen que se ve bien, feliz y sana — esta acarició su espalda.

— ¿Piensas buscarla? — preguntó. Este negó.

— Cada quién tiene lo que merece, ¿no crees? — preguntó con lágrimas en los ojos — Creo que he jodido bastante su vida como para no dejarla tranquila — Javiera lo abrazó y este rompió en un llanto insoportable — ¿Esta es mi prueba final, no?
— preguntó con ironía.

𝕾𝖍𝖆𝖒𝖊𝖑𝖊𝖘𝖘 | 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴. 𝘱𝘦𝘥𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘴𝘤𝘢𝘭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora