𝕾𝖍𝖆𝖒𝖊𝖑𝖊𝖘𝖘 | 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴. 𝘱𝘦𝘥𝘳𝘰 𝘱𝘢𝘴𝘤𝘢𝘭

𝙞𝙧𝙧𝙞𝙩𝙖𝙣𝙩𝙚 | 𝘑𝘰𝘦𝘭 𝘮𝘪𝘭𝘭𝘦𝘳

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La empatía era algo que Joel había perdido a lo largo de los años, se había convertido en una persona egoísta y que solo velaba por sus propios intereses y no era justificación, sin embargo, todos en los últimos veinte años, habían atravesado multitud de problemas que parecían nunca terminar.

Joel detestaba la mayoría de las cosas, entre ellas el amanecer, odiaba cuando el sol impactaba contra su ventana, provocando que despertara antes de lo previsto. Si esto sucedía, estaba claro que no sería un buen día para nadie.

Odiaba a los adolescentes más que a nada, luego del fallecimiento de Sarah, este había endurecido su propio corazón, por lo que cada vez que miraba a algún adolescente, rodaba los ojos o maldecía lo suficiente para ahuyentarlos.
Odiaba el escándalo y la diversión, detestaba cuando las personas, en vez de conversar, gritaban, no le cabía en la cabeza cómo estos no podían modular su volumen.

Básicamente, odiaba a cualquier ser viviente que irradiara alegría o felicidad por simplemente vivir, que sea escandaloso, mostrara interés por los demás y que hablara hasta por los codos.
Sin duda alguna, con el paso de los años, Joel se había amargado.

Hasta que conoció a Ellie. Ellie cumplía dos de aquellas cualidades que tanto odiaba, se maldecía por haber aceptado aquel trato, realmente no le resultaba beneficio cargar con una menor de edad, simplemente le complicaba las cosas, de no ser por su hermano Tommy, tal vez odiaba a las personas pero hacia excepciones con su familia y Tommy era lo único que le quedaba.

Pero sin duda, todo empeoró cuando apareciste en sus caminos.
Estos te habían rescatado de algunos infectados, Ellie desde el momento en que te miró, no pudo evitar quedar maravillada contigo.

Para Joel, tú representabas todos sus males, todo lo que odiaba y tanto evitaba. Eras un jodido rayo de sol, tan molesto, tan radiante que por alguna razón, a parte de desagradarle, algo le hacía quedarse.

— Joel... — mencionaste con una sonrisa mientras le entregadas un poco de comida. Este, ligeramente suspiró antes de tomarla.

Sus manos se tocaron por cuestión de segundos, algo instantáneo pero que parecía duradero y que este, aunque quisiera, no pudo pasarlo desadvertido.

Ellie se encontraba caminando por el bosque, lo suficientemente cerca, por si en algún momento se encontraba en algún problema.

— Sé que me odias  — confesaste, este te miró con el ceño fruncido, sabías que no diría alguna palabra, de hecho, considerabas difícil que este intentara entablar una conversación contigo que no solo sea ❝ sí, no, está bien, izquierda, derecha, déjame en paz ❞ — No te preocupes, a veces puedo ser un poco detestable... — fijaste tu vista hacia el piso.

Aquello, aunque no lo viste, pareció afectar a Joel.

— Yo... — realmente, para Joel, ya se consideraba alguien muy viejo por intentar disculparse torpemente. Pero lo que más le hacía sentir mal — lo siento, no quería que pienses eso... — era no disculparse verdaderamente.

— Si lo deseas, evitaré hablar y reír menos  — propusiste con una sonrisa.

Joel frunció el ceño ante la vergüenza, realmente veía tu intento por llevar las cosas bien y que él siempre pusiera barreras en ello, lo complicaba todo, terminando en el mismo punto de partida.

— No es necesario — comentó — creo que yo también debo intentar poner de mi parte
— confesó, no pudiste evitar sentir alegría en tu interior.

— ¡Gracias! — comentaste antes de abalanzarte contra él, en un intento de abrazo, logrando derramar la comida en su camisa.

— Mierda... — mencionó al ver la gran mancha de comida. Torpemente intentaste limpiar esta, sin embargo, lo único que propiciaste era que la mancha se hiciera más grande.

— Lo siento — confesaste arrepentida. Joel suavizó su rostro al mirarte.

— Está bien, no te preocupes — pudiste ver una ligera sonrisa en su rostro.

Después de aquel día, todo había mejorado entre Joel y tú, podría decirse que ahora eran amigos, aunque ninguno de los dos podía evitar sentir aquella tensión y lo que había sucedido aquella noche.
Por su parte Joel, después de mucho tiempo, se permitía divertirse, no podía evitar sentirse feliz ante los chistes sin sentido de Ellie y que tú le secundaras.

Y por un segundo, se lamentaba no haberlo intentado antes.
Sin duda, Ellie y tú eran aquel rayo de sol, que sin duda amaba.

Veías a estos practicar sus tiros, a pesar de que Joel se había ofrecido a enseñarte, decidiste que aún no estabas lista para ello, algo ilógico ante los tiempos y el ambiente que se rodeaban, este no insistió mucho, así que se concentró únicamente en Ellie.

— Entonces, tienes que respirar profundamente, aprieta el gatillo, sin titubear, lento y suave.

— ¿Vas a disparar o embarazarlo? Porque para eso, te puede ayudar (t/n).

Ambos la miraron bocabiertos.

— No se hagan — volvió a hablar — esas miradas y roses, ¡Dios! Es insoportable, se comportan como adolescentes con las hormonas al tope. Hagan algo con eso o yo misma les disparo.

Joel inmediatamente te miró, tratando de asimilar que aquello no era una broma.

— ¡Te atrapé! — gritó Ellie, al ver tus mejillas ruborizadas — Deberías tener más cuidado al dormir — confesó divertida —
❝ Oh, Joel... ❞ — imitó tu voz con una expresión graciosa.

—¡Ellie, basta! — recriminó Joel con voz seria.

— ¡Oh, Joel, ni te atrevas! — Ellie apuntó con el dedo a este, ¿en qué momento esto se había puesto tan incómodo — que he visto cómo la miras, si tan solo tuvieras los pantalones, ya hubieras hecho algo al respecto — la diversión en Ellie era evidente
— ❝ ¿Estás bien, (t/n), no te lastimé? ❞ — imitó lo que una vez escuchó de Joel por lo lejos, mientras se burlaba.

Ambos compartieron aquella mirada.

— ¡Ay, mierda! — expresó Ellie asqueada cayendo al suelo de golpe. Tal vez aquello sería algo difícil de olvidar.

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Nota:

Estoy adelantando la escritura.

Como dicen por ahí, mientras más aplausos, menos ropa.
Pero como aquí no hacemos eso, mientras más votos, más actualizaciones, ah, qué.