Donde escribo historias de Pedrito porque no me pude contener.
o
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No era mentira lo que había dicho Bo - katan respecto a Din Djarin, aunque te costaba creerlo, no podías dejar de pensar en aquello.
❝ Puedo apostar todo el crédito que quieras pero Mando, aún con ese casco, no puede quitar los ojos de ti❞
Sin duda esa confesión te tomó por sorpresa.
La extraña forma en que se conocieron, decía mucho más que cualquier otra cosa. Sobre todo cuando estuviste a nada de decapitarlo, de no ser por aquella criatura verde que logró evitarlo. Aquella peleaba había iniciado por no cumplir el credo Mandaloriano y al verte sin el casco, pudiste asegurar que este tuvo un míni infarto, lo cual los llevó justo al borde de su muerte.
Los días pasaron y aunque él deseaba estar más lejos de ti y Bo - katan por no seguir sus creencias, no podía hacerlo porque las necesitaba.
- Ten cuidado - escuchaste una voz profunda detrás tuyo, al verlo esquivarte. Realmente nunca te diste cuenta de que dejaste de caminar por estar perdida en tus pensamientos.
Confundida, continuaste caminando al ver que los tres te habían dejado atrás.
Parecía una loca y estúpida idea, ¿pero cómo podías sentir atracción por alguien sin siquiera mirar su rostro? Pensabas que te encontrabas al borde de la locura.
Ni siquiera podías asegurar lo que Bo había comentado, tal vez era una broma para entretenerse mientras te veía revolverte entre tus propios pensamientos.
Sentiste un cuerpo pesado obstaculizando tu paso, pudiste identificar que se trataba de él, sintiéndote tan torpe y nerviosa en el proceso. Este te dio una mirada rápida al sentir tu cuerpo junto al suyo.
Te dio paso para que caminaras a su lado mientras Bo los rebasaba, justo antes de alejarse, sutilmente golpeó tu hombro mientras sonreía.
El camino fue silencioso pero nada incómodo, tal vez te encontrabas sugestionada pero podías sentir una mirada sobre ti. Intentaste tranquilizar tu pensar, simplemente se podía tratar de Grogu o incluso del propio Djarin Tu vista se mantuvo en el piso, no tenías el suficiente valor como para siquiera entablar una conversación con él.
Detestabas aquello, siempre intentaste mantenerte alejada de todo aquello que te provocara inestabilidad y odiabas cuando alguien hacía un comentario sobre ello, porque sabías perfectamente que tu mente daría vueltas sobre ello.
- ¿Te encuentras bien? - preguntó este al mirar tu rostro fruncido. Lo miraste, e internamente quisiste golpearte al ponerte nerviosa, por mirar su casco. Asentiste mientras despejabas la mente.
- Tal vez es un poco de cansancio - y aunque no era lo principal, tampoco era mentira.
- ¿Necesitas algo? - preguntó, pudiste escuchar una ligera preocupación al respecto, sintiendo su toque en tu espalda baja.
