Silencio.
Estaba acostumbrada al silencio, en la mansión no podíamos hacer ruido, y no podíamos hablar en voz alta, estaba acostumbrada. Pero a lo que no estoy acostumbrada es a estar en medio del silencio entre dos hombres que se miran como si se quisieran asesinar. Lo peor de todo es que Edmund tiene sujetada su mano entre la mía con un poquito más de fuerza, pero eso hace que mi cuerpo reciba muchas sensaciones mezcladas y no se ni que sentir primero.
Seguía mirándolo de reojo, estaba muy tenso podía sentirlo.
Zion rompio el silencio soltando una risotada sin gracia, haciendo gestos exagerados como agarrarse la pansa por la "risa". Yo lo mire cada vez más confundida.
- ¿De que te ríes?- la voz de Ed cada vez es más apretada, y sería.
- Es tan gracioso como haces énfasis en "mi esposa" Edmundcito, vamos ¡relajate! No le haré nada a la pelirroja... todavía - en un micro segundo, pasaron dos cosas: Ed soltó mi mano bruscamente, tanto que me asusto, acto seguido agarro del abrigo a Zion haciendo puños sus manos en él, lo jaló hacia la pared y lo contramino. Lleve mis manos a mi cara en asombro.
- ¡Deja a Anna en paz! No te atrevas a tocarla ¡Entendiste!- Ed estaba furioso, y el raro de Zion sonreía sin importarle lo que estaba pasando.
Di algo, muévete niña, sirve para algo.
Estaba a punto de decir algo, cuando vi entrar a Leani.
- Pero que... ¡EDMUND, SUELTALO!- ordenó, no sabría decirte si molesta o asustada, yo seguía en mi puestito agobiada por lo que miraba.
-¡Suéltalo ya!- Ed, soltó a Zion, él se acomodo su ropa, Leani se interpuso entre ellos.
- ¡Tú, sal de aquí AHORA! - dijo apuntando con el dedo a Zion. - ¡Y tú, cálmate! No dejes que te provoque, atrás.- finalizó señalandolo también.
Se dedicaron una última mirada, luego Zion me miró a mi, me guiño el ojo y se fue. Yo miraba la espalda de Ed, como seguía tenso y como subió y bajaba, seguramente por su respiración irregular.
- En diez minutos los quiero en el comedor, para cenar- Leani hablo con mucha autoridad, no entendia mucho porque le hablaba así a Ed. Si yo le hubiese hablado así a las sabias o a Madame Dorothea me hubiesen regañado fuerte y hubiese terminado en el cuarto oscuro.
Ellos no son ellas querida, ya no estas ahí.
Leani salió de la sala, su rostro también lucia un poco tenso. Edmund se dio media vuelta, su mirada se suaviza cuando me mira. El camina hacia mi, podía percibir que seguí tenso pero en menor escala. Luego desliza su mano hacia la mi, y yo me pongo más nerviosa. Levanta mi mano y la besa con delicadeza, yo miro la acción y me encuentro con sus ojos, que me miran y yo siento que me traspasan el alma.
- Perdóname, no sabia que Zion llegaría a casa antes de prepararte para él. Como ves, no nos llevamos tan bien- dice tratando de sonreír, una sonrisa que no le llega a los ojos.
- ¿Porqué no te llevas bien con tu hermano?- pregunto intrigada. Ed sigue sosteniendo mi mano.
- No es el momento Anna, vamos a cenar- yo no insisto. Hago lo que me dice.
Llegamos al comedor, veo la mesa y no puedo evitar abrir mi boca en asombro. Es una mesa hermosa, pero no es eso lo que llama la atención. Es todo lo que hay sobre ella. Leani esta parada con otra chica a un lado.
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ANNA ES MÍA(completa)
RomanceAnna fue preparada durante toda su vida para ser "la esposa perfecta" le enseñaron todo lo que una esposa debería ser, según Madame Dorothea, la dueña de la mansión llamada "Esposas complacientes" un lugar donde los hombres podían llegar a "escoger"...