34. Respuestas (parte dos)

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Anna

Stella y Kika se quedaron calladas cuando la puerta de su casa se abrió. Un hombre de estatura mediana, con rasgos asiáticos, cabello oscuro y ceño fruncido, entro a la casa.

– ¡Cariño! Llegas temprano–. Dijo Stella levantándose del sofá, para saludarlo. Nuestras miradas coincidieron. Él me miró serio y confundido, pasaba su mirada de Stella a mi. Por instinto me levante del sofá, nerviosa e incomoda.

– Hola papá–. Dijo Kika.

– ¿Quien eres tu?– pregunto él, con una voz severa, Kika se estremeció y Stella no sabía que decir. El ambiente era denso.

– Una amiga, ya se iba–. Diji Kika, la volví a ver sorprendida, ella se acercó a mí, me tomó del brazo para que avanzará.

– ¿Amiga? Nunca la había visto, conozco a todas tus amigas, más bien a tus dos únicas amigas Kika no me gustan las mentiras–. Él era duro, su mirada penetrante me hizo sentirme pequeña. Comenzó a hablar en su idioma natal, los tres conversaron mientras yo sentía que el corazón se me salía del pecho, angustia y temor se apoderaron de mi.

En el lío que te metiste Annita.

Soy Jiang, Stella me ha dicho que te conoció en el café de Imelda, porque Kika derramó café en tu ropa ¿es verdad?–. Su tono inquisitivo, lleno de oscuridad me daba miedo, mire a Kika y a Stella, sus ojos me suplicaban que les siguiera la corriente. Trague grueso saliva.

– Si. Así fue como las conocí, Kika me invito a tomar el té con ella, Stella ha sido amable conmigo, pero ya me iba–. Dije nerviosa, soy pésima para mentir y rogaba que el me creyera. El ambiente cada vez era más tenso, el señor Jiang nos observaba a las tres.

– Mmm...

– Papá, deja el interrogatorio, Anna no me va a querer hablar después de tus dudas y demandas–. Kika parecía natural, mentía fácilmente como si lo hubiese hecho por mucho tiempo.

– Lo siento. Verás, mi familia ha pasado por mucho, no tolero las mentiras. Cuido de mi esposa, y mis hijas, bueno mi pequeña Shao es mi nieta pero la amo como a mi propia hija–. dijo el, relajó los hombros, camino hacia mi.

Espera... dijo ¿nieta? ¿Kika es mamá?

Mucho gusto Anna. 欢迎来到陈家.

¿EH?

Dijo bienvenida a la casa Chan. Papá saluda así a mis amigas–. Dijo Kika apretando los dientes. Yo le sonreí a él. Trate de lucir normal, pero estaba temblando.

– Mucho gusto señor Jiang. Bueno, es hora de irme. Debo de... el timbre sono de nuevo. ¿Ahora que? Estoy a punto de que me de un ataque al corazón. Stella se dirigió a la puerta, miró por el pequeño agujero de la puerta. Su rostro se desencajo, se puso nerviosa.

‐ ¿Qué pasa? ¿Porqué no abres?–. Pregunto el señor Chan. Stella palidecio, miró a Kika y luego a nosotros, sus ojos se pusieron brillosos. El timbre volvió a sonar.

– ¡Stella!

La angustia se apoderó de mi. Algo pasaba, lo presentía, el corazón me daba vueltas, me dolia el pecho.

Stella respiro profundo, entonces abrió la puerta.

Una pequeñita corrió a los brazos de Stella.

– ¡Abuela!–. Dijo la pequeñita. Me sentía mal, no sabía porque.

– Mira lo que me compró papá –. Dijo la pequeña. Stella miró hacia la puerta, alguien estaba ahí. El señor Chan se tenso, Kika llevó sus manos al rostro en sorpresa. Entonces, el habló.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora