39 (Parte uno)

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Anna

– ¿Entonces? Te diste cuenta que a quien amas es al hermano guapo, sexy y nerd de la tecnológica con un gran carisma y humilde personalidad ¿verdad?–.

Genuinamente me carcajee.

– ¡Eres un tonto!–. Respondi entre risas. Zion abrió sus brazos y yo lo abrace. El beso mi sien, y me apretó a su cuerpo duro ¿se ha ejercitado?

– Te extrañe corderito, la casa no es lo mismo sin ti. Además de aguantar al amargado de Edmund es todo una audicea ¿Como estas? –. Preguntó con cierta preocupación en su tono de voz. Pasamos abrazados unos minutos, luego corte el abrazo. Zion me escaneo de pies a cabeza.

– ¿Quieres ver mi pierna?–. Pregunté sonriendo. Zion entrecerro sus ojos.

– A caso me estas provocando corderito o simplemente quieres que te diga que se ve sexy tu cicatriz ¿uh?–. Puse los ojos en blanco.

– Ni una cosa, ni la otra. Ya deja de hacerte el tonto, ven. Sientate ¿Quires algo de tomar?

Zion negó con su cabeza. Nos dirigimos al sofá.

– En serio te he extraño Anna. No tenía idea de lo acostumbrado que estaba a ti. Tengo que admitir que me dañaste el corazón cuando no quisiste verme y nos diste una patada en el trasero a todos, Edmund no me quiso contar muy bien lo que paso. Pero se que descubriste lo de Thea– dijo él en un tono de voz cauteloso.

Suspiré. Zion puso su mano en la mía y la apretó. Le sonreí.

– Lo siento Zion. De verdad no quise dañarlos, pero necesitaba estar sola y recuperarme. El accidente fue espantoso, sufrí mucho, fue un largo proceso. Y respondiendo a tu pregunta primera, estoy muy bien. Puedo caminar,  aún duele mucho pero es por el frío, nunca había visto nevar y ni había sentido tanto frío y aún me estoy acostumbrando–. Respondí.

Cuando vi por primera vez la nieve, me volví loca, no es que salí corriendo a tocarla, porque primero no puedo correr y segundo mi pierna me estaba matando del dolor. Tuve tantos calambres y espasmos que me han hecho llorar. Mi cadera ha tenido molestias pero no es nada grave, estoy mejor eso sin duda.

Los ojos de Zion me miraban con cierto cariño, con respeto. Nunca creí que él me mirara así. Y me gustó mucho.

– ¿Cuando verás a Edmund?

Solo escuchar su nombre todo mi cuerpo tiembla, no puedo esperar a verlo, besarlo y oler su perfume. Mi corazón salta de emoción.

– Es por eso que te llamé. Leani ha estado visitandome, se que la otra semana ya es la noche de navidad. Quiero hablar con Edmund antes de ese día. Pero antes, necesito que me contestes unas preguntas y no quiero que me mientas o evadas las preguntas. Porfavor.

Vi la duda en los ojos de Zion, pero asintió. Supe que lo haría, me contestaría todo lo que le preguntaría.

– ¿Te acostaste con Thea?

Eso Anna, directa al chisme.

Zion suspiró. Agachó un momento su mirada, luego volvió a mirarme.

– Si, varias veces –. Dijo avergonzado. Creí que no iba a decir más, hasta que habló nuevamente.

– Thea no era lo que aparentaba Anna. Edmund estaba cegado por ella, fue muy enfermizo todo. Thea provocaba a los hombres, y yo caí en su juego. Creí que de verdad me quería, ella me mintió diciéndome que Edmund la maltrataba, le creí porque la vi golpeada. Edmund y yo eramos unidos, él me apoyaba mucho. Pero Thea fue quien nos separó. Desde el día en la conocí, ella se insinuó hacia mí. La rechace demasiadas veces, hasta que no pude resistirme. Thea era bonita, su rasgos asiáticos eran atractivos. Su cuerpo era atractivo, ella sabia como volver loco a alguien. Era una adolescente, pero Thea era peligrosa.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora