22. A groovy kind of love.

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*narrado en tercera persona.

Anna miró el reloj. Tenia poco tiempo pero corrió a buscar a Leani. Ella estaba dándole algunas ordenes a Taller, el jardinero. Era un día nublado pero sin lluvia y la temperatura no era tan alta.

– ¡Leani!– dijo Anna acelerada. Ella la volvió a ver, un poco desconcertada.

– ¿Qué pasa cariño?

– Necesito que me ayudes con algo. Porfavor –. Pidió Anna.

– Estás bien. Déjame terminar de hablar con Taller. Anna ni siquera lo había saludado.

– Oh, Hola Taller... Leani puede ser ahora ¿porfavor?– pidió Anna.

– Hola señorita Anna. Esta bien Lenai, ya entendí lo que quieres, no te preocupes puedo hacerlo – dijo Taller cerrandole un ojo. Leani puso los ojos en blanco, luego me siguió dentro de la casa.

– ¿Qué te pasa? Estas alterada.

– Necesito que me ayudes a cocinarle a Edmund su plato favorito. Además, necesito que me consigas muchas muchas velas y que huelan bien. No tengo mucho tiempo... ¿Podrías hacerlo?

Anna pensó que era algo tan sencillo de hacer, dudo mucho en hacerlo porque le parecía poquísimo a comparación con las cosas que Edmund había hecho por ella. Pero, tampoco es que se le ocurrieran mil ideas. No podía pagarle un viaje, no podía regarle algo, así que cena y velas fue la mejor idea.

– Lo de la cena, podemos pero las velas...

– ¡Porfavor Leani! Necesito muchas y que huelan a algo citrico o a madera no lo se; algo que huela a él– dijo Anna, sus ojos brillaban por la ilusión y Leani asintió.

– Haré una llamada, cuando no puedo ir a comprar las cosas de casa, siempre mando por ellas. Llamare y Lucía, la chica que me las trae– dijo Leani. Y Anna casi saltaba de la felicidad.

Leani y Anna se metieron a la cocina. Anna quería hacerlo todo ella así que iba siguiendo paso a paso lo que Leani le decía. En el proceso, Anna se estreso, casi lloraba y se dio cuenta que la cocina no era lo de ella, pero por Edmund haría lo que fuera, incluso quemarse tres beses el brazo y casi llorar de frustración.

– Cocinar debería ser un crimen, lo odio– dijo Anna frustrada. Leani le dio una palmada en el hombro.

– Tranquila cariño, llevo cocinando 20 años, y tu un día. Dejalo, ve a arreglarte las velas están por llegar.

Al final. Leani terminó haciendo la comida, mientras Anna subía a bañarse; prepararse y preparar todo en la habitación.

Anna busco lo más bonito que ponerse, quería algo atrevido y sensual. Al final dejo su cabello largo suelto, se puso un vestido negro corto, muy corto, pegado a su cuerpo, con los tirantes cayendo por sus brazos, tenia una abertura en la falda dejando ver sus piernas, unos tacones negros no tan altos. Se maquillo un poco, sabía que a Edmund le gustaban sus pecas. Miro el reloj, menos de una hora para que Edmund llegara.

Leani entro a la habitación con las velas.

– ¡Te ves preciosa cariño! – dijo con una sonrisa. Anna se sonrojo.

– ¿En verdad lo crees?

– Claro que si. Eres hermosa Anna. Pero ya, debemos avanzar. Aquí están las velas.

– Bien, es hora de comenzar – dijo Anna emocionada.

Edmund aparco su auto en el garage. Se quedó un momento dentro del auto. Inclino su cabeza al volante y cerró los ojos. Una pequeña lagrima corrió por su mejilla.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora