43. Reencuentro

1.7K 90 7
                                    


Anna

– ¿Lista?– preguntó Edmund, como si esto fuera una gran asaña, como si nuestra vida dependiera de esto. Trague grueso saliva, creo que voy a vómitar, no puedo hacerlo.

– ¿Cariño?

Negué con la cabeza. No puedo, no puedo hacerlo. Mi pánico es demasiado grande, creí que podía hacerlo.

– No-no pu-uedo – tartamudee. Mis manos me sudaban, no me pasaba el aire, no podía respirar, comencé a imaginar todas las catástrofes posibles. Un ataque de pánico, así lo llamó Cali aquella vez cuando me derrumbe frente a ella, Edmund lo capto. Se acercó a mí, puso sus manos en mis brazos gentilmente.

– Mirame Anna, respira, estoy aquí. Mirame a los ojos, no hay peligro, estas parada en suelo fijo, estoy aquí. Respira, ubícate en la realidad – dijo con una voz tan compresiva y suave que comencé poco a poco a relajarme.

Mi visión se puso borrosa, estaba a punto de llorar. Edmund me abrazo y yo rodee su cintura con mis brazos, apretandolo.

– Perdón...

– Shhh, no pidas perdón por esto. Temí que esto pasara, por eso decidí que viajaramos dos días antes, no te preocupes cariño, lo arreglaremos– dijo Edmund. Asentí avergonzada. No puedo creer que no pude superar mi miedo al viajar en avión, esta vez sentí más pánico y nisiquera pude moverme del puesto donde estaba parada.

Edmund me dijo que su viejo amigo de la escuela lo invitó a una fiesta, una cena para recibir el nuevo año, es el primer evento social al que asistimos en meses, y quiero tanto esto, pero mi miedo por los aviones me lo impide ahora.

– ¿Qué vamos hacer? No quiero perderme esa fiesta, me siento inútil– respondi enojada conmigo mismo. Edmund limpio cuidadosamente mis lágrimas, beso mi frente y sentí su calidez.

– Vamos a viajar, pero en auto. Son muchas horas, nos llevará alrededor de dieciséis horas, estaremos un poco cansados, pero lo lograremos. Suspiré. Era eso o morir en el intento de subirme a un avión.

Dieciocho horas después...

Fatal. Caótico. Horrible.

Así fue nuestro viaje en auto, nos tomó más tiempo en llegar, casi no pude soportar las náuseas y casi vomito el auto, afortunadamente Edmund detuvo el auto a tiempo. No puedo creer que mi cuerpo sea tan cobarde, no puedo entender porque me pasa esto. Todo el camino estuve mareada y con dolor de cabeza. Tome más agua y suero que otra cosa. Pero al fin, estamos en nuestro hotel.

– ¿Como te sientes?– preguntó Edmund acariciando mi mejilla. Llegamos la hotel, tome un baño caliente y me acoste. Edmund estaba a mi lado, todo el tiempo cuidándome, siendo paciente conmigo.

– Mejor, definitivamente mejor. Lo siento, han sido casi dos días de caos por mi culpa–. Mire a Edmund, sus ojos preciosos me miraban con tanto amor que mi corazón golpeo con fuerza mi pecho.

– Cualquier aventura contigo es especial,  me encanta cuidarte amor. Yo debería darte las gracias por acompañarme a esta fiesta. Quiero presumirte al mundo, eres bellísima y tienes un corazón precioso.

Sus palabras hicieron que mis ojos se cristalizaran.

– Te amo tanto, hazme el amor– pedí. Aunque todavía me sentía mareada, lo necesitaba.

– Anna, aún no estás bien.

Si Annita, quien te mira toda lujuriosa.

– Porfavor, te necesito – rogué. No necesite una vez más, Edmund y yo hicimos el amor dos veces esa noche.

ANNA ES MÍA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora