"Era solo como nos mirabamos"~ Avenida 749~
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Me dolía todo el cuerpo. Había tensado cada musculo de mi cuerpo, que cuando me tranquilice, me dolían hasta los dientes.
Estoy un poco más tranquila, solo nerviosa. Nunca imagine que volar era tan horrible, el pobre Edmund sufrió el apretón de manos más feo que he dado. Su mano está roja y mis uñas han hecho un poco de daño sobre su piel tersa.
En este momento vamos de nuevo en un auto negro, estoy un poco mareada. Pero ha ocurrido algo que no se como me hace sentir. Edmund y yo seguimos tomados de la mano, él no me ha dejado en ningún momento. Su suave mano sobre la mia, el roce de su piel me hace sentir cosquillas que bajan por la espalda.
No solo por la espalda, por otras partes también Anna.
Edmund va sentado pegadito al lado mío, a cada giro que el auto da, su pierna roza con la mía, ambos nos tensamos un poco, nuestras miradas se cruzan por momentos un poco más prolongados. Y juro, juro que cuando el me mira, puedo encontrar un poco de seguridad en ellos, e ir tomada de su mano me hace sentir que pertenezco a él, pero no de una forma obligada, si no que realmente puedo ser suya en muchos sentidos.
Darco, quien maneja. Da un giro un poco brusco con el auto, Edmund choca contra mi cuerpo, para detenerse pone su mano en mi muslo, su rostro queda a centímetros del mío. Yo pego mi espalda a la puerta, por los reflejos elevo mi mano y la pongo sobre su pecho, sin soltar las manos que llevamos entrelazadas.
Abro los labios un poco, miro su mano en mi muslo, luego subo mi mirada a sus ojos que en este momento parecen más cafés que verdosos. El me analiza cada parte de mi rostro deteniéndose en mis labios, puedo sentir el bombardeo de mi corazón y la sangre caliente recorriendo mi cuerpo. Parecen segundos eternos, todo desaparece para mí, solo me concentro en su bello rostro y en sus ojos. Parece que quiere decir algo, pero se limita.
- ¡Perdón jefe! Había un bache- la voz de Darco nos saca de la ensoñación en que estábamos. Edmund garraspea su garganta, se aleja rápido de mi. Suelta nuestras manos, de pronto siento la necesidad de tomar su mano de nuevo, me siento desnuda sin su mano sobre la mía. El se enfoca en mirar al frente un poco tenso, yo no dejo de mirarlo fijamente. Su perfil es perfecto, puedo apreciar mejor su nariz recta perfectamente estructurada.
- Ya casi llegamos- dice con un tono de voz sobrio. Apartó mi mirada de él y me enfocó en ver por la ventana. Esta lloviendo, la ciudad es fría y opaca, da un aire melancólico.
Edmund me presto su abrigo, mi vestimenta no va para nada con el clima. No vi mucho de la ciudad, en primer lugar porque iba tan concentrada en Edmund y yo que se me olvidó lo demás, y segundo la lluvia no me dejaba ver bien.
De pronto entramos en una especie de vecindario muy sofisticado. Las casas todas en línea a la izquierda y derecha parecen talladas por la misma mano. Parecen pequeños castillos puntiagudos, pero con toques modernos, los colores van desde el rojo quemado, azul muy oscuro y color mostaza muy oscuro también. Las entradas con su jardín perfectamente decorado, flores y un césped muy verde.
- ¿Como se llama aquí?- pregunto un poco atontada por tanta belleza, es como si fuese otro mundo para mi.
- Ya te lo dije, la ciudad se llama Nelfore- contesta Edmund.
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ANNA ES MÍA(completa)
RomanceAnna fue preparada durante toda su vida para ser "la esposa perfecta" le enseñaron todo lo que una esposa debería ser, según Madame Dorothea, la dueña de la mansión llamada "Esposas complacientes" un lugar donde los hombres podían llegar a "escoger"...